Uno de los mayores riesgos que contiene el proyecto de Ley de Comunicación de asambleísta del oficialismo Rolando Panchana (AP) está contenido en el artículo 24 que se refiere al registro para el funcionamiento de los medios de comunicación.
En este se menciona que el "funcionamiento de los medios tanto impresos como radiales y audiovisuales estará sujeto a un registro de operación ante el Consejo Nacional de Comunicación y durará un año".
Hugo Burgos, catedrático y decano del Colegio de Comunicación de la Universidad San Francisco, la calificó como una propuesta "compleja" porque si bien es cierto se trata de una industria de medios que se sustenta en la planificación, este se desemvuelve en base a temas de investigación y coyunturales. "Esto es como pedir un permiso de circulación; es muy complicado porque al final del día mal o bien un medio público o privado se debe al lector que es el principal monitor y regulador del medio", afirmó.
Para el politólogo Teodoro Bustamante, también se trata de una regulación que está por demás, pero no considera que esto llegue a limitar un trabajo independiente y crítico porque estos son aspectos que deben ser manejados todos los días.
Burgos dijo además que otra inquietud se circunscribe en que con esta ley, permanentemente los medios tendrán quien lo mire por encima del hombro" para saber qué es lo que hace bien y qué es lo que hace mal.
"Este es el caso del Gobierno, cuando quienes deberían quejarse si es que se sienten afectados por algo, es el público; ellos son quienes deben tener la última palabra en un esquema comercial porque son quienes compran un periódico o sintonizan un canal o una emisora", dijo .
En este se menciona que el "funcionamiento de los medios tanto impresos como radiales y audiovisuales estará sujeto a un registro de operación ante el Consejo Nacional de Comunicación y durará un año".
Hugo Burgos, catedrático y decano del Colegio de Comunicación de la Universidad San Francisco, la calificó como una propuesta "compleja" porque si bien es cierto se trata de una industria de medios que se sustenta en la planificación, este se desemvuelve en base a temas de investigación y coyunturales. "Esto es como pedir un permiso de circulación; es muy complicado porque al final del día mal o bien un medio público o privado se debe al lector que es el principal monitor y regulador del medio", afirmó.
Para el politólogo Teodoro Bustamante, también se trata de una regulación que está por demás, pero no considera que esto llegue a limitar un trabajo independiente y crítico porque estos son aspectos que deben ser manejados todos los días.
Burgos dijo además que otra inquietud se circunscribe en que con esta ley, permanentemente los medios tendrán quien lo mire por encima del hombro" para saber qué es lo que hace bien y qué es lo que hace mal.
"Este es el caso del Gobierno, cuando quienes deberían quejarse si es que se sienten afectados por algo, es el público; ellos son quienes deben tener la última palabra en un esquema comercial porque son quienes compran un periódico o sintonizan un canal o una emisora", dijo .
