jueves, 28 de enero de 2010

Lobo asumió presidencia de Honduras


El empresario Porfirio Lobo asumió hoy la Presidencia de Honduras con llamadas a la reconciliación nacional e internacional para superar la crisis en que está sumido el país desde el golpe de Estado contra Manuel Zelaya, ante una exigua representación exterior.

Con la presencia de apenas dos mandatarios de la región en su acto de investidura: el panameño Ricardo Martinelli, y el dominicano Leonel Fernández, Lobo optó por abordar en su discurso la crisis como un asunto prácticamente superado y agradeció a la comunidad internacional sus gestiones para recuperar la normalidad en el país.

"Acabamos de salir de la peor crisis política de nuestra historia democrática, pero, hemos logrado evitar todos los grandes peligros que afrontaba nuestra nación", dijo Lobo en una ceremonia que duró alrededor de seis horas y en la que el taiwanés Ma Ying-jeou completó la nómina de presidentes.

"Estamos listos y dispuestos a enfrentar el futuro unidos", subrayó Lobo, de 62 años y ganador de las elecciones del 29 de noviembre, rechazadas por la mayor parte de la comunidad internacional por entender que se desarrollaron en un marco de ruptura constitucional tras el derrocamiento de Zelaya.

Ante apenas una veintena de delegaciones extranjeras y miembros del cuerpo diplomático acreditado en Honduras, aseguró que desea "una necesaria e indispensable reconciliación con la comunidad internacional".

Amnistía por golpe
Su primer acto como gobernante fue sancionar el decreto aprobado en la noche de ayer, martes, por el Congreso Nacional para otorgar una amnistía política a los involucrados en la crisis causada por el golpe de Estado contra Zelaya de junio pasado.

Lobo interrumpió su discurso para pedir al presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández, que le llevara el decreto y firmó el documento manifestando que la amnistía para los delitos políticos responde al "principio de la reconciliación" y es "el perdón del Estado para perdonarnos todos".

Entre abucheos, agradeció al mandatario de Costa Rica, Óscar Arias, "por haberse interesado desde el principio en una solución justa y pacífica" a la crisis, y a Leonel Fernández por la firma del acuerdo que facilitará la salida del país de Zelaya, que se encuentra en la embajada de Brasil desde hace cuatro meses.

"Estoy seguro de que muy pronto se permitirá nuestra pronta incorporación" a la Organización de Estados Americanos (OEA), dijo, tras agradecer, en medio de una sonora pitada, la ayuda de ese organismo, del que Honduras fue suspendido tras el golpe de Estado.

Reafirmó su compromiso con el Acuerdo de Tegucigalpa-San José, firmado entre los representantes del presidente depuesto y el ex gobernante de facto, Roberto Micheletti, y anunció que se instalará una Comisión de la Verdad porque "es justo" que todos sepan lo ocurrido antes, durante y después del derrocamiento de Zelaya.

"La familia hondureña empieza a reconciliarse, hoy el país marcha por la ruta del entendimiento en busca de la unidad nacional, hemos superado los desacuerdos, dejamos el pasado atrás y sólo vemos hacia adelante, hacia un horizonte brillante y prometedor", dijo, mientras en otro sector de Tegucigalpa miles de personas se movilizaban para apoyar la salida del país del mandatario derrocado.

Un país en problemas

Lobo recordó que recibe el país en la situación económica "más difícil" de su historia, con "una inmensa, casi inmanejable, deuda externa (unos 3.500 millones de dólares) y una deuda interna desbocada", y con el lastre de haber dejado de recibir más de 2.000 millones de dólares de los organismos financieros desde junio.

Afirmó que su Gobierno se fundamentará en la "economía social de mercado" y que buscará atraer la inversión extranjera con "reglas claras" y "grandes facilidades e incentivos" previstos en la Ley de Protección y Promoción a la Inversión Extranjera, que "pronto" presentará en el Congreso.

Además, se comprometió a impulsar la educación y salud públicas, programas de cohesión social, así como el turismo y la agricultura. EFE