El Banco Ecuatoriano de la Vivienda (BEV) definió las reglas para que constructores y promotores de vivienda tengan financiamiento. A casi tres meses de que el Presidente anunciara una inversión de USD 600 millones en la construcción, el viernes anterior el BEV aprobó un reglamento.
Con esto, el Directorio de la entidad bancaria viabiliza la colocación de USD 200 millones de la reserva monetaria del país para oferta de vivienda nueva. Los USD 400 millones restantes se destinarán a créditos hipotecarios del Banco del Pacífico y al bono urbano de USD 5 000.
Sin embargo, para dinamizar la entrega de estos recursos, el gran desafío del Gobierno será articular la demanda existente con la oferta de nuevos proyectos.
Para Alberto de Guzmán, gerente del BEV, es una oportunidad histórica para ofrecer vivienda a los segmentos que el Estado busca atender, es decir, clase media-baja que requiere de soluciones entre USD 8 000 y 65 000.
José Centeno, titular de la Federación de Cámaras de la Construcción del Ecuador, coincide en que el financiamiento para la construcción es positivo y permitirá reactivar al sector este año.
“Hasta ahora se ha mantenido el trabajo acorde con las ventas que se debe cumplir. El nuevo financiamiento se verá en los próximos meses”. Pero aclara que si no hay crédito a largo plazo para el comprador, es difícil hablar de una reactivación. Uno de problemas que ve es que los interesados no cumplen con los requisitos de las entidades financieras.
De ahí que el BEV financiará proyectos que ya tengan asegurada una demanda y cuenten con precalificaciones de crédito aprobadas por las entidades financieras (ver cuadro de requisitos).
Además, una de las condiciones del BEV es asegurar al promotor que el proyecto tendrá los bonos urbanos que requiera, pero a cambio estos recursos se retendrán en las cuentas de la entidad.
Estos fondos se entregarán cuando esté asegurada la venta de los bienes y con esa plata el constructor pueda pagarle al BEV los dividendos del crédito. Adicionalmente, el aporte que reciban del BEV formará parte de un patrimonio autónomo (fideicomiso) con el fin de que la inversión esté bien protegida.
De Guzmán explicó que están en análisis proyectos que incluyen 15 000 viviendas con una necesidad de financiamiento de USD 105 millones. De estos proyectos, el 42% corresponde a viviendas que cuestan entre USD 12 000 y 20 000. Y un 33% va de USD 5 500 a 12 000.
La semana anterior ya se aprobaron dos en Cuenca y en Alangasí y el Directorio analiza hoy otros cuatro. Hasta ahora el BEV ha recibido USD 50 millones de los 200 millones previstos, pero si los proyectos presentados están bien estructurados y son viables se prevé pedir los USD 150 millones restantes hasta febrero próximo.
La idea es que los recursos vayan a soluciones habitacionales que ya estén en marcha. De esta forma se garantizará que las viviendas lleguen a quienes lo necesitan y se logre el retorno de la inversión para cumplir con el Banco Central, entidad que maneja las reservas de liquidez doméstica del país.(COMERCIO)
Con esto, el Directorio de la entidad bancaria viabiliza la colocación de USD 200 millones de la reserva monetaria del país para oferta de vivienda nueva. Los USD 400 millones restantes se destinarán a créditos hipotecarios del Banco del Pacífico y al bono urbano de USD 5 000.
Sin embargo, para dinamizar la entrega de estos recursos, el gran desafío del Gobierno será articular la demanda existente con la oferta de nuevos proyectos.
Para Alberto de Guzmán, gerente del BEV, es una oportunidad histórica para ofrecer vivienda a los segmentos que el Estado busca atender, es decir, clase media-baja que requiere de soluciones entre USD 8 000 y 65 000.
José Centeno, titular de la Federación de Cámaras de la Construcción del Ecuador, coincide en que el financiamiento para la construcción es positivo y permitirá reactivar al sector este año.
“Hasta ahora se ha mantenido el trabajo acorde con las ventas que se debe cumplir. El nuevo financiamiento se verá en los próximos meses”. Pero aclara que si no hay crédito a largo plazo para el comprador, es difícil hablar de una reactivación. Uno de problemas que ve es que los interesados no cumplen con los requisitos de las entidades financieras.
De ahí que el BEV financiará proyectos que ya tengan asegurada una demanda y cuenten con precalificaciones de crédito aprobadas por las entidades financieras (ver cuadro de requisitos).
Además, una de las condiciones del BEV es asegurar al promotor que el proyecto tendrá los bonos urbanos que requiera, pero a cambio estos recursos se retendrán en las cuentas de la entidad.
Estos fondos se entregarán cuando esté asegurada la venta de los bienes y con esa plata el constructor pueda pagarle al BEV los dividendos del crédito. Adicionalmente, el aporte que reciban del BEV formará parte de un patrimonio autónomo (fideicomiso) con el fin de que la inversión esté bien protegida.
De Guzmán explicó que están en análisis proyectos que incluyen 15 000 viviendas con una necesidad de financiamiento de USD 105 millones. De estos proyectos, el 42% corresponde a viviendas que cuestan entre USD 12 000 y 20 000. Y un 33% va de USD 5 500 a 12 000.
La semana anterior ya se aprobaron dos en Cuenca y en Alangasí y el Directorio analiza hoy otros cuatro. Hasta ahora el BEV ha recibido USD 50 millones de los 200 millones previstos, pero si los proyectos presentados están bien estructurados y son viables se prevé pedir los USD 150 millones restantes hasta febrero próximo.
La idea es que los recursos vayan a soluciones habitacionales que ya estén en marcha. De esta forma se garantizará que las viviendas lleguen a quienes lo necesitan y se logre el retorno de la inversión para cumplir con el Banco Central, entidad que maneja las reservas de liquidez doméstica del país.(COMERCIO)