Aunque el Gobierno persiste en su propuesta de no explotar el campo ITT (ubicado en la Amazonía Ecuatoriana) a cambio de que la comunidad internacional aporte con recursos que permitan al Estado solventar los ingresos que dejará de obtener; el analista petrolero, Augusto Tandazo, considera que la iniciativa no tendrá éxito debido a que las contribuciones no serán suficientes.
Y es que, luego de dos años y medio de avanzar en el proceso (desde el 5 de junio de 2007, cuando se declaró la moratoria) solo se ha logrado concretar el 49% de los recursos internacionales. Así reconoció el ex miembro de la comisión negociadora, Roque Sevilla, luego de dimitir al cargo.
El campo Ishpingo-Tambococha-Tiputini, ubicado en el Parque Nacional Yasuní, tiene el 20% de las reservas probadas del Ecuador (unos 846 millones de barriles) que representan ingresos por unos $7.000 millones. De acuerdo con la propuesta, el país requiere al menos el 50% de esos recursos (unos $3.500 millones), para financiar proyectos de desarrollo.
De concretarse la iniciativa, el país podría tener recursos frescos a partir de este año. Cosa que le interesa al Gobierno para mantener la inversión pública. Sin embargo, a decir de Tandazo, la consecución de esos dineros es “bastante incierta”.
De hecho, el ex ministro de Relaciones Exteriores, Fander Falconí, informó en una entrevista con ANDES que los recursos se iban a concretar solo después de firmado el fideicomiso que administraría esos fondos.
Es por eso que para el experto petrolero “es indispensable la explotación del crudo”. “Yo hablo como técnico”, dijo al señalar que los recursos provenientes de la explotación son necesarios para asegurar ingresos para la caja fiscal, sostener la dolarización, sustentar el desarrollo energético (el 70% de la generación eléctrica es térmica y requiere combustible para su funcionamiento), construir hospitales, escuelas, etc.
Pero, más allá de ello, Tandazo afirmó que el proyecto es fundamental porque justificaría la existencia de la Refinería del Pacífico, cuya inversión asciende a unos $12.500 millones. “Si no aportamos con crudo propio, de qué estamos hablando. Vamos a importar crudo para procesar”, cuestionó.
Además, compensaría la producción de los actuales campos petroleros que están “en franca declinación”. “Esto implica mayores costos de producción pues se utiliza tecnología muy cara”, dijo a ANDES.
Es por eso que el Presidente Correa, siempre mantuvo abierta la posibilidad de la explotación. En repetidas ocasiones ha señalado que si no prospera la iniciativa, el Ecuador empezará a operar el campo ITT.
Y es que si no se solventa esta baja producción, según Tandazo, la economía y la supervivencia del país se pone en riesgo. ¿Con qué energético primario vamos a subsistir como país. La gente no está viendo el perjuicio enorme?”, añadió.
Pese a estos argumentos, los sectores ambientalistas rechazan esta posibilidad. Es más, el ex presidente de la Asamblea Constituyente y catedrático de la Flacso, Alberto Acosta, aseguró que el Gobierno está presionado por las petroleras para llevar adelante el proceso.
Tandazo, sin embargo, recordó que quien firmó, el 17 de abril pasado, un acuerdo de cooperación con el Gobierno de Venezuela para realizar los estudios para la explotación de este campo petrolero fue el mismo Acosta.
“El señor Alberto Acosta estaba absolutamente consciente de la necesidad de explotar el ITT caso contrario no se entiende por qué suscribió el acuerdo con el Gobierno de Venezuela”, dijo.
Tandazo recomendó que, en lugar de oponerse, los sectores ambientalistas deberían sumarse a la propuesta y conformar veedurías para velar que el proceso se cumpla bajo las normas de protección necesarias, bajo un esquema integral de planificación.
Afirmó que si la idea de no explotar los recursos fuera viable, otros países como Brasil, la habrían aplicado. En su lugar, sostuvo, ese país ha resuelto extraer el crudo, pero aplicando tecnología amigable con el ambiente- “Eso se debe hacer en el país”, añadió.(Andes)
Y es que, luego de dos años y medio de avanzar en el proceso (desde el 5 de junio de 2007, cuando se declaró la moratoria) solo se ha logrado concretar el 49% de los recursos internacionales. Así reconoció el ex miembro de la comisión negociadora, Roque Sevilla, luego de dimitir al cargo.
El campo Ishpingo-Tambococha-Tiputini, ubicado en el Parque Nacional Yasuní, tiene el 20% de las reservas probadas del Ecuador (unos 846 millones de barriles) que representan ingresos por unos $7.000 millones. De acuerdo con la propuesta, el país requiere al menos el 50% de esos recursos (unos $3.500 millones), para financiar proyectos de desarrollo.
De concretarse la iniciativa, el país podría tener recursos frescos a partir de este año. Cosa que le interesa al Gobierno para mantener la inversión pública. Sin embargo, a decir de Tandazo, la consecución de esos dineros es “bastante incierta”.
De hecho, el ex ministro de Relaciones Exteriores, Fander Falconí, informó en una entrevista con ANDES que los recursos se iban a concretar solo después de firmado el fideicomiso que administraría esos fondos.
Es por eso que para el experto petrolero “es indispensable la explotación del crudo”. “Yo hablo como técnico”, dijo al señalar que los recursos provenientes de la explotación son necesarios para asegurar ingresos para la caja fiscal, sostener la dolarización, sustentar el desarrollo energético (el 70% de la generación eléctrica es térmica y requiere combustible para su funcionamiento), construir hospitales, escuelas, etc.
Pero, más allá de ello, Tandazo afirmó que el proyecto es fundamental porque justificaría la existencia de la Refinería del Pacífico, cuya inversión asciende a unos $12.500 millones. “Si no aportamos con crudo propio, de qué estamos hablando. Vamos a importar crudo para procesar”, cuestionó.
Además, compensaría la producción de los actuales campos petroleros que están “en franca declinación”. “Esto implica mayores costos de producción pues se utiliza tecnología muy cara”, dijo a ANDES.
Es por eso que el Presidente Correa, siempre mantuvo abierta la posibilidad de la explotación. En repetidas ocasiones ha señalado que si no prospera la iniciativa, el Ecuador empezará a operar el campo ITT.
Y es que si no se solventa esta baja producción, según Tandazo, la economía y la supervivencia del país se pone en riesgo. ¿Con qué energético primario vamos a subsistir como país. La gente no está viendo el perjuicio enorme?”, añadió.
Pese a estos argumentos, los sectores ambientalistas rechazan esta posibilidad. Es más, el ex presidente de la Asamblea Constituyente y catedrático de la Flacso, Alberto Acosta, aseguró que el Gobierno está presionado por las petroleras para llevar adelante el proceso.
Tandazo, sin embargo, recordó que quien firmó, el 17 de abril pasado, un acuerdo de cooperación con el Gobierno de Venezuela para realizar los estudios para la explotación de este campo petrolero fue el mismo Acosta.
“El señor Alberto Acosta estaba absolutamente consciente de la necesidad de explotar el ITT caso contrario no se entiende por qué suscribió el acuerdo con el Gobierno de Venezuela”, dijo.
Tandazo recomendó que, en lugar de oponerse, los sectores ambientalistas deberían sumarse a la propuesta y conformar veedurías para velar que el proceso se cumpla bajo las normas de protección necesarias, bajo un esquema integral de planificación.
Afirmó que si la idea de no explotar los recursos fuera viable, otros países como Brasil, la habrían aplicado. En su lugar, sostuvo, ese país ha resuelto extraer el crudo, pero aplicando tecnología amigable con el ambiente- “Eso se debe hacer en el país”, añadió.(Andes)