La Asamblea Ciudadana efectuada ayer y presidida por el alcalde Jaime Nebot, resolvió que el jueves 11 de febrero, a las 15:00 en la avenida Nueva de Octubre "la calle de la libertad", se realice la "Marcha de Guayaquil", reivindicatoria de un pliego de peticiones de rentas y cuestionamientos del alcalde hacia el gobierno.
La propuesta, aceptada por unanimidad por los presentes, la hizo Nebot durante un discurso de 43 minutos que pronunció en la Urna de Cristal, en el centro de la urbe.
A ese escenario asistieron delegaciones de diversas áreas económicas y sociales y de los comités familiares, que denominó "el tejido social de la ciudad".
En el discurso, interrumpido por aplausos y música alusiva a Guayaquil, el alcalde repasó los permanentes ataques del gobierno a Guayaquil y al país. Se refirió al debilitamiento y violación de las autonomías universitaria y municipal, al aumento de la violencia y criminalidad, a la falta de energía eléctrica.
En el caso de Guayaquil reiteró que el Gobierno pretende restar rentas a la ciudad. Tras tildar de "graduada de tramposa" a la ministra de Finanzas, María Elsa Viteri, dijo que con la sola amenaza de una marcha el gobierno empezó a "vomitar" lo que le corresponde a Guayaquil. "Primero dijeron que nos iban a dar $158 millones. Luego subieron a $175 millones.
Hoy solo faltan $17 millones, de los $34,4 millones que reclamamos, para llegar a los $192 millones que nos corresponde. El lagarto está vomitando. Esos $17 millones que faltan de todas maneras los haremos vomitar con la marcha", declaró Nebot.
En su alocución dedicó unos minutos a criticar la desaparición del Plan de Aseguramiento Popular, que cerrará sus actividades el 31 de enero por orden gubernamental, luego de trabajar durante cuatro años junto con el Cabildo.
Denunció que el Banco del Estado pretende prestar $17 millones a la Empresa Cantonal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil pero para agua potable, cuando la solicitud es para alcantarillado. Denunció que el gobierno aupa la cantonización de Posorja para dejar sin ingreso al mar a Guayaquil.
Por todas estas consideraciones, Nebot dijo que ha llegado la hora de protestar en el único espacio en donde el gobierno aún no se ha apoderado, que son las calles.
Aclaró que la marcha no tendrá tintes políticos ni postelectorales y que más bien será ordenada, respetuosa, multitudinaria y cívica. Al final del discurso planteó que una vez terminada la marcha no se buscará el golpismo ni la sedición y peor la precipitación. "No a cosas ridículas que no tengan éxito y pongan en peligro la causa".
"En cambio sí haremos cosas posibles, exitosas y permanentes que permitan llevar adelante nuestros objetivos. Ellos son: que los comités familiares permanezcan; que el gobierno respete nuestro modelo de desarrollo local si quiere el respeto de Guayaquil; y continuar con nuestra revolución del bienestar, rechazando lo que hoy se aplica en Venezuela porque ha fracasado".
La propuesta, aceptada por unanimidad por los presentes, la hizo Nebot durante un discurso de 43 minutos que pronunció en la Urna de Cristal, en el centro de la urbe.
A ese escenario asistieron delegaciones de diversas áreas económicas y sociales y de los comités familiares, que denominó "el tejido social de la ciudad".
En el discurso, interrumpido por aplausos y música alusiva a Guayaquil, el alcalde repasó los permanentes ataques del gobierno a Guayaquil y al país. Se refirió al debilitamiento y violación de las autonomías universitaria y municipal, al aumento de la violencia y criminalidad, a la falta de energía eléctrica.
En el caso de Guayaquil reiteró que el Gobierno pretende restar rentas a la ciudad. Tras tildar de "graduada de tramposa" a la ministra de Finanzas, María Elsa Viteri, dijo que con la sola amenaza de una marcha el gobierno empezó a "vomitar" lo que le corresponde a Guayaquil. "Primero dijeron que nos iban a dar $158 millones. Luego subieron a $175 millones.
Hoy solo faltan $17 millones, de los $34,4 millones que reclamamos, para llegar a los $192 millones que nos corresponde. El lagarto está vomitando. Esos $17 millones que faltan de todas maneras los haremos vomitar con la marcha", declaró Nebot.
En su alocución dedicó unos minutos a criticar la desaparición del Plan de Aseguramiento Popular, que cerrará sus actividades el 31 de enero por orden gubernamental, luego de trabajar durante cuatro años junto con el Cabildo.
Denunció que el Banco del Estado pretende prestar $17 millones a la Empresa Cantonal de Agua Potable y Alcantarillado de Guayaquil pero para agua potable, cuando la solicitud es para alcantarillado. Denunció que el gobierno aupa la cantonización de Posorja para dejar sin ingreso al mar a Guayaquil.
Por todas estas consideraciones, Nebot dijo que ha llegado la hora de protestar en el único espacio en donde el gobierno aún no se ha apoderado, que son las calles.
Aclaró que la marcha no tendrá tintes políticos ni postelectorales y que más bien será ordenada, respetuosa, multitudinaria y cívica. Al final del discurso planteó que una vez terminada la marcha no se buscará el golpismo ni la sedición y peor la precipitación. "No a cosas ridículas que no tengan éxito y pongan en peligro la causa".
"En cambio sí haremos cosas posibles, exitosas y permanentes que permitan llevar adelante nuestros objetivos. Ellos son: que los comités familiares permanezcan; que el gobierno respete nuestro modelo de desarrollo local si quiere el respeto de Guayaquil; y continuar con nuestra revolución del bienestar, rechazando lo que hoy se aplica en Venezuela porque ha fracasado".