El 2009 no fue un año bueno para la aviación comercial del país. La crisis económica mundial y la aparición de la pandemia de gripe AH1N1 fueron los principales factores que afectaron directa e indirectamente a esta industria.
Para algunas aerolíneas, el ingreso de un nuevo competidor (Lan Ecuador) al mercado interno, también contribuyó al “bajón” que vivieron, al vender menos pasajes. Una de ellas, Tame, asegura que mensualmente dejaron de percibir $ 600.000 por este concepto.
El cierre de algunas rutas “no rentables”, la dificultad para buscar y concretar alianzas con el fin de fortalecerse en el mercado, así como la lentitud en el proceso de renovación de las flotas de aviones fueron algunas repercusiones observadas a lo largo del año pasado.
Pero los principales directivos de Aerogal, Tame, Ícaro y Lan Ecuador coinciden en que no es momento de lamentaciones sino de mirar hacia adelante.
Y tienen motivos. El Gobierno Nacional ha ofrecido resarcir, a partir de este año, a las aerolíneas que vuelan a Galápagos, por concepto de cobrar solo medio pasaje por transportar a los colonos hacia y desde las islas.
A este anuncio se suma otro: la entrega a Tame de dos aviones de hélice con capacidad para 40 pasajeros cada uno, con el fin de reactivar algunas rutas cerradas el año pasado.
Lan Ecuador, una de las compañías más solventes por ser filial del grupo chileno LAN, considera que 2009 fue el año del antes y el después de la aviación comercial ecuatoriana. Según sus directivos, su ingreso al mercado trajo “más competencia, precios más bajos y más asientos disponibles”. También significó que solo en 2009 se incorporaren más de 150 mil nuevos viajeros en la ruta Quito-Guayaquil.
En fin, todas las compañías apuntan a mantenerse en el mercado, ya sea con el apoyo estatal, con alianzas y con préstamos provenientes del país y del exterior. La meta es no desaparecer -coinciden sus directivos- y poner fe en el futuro.
Para algunas aerolíneas, el ingreso de un nuevo competidor (Lan Ecuador) al mercado interno, también contribuyó al “bajón” que vivieron, al vender menos pasajes. Una de ellas, Tame, asegura que mensualmente dejaron de percibir $ 600.000 por este concepto.
El cierre de algunas rutas “no rentables”, la dificultad para buscar y concretar alianzas con el fin de fortalecerse en el mercado, así como la lentitud en el proceso de renovación de las flotas de aviones fueron algunas repercusiones observadas a lo largo del año pasado.
Pero los principales directivos de Aerogal, Tame, Ícaro y Lan Ecuador coinciden en que no es momento de lamentaciones sino de mirar hacia adelante.
Y tienen motivos. El Gobierno Nacional ha ofrecido resarcir, a partir de este año, a las aerolíneas que vuelan a Galápagos, por concepto de cobrar solo medio pasaje por transportar a los colonos hacia y desde las islas.
A este anuncio se suma otro: la entrega a Tame de dos aviones de hélice con capacidad para 40 pasajeros cada uno, con el fin de reactivar algunas rutas cerradas el año pasado.
Lan Ecuador, una de las compañías más solventes por ser filial del grupo chileno LAN, considera que 2009 fue el año del antes y el después de la aviación comercial ecuatoriana. Según sus directivos, su ingreso al mercado trajo “más competencia, precios más bajos y más asientos disponibles”. También significó que solo en 2009 se incorporaren más de 150 mil nuevos viajeros en la ruta Quito-Guayaquil.
En fin, todas las compañías apuntan a mantenerse en el mercado, ya sea con el apoyo estatal, con alianzas y con préstamos provenientes del país y del exterior. La meta es no desaparecer -coinciden sus directivos- y poner fe en el futuro.