Ecuador negó el martes que existan presiones de Venezuela para explotar una reserva de 850 millones de barriles de crudo, ubicadas en un parque ecológico y por la que Quito pide una compensación internacional a cambio de evitar su extracción.
"De ninguna manera, no existe ninguna presión de absolutamente nadie", dijo el ministro de Recursos Naturales, Germánico Pinto, consultado sobre versiones de prensa acerca de un interés venezolano en el yacimiento ITT en la Amazonia.
"Si alguien quiere presionar, se va a encontrar con un gobierno que tiene una visión de soberanía y responsabilidad en el manejo de los recursos naturales no renovables", agregó el ministro al canal RTS.
El proyecto sufrió un tropiezo hace dos semanas tras la renuncia del canciller Fander Falconí, quien lideraba la iniciativa, por divergencias con el presidente Rafael Correa en torno a su manejo.
Correa estimó vergonzosas las condiciones de un fideicomiso que, según él, exigen los aportantes para administrar 3.500 millones de dólares que Quito espera recibir en compensación, aunque prometió sacar adelante el plan.
La fiducia está siendo negociada con Naciones Unidas, en un proyecto en el que se han interesado Alemania, Bélgica, España, Francia, Suecia y Suiza.
El jefe de la comisión técnica del proyecto, Roque Sevilla, quien dimitió junto con el canciller, señaló recientemente que la estatal Petroecuador tenía previsto utilizar el petróleo del ITT para alimentar la Refinería del Pacífico, que Ecuador y Venezuela empezarán a construir en junio en la costa ecuatoriana.
"De ninguna manera, no existe ninguna presión de absolutamente nadie", dijo el ministro de Recursos Naturales, Germánico Pinto, consultado sobre versiones de prensa acerca de un interés venezolano en el yacimiento ITT en la Amazonia.
"Si alguien quiere presionar, se va a encontrar con un gobierno que tiene una visión de soberanía y responsabilidad en el manejo de los recursos naturales no renovables", agregó el ministro al canal RTS.
El proyecto sufrió un tropiezo hace dos semanas tras la renuncia del canciller Fander Falconí, quien lideraba la iniciativa, por divergencias con el presidente Rafael Correa en torno a su manejo.
Correa estimó vergonzosas las condiciones de un fideicomiso que, según él, exigen los aportantes para administrar 3.500 millones de dólares que Quito espera recibir en compensación, aunque prometió sacar adelante el plan.
La fiducia está siendo negociada con Naciones Unidas, en un proyecto en el que se han interesado Alemania, Bélgica, España, Francia, Suecia y Suiza.
El jefe de la comisión técnica del proyecto, Roque Sevilla, quien dimitió junto con el canciller, señaló recientemente que la estatal Petroecuador tenía previsto utilizar el petróleo del ITT para alimentar la Refinería del Pacífico, que Ecuador y Venezuela empezarán a construir en junio en la costa ecuatoriana.