martes, 25 de agosto de 2009

Ecuador trata de enfriar el ambiente antes de la cumbre

A falta de cuatro días para la cumbre de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), el ambiente entre Colombia y Venezuela sigue caldeado, pero el Gobierno de Ecuador, secretario temporal del organismo regional, trató hoy de aliviar la tensión.

Unasur "no sentará" ni a Colombia ni a otro país "en el banquillo de los acusados", subrayó hoy en Brasilia el canciller ecuatoriano, Fánder Falconí, respecto a la cita de este viernes en San Carlos de Bariloche (Argentina).

La reunión de gobernantes de los 12 países de Unasur fue convocada con carácter extraordinario después de que en una cumbre celebrada a comienzos de este mes en Quito no se lograra consenso para censurar a Colombia por el acuerdo por el que militares de EE.UU. podrán usar bases colombianas en operaciones contra la guerrilla y los narcotraficantes.

El presidente colombiano, Álvaro Uribe, que no estuvo en la reunión en Quito, ha prometido estar en Bariloche, aunque ha aclarado que no acepta que le impongan condiciones al acuerdo con EE.UU., que el Gobierno de Venezuela considera una amenaza a su seguridad y una traición a América Latina.

El ministro de Exteriores colombiano, Jaime Bermúdez, afirmó hoy en Santiago que su país quiere discutir en la Unasur "la compra de armas a terceros países, el terrorismo y el narcotráfico en la región, y los acuerdos de cooperación con terceros países".

Bermúdez señaló que el Gobierno de Uribe está "abierto" a "discutir todos los temas" en esa cita e invitó a los otros asistentes a participar en una "discusión abierta, franca y concreta".

En términos similares se pronunció el jefe de la diplomacia ecuatoriana, cuando dijo que confía en que la cumbre de Unasur propiciará "un diálogo abierto y transparente".

Según Falconí, "está claro que no se trata de sentar a nadie en el banquillo de los acusados" ni de "generar conflictos", sino de que "los gobernantes puedan tamizar (la polémica) y buscar objetivos comunes".

Para Ecuador, dijo, "no hay temas vetados y todos los asuntos relacionados con la seguridad tienen que ser tratados en esta cumbre".

El ministro ecuatoriano apuntó, además, que confía "en que de ese encuentro salga una decisión constructiva, que permita hacerle un seguimiento" a las negociaciones entre Colombia y Estados Unidos, tarea que "podría" ser encargada al Consejo de Defensa de la Unasur.

El titular brasileño de Relaciones Exteriores, Celso Amorim, con el que hoy se reunió Falconí, opinó que "es necesario que los presidentes dialoguen" y creen "un clima de confianza".

Amorim dijo también que, si es necesario o solicitado por otro país, el Gobierno brasileño puede explicar los acuerdos militares que discute con Francia para la adquisición de armamento o posible cooperación en el adiestramiento de tropas.

El ministro brasileño insistió en que Colombia y Estados Unidos deberían ofrecer algún tipo de "garantía" de que los acuerdos serán limitados exclusivamente a territorio colombiano.

Pese a los paños fríos puestos y la postura conciliadora de Falconí, otro integrante del Gobierno de Rafael Correa afirmó hoy que el acuerdo militar que permitirá a Estados Unidos utilizar al menos siete bases colombianas va a "contracorriente" de la voluntad de "consolidar América Latina como una región de paz".

El ministro ecuatoriano de Seguridad Interna y Externa, Miguel Carvajal, dudó de que el objetivo del acuerdo colombo-estadounidense sea "combatir el narcotráfico y la guerrilla de las FARC" (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).

En la cumbre de Unasur en Bariloche, Ecuador va a "insistir en la necesidad de fortalecer los procesos de unidad latinoamericana" y promover "medidas de confianza mutua" para que ninguno de sus países "vaya a ser espiado militarmente", dijo.

Otro crítico del acuerdo castrense, el presidente de Bolivia, Evo Morales, señaló hoy que las FARC son el "mejor instrumento del imperio" de EE.UU. porque se han convertido en el pretexto para la presencia de militares estadounidenses en territorio colombiano.

Morales instó a la FARC a hacer "una profunda reflexión", porque, según dijo, en estos tiempos en lugar de las armas hay que recurrir a las urnas y a la conciencia de los pueblos para llevar a cabo los "cambios estructurales" y transformaciones sociales.

El mandatario boliviano pronosticó que en Bariloche "habrá un duro debate sobre la dignidad y soberanía de toda Suramérica", a propósito del acuerdo entre Colombia y Estados Unidos.

En la cumbre, el jefe de Estado venezolano, Hugo Chávez, presentará un informe militar estadounidense sobre el uso de bases colombianas para desmontar "las mentiras" que, según él, va a presentar allí el Gobierno de Uribe.

Además, Chávez pidió a su ministra de Información, Blanca Eckhout, que "haga todo lo necesario" para que sus mensajes y sus planteamientos sean conocidos por el pueblo colombiano, lo cual motivó hoy una dura respuesta del Gobierno de Álvaro Uribe.

El embajador colombiano ante la OEA, Luis Alfonso Hoyos, adelantó a Caracol Radio que hoy entregará al organismo una moción de rechazo a lo que calificó como "descarado intervencionismo" del gobernante venezolano en su país.

El diario The Washington Post publicó hoy un editorial dedicado al presidente venezolano en el que, con el título "Ventaja, Sr. Chávez", destaca "lo fácil" que le está resultando desviar la atención de algunas de sus actividades, como el cierre de emisoras de radio y "el suministro de armamento avanzado" a la guerrilla colombiana, "poniendo a la defensiva" al Gobierno de Barack Obama.

El Post considera un tanto para Chávez que los gobernantes de la Unasur hayan sido convocados para tratar de un acuerdo del que "ha quedado perfectamente claro que no supondrá un incremento notorio de las operaciones militares de EE.UU. en Latinoamérica ni supone una amenaza, salvo para los traficantes de drogas y los terroristas de las FARC". EFE