La cifra fue dada por Lorena Escudero, ministra de los Migrantes. Pero en la Senami no dan más detalles
El martes de la semana pasada, la ministra de los Migrantes, Lorena Escudero, presentó su informe de labores en Cuenca, en el que no faltaron lágrimas ni cifras. Una de ellas, la de 200 ecuatorianos desaparecidos en su intento de llegar hasta los Estados Unidos, solo contando a partir del año 2008.
Casi al mismo tiempo, una de las migrantes que pudo regresar viva al país, Edma Corte, oriunda de la comunidad de Rumipamba en la parroquia azuaya de San Bartolomé, logró localizar a su hijo de nueve años, que estuvo perdido durante cinco meses en la frontera de México y Estados Unidos.
La mujer relató que todas las autoridades a las que solicitó ayuda no la apoyaron. Por eso, ella se contactó directamente con la policía de migración en Estados Unidos para que le apoyen en la búsqueda del menor, y en menos de un día obtuvo resultados y encontró a su hijo en un departamento en Phoenix, Arizona, junto a otras dos personas que fueron detenidas, por la presunción de que serían coyoteros.
"Aquí no pudieron hacer nada las autoridades. Yo, con mi propia inteligencia, le localicé a mi hijo, yo solita, por todo lado andaba pidiendo ayuda, me fui a la Secretaria del Migrante, nada pudieron hacer", relata la mujer.
La mujer lamenta no haber tenido la posibilidad de estudiar: cursó solo hasta segundo año de escuela. "Mala suerte que no soy estudiada, porque sino, encontraba más rápido a mi hijo. El problema es que los gringos me hablaban por teléfono en inglés y no les entendía nada".
Ahora continúa los trámites para el retorno de su hijo. "Pago a personas para que me den enviando los documentos que me piden por fax", cuenta la mujer, quien aún no sabe la fecha en la que podrá tener cerca de su hijo.
Para la ministra Escudero, en cambio, la Secretaría a su cargo sí ayudó a la desesperada mujer, pero "a lo mejor ella no estaba al tanto", dice.
La Secretaría del Migrante no ha detallado los 200 casos de desaparecidos denunciados por la ministra. Pero en el Azuay, la regional de la Senami ha receptado 33 solicitudes de apoyo para localizar a personas desaparecidas. María Fernanda Carrión, de la Unidad de Atención de la Senami, dijo que esos registros no son únicamente de migrantes que se perdieron en el trayecto a Estados Unidos, sino que corresponde también a personas con las que los familiares han perdido contacto, por lo que no necesariamente están perdidas.
María Fernanda Carrión, de la Senami de Cuenca, explicó que a esta Secretaría no le corresponde la investigación de los desaparecidos. Lo que hacen es apoyar a las víctimas a que establezcan la denuncia en la Fiscalía; sin embargo, calcula que de los 33 casos registrados en Azuay, únicamente cinco han formalizado la denuncia. "Nosotros les ofrecemos llevarles en el vehículo de la institución para que presenten la denuncia, pero se resisten por miedo a los coyotes", cuenta.
Lo más común es que las personas se pierdan en su trayecto a Estados Unidos. La semana anterior, Carrión conoció la denuncia que hizo una mujer cuya hija está perdida. Los familiares, a más de lidiar con las mentiras del coyote, quien no les da información sobre el paradero de su familiar, ahora dicen que también son estafados por una persona que asegura ser brujo y que puede localizar a la desaparecida, a cambio de dinero. "Lo que la Senami hace es enviar la información a Cancillería para que se oficie al cónsul del país donde presuntamente está desaparecido", dice Carrión.
El martes de la semana pasada, la ministra de los Migrantes, Lorena Escudero, presentó su informe de labores en Cuenca, en el que no faltaron lágrimas ni cifras. Una de ellas, la de 200 ecuatorianos desaparecidos en su intento de llegar hasta los Estados Unidos, solo contando a partir del año 2008.
Casi al mismo tiempo, una de las migrantes que pudo regresar viva al país, Edma Corte, oriunda de la comunidad de Rumipamba en la parroquia azuaya de San Bartolomé, logró localizar a su hijo de nueve años, que estuvo perdido durante cinco meses en la frontera de México y Estados Unidos.
La mujer relató que todas las autoridades a las que solicitó ayuda no la apoyaron. Por eso, ella se contactó directamente con la policía de migración en Estados Unidos para que le apoyen en la búsqueda del menor, y en menos de un día obtuvo resultados y encontró a su hijo en un departamento en Phoenix, Arizona, junto a otras dos personas que fueron detenidas, por la presunción de que serían coyoteros.
"Aquí no pudieron hacer nada las autoridades. Yo, con mi propia inteligencia, le localicé a mi hijo, yo solita, por todo lado andaba pidiendo ayuda, me fui a la Secretaria del Migrante, nada pudieron hacer", relata la mujer.
La mujer lamenta no haber tenido la posibilidad de estudiar: cursó solo hasta segundo año de escuela. "Mala suerte que no soy estudiada, porque sino, encontraba más rápido a mi hijo. El problema es que los gringos me hablaban por teléfono en inglés y no les entendía nada".
Ahora continúa los trámites para el retorno de su hijo. "Pago a personas para que me den enviando los documentos que me piden por fax", cuenta la mujer, quien aún no sabe la fecha en la que podrá tener cerca de su hijo.
Para la ministra Escudero, en cambio, la Secretaría a su cargo sí ayudó a la desesperada mujer, pero "a lo mejor ella no estaba al tanto", dice.
La Secretaría del Migrante no ha detallado los 200 casos de desaparecidos denunciados por la ministra. Pero en el Azuay, la regional de la Senami ha receptado 33 solicitudes de apoyo para localizar a personas desaparecidas. María Fernanda Carrión, de la Unidad de Atención de la Senami, dijo que esos registros no son únicamente de migrantes que se perdieron en el trayecto a Estados Unidos, sino que corresponde también a personas con las que los familiares han perdido contacto, por lo que no necesariamente están perdidas.
María Fernanda Carrión, de la Senami de Cuenca, explicó que a esta Secretaría no le corresponde la investigación de los desaparecidos. Lo que hacen es apoyar a las víctimas a que establezcan la denuncia en la Fiscalía; sin embargo, calcula que de los 33 casos registrados en Azuay, únicamente cinco han formalizado la denuncia. "Nosotros les ofrecemos llevarles en el vehículo de la institución para que presenten la denuncia, pero se resisten por miedo a los coyotes", cuenta.
Lo más común es que las personas se pierdan en su trayecto a Estados Unidos. La semana anterior, Carrión conoció la denuncia que hizo una mujer cuya hija está perdida. Los familiares, a más de lidiar con las mentiras del coyote, quien no les da información sobre el paradero de su familiar, ahora dicen que también son estafados por una persona que asegura ser brujo y que puede localizar a la desaparecida, a cambio de dinero. "Lo que la Senami hace es enviar la información a Cancillería para que se oficie al cónsul del país donde presuntamente está desaparecido", dice Carrión.