En la 65ª asamblea general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que inició ayer, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, urgió a Medio Oriente a concretar la paz en un año.
El mandatario dijo que Israel debería extender su moratoria sobre la construcción de asentamientos y los estados árabes deberían normalizar sus relaciones con el Estado judío.
Tres semanas después de que Israel y los palestinos reanudaran las negociaciones, Obama señaló que los líderes mundiales deben asegurarse de que “esta vez sea diferente” a los intentos previos de poner fin al conflicto.
Estados Unidos está intentando preservar las negociaciones directas entre Israel y los palestinos. Pero la negativa israelí a extender una moratoria sobre los asentamientos en la ocupada Cisjordania ha puesto en riesgo el proceso.
La delegación israelí no estuvo presente en el salón de la asamblea, pero su portavoz dijo que el motivo de la ausencia fue el feriado judío de Sucot, la Fiesta de los Tabernáculos.
Obama advirtió que si las negociaciones de paz no conducen a un acuerdo, los palestinos nunca accederán a la independencia real e Israel nunca vivirá en seguridad.
En un comentario implícitamente dirigido a Israel, el mandatario advirtió que “las duras realidades de la demografía terminarán imponiéndose”.
“Habrá más derramamiento de sangre y esta Tierra Santa permanecerá como un símbolo de nuestras diferencias, en lugar de serlo de nuestra humanidad común... Yo me niego a aceptar ese futuro”, expresó.
El mandatario estadounidense también dejó abierta la puerta al diálogo con Irán en la controversia nuclear y buscar una “solución a nuestras divergencias”, pero agregó que el Gobierno iraní “debe demostrar un compromiso claro y creíble” de la intención pacífica de su programa nuclear.
El miércoles las grandes potencias pidieron una pronta solución negociada a la disputa por el programa iraní. El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Manouchehr Mottaki, dijo ayer que el país está listo para participar en negociaciones “justas”, pues insistió en que solo quiere energía nuclear para generar electricidad.
Mientras que el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, abrió la polémica en la ONU cuando en su intervención dijo que “segmentos dentro del Gobierno estadounidense” orquestaron los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 conspirando con Israel.
“Después la máquina de la propaganda comenzó a funcionar” e inició el conflicto de Afganistán, acotó.
Las delegaciones de EE.UU. y países de la Unión Europea abandonaron la sala ante el discurso de Ahmadinejad.
El mandatario dijo que Israel debería extender su moratoria sobre la construcción de asentamientos y los estados árabes deberían normalizar sus relaciones con el Estado judío.
Tres semanas después de que Israel y los palestinos reanudaran las negociaciones, Obama señaló que los líderes mundiales deben asegurarse de que “esta vez sea diferente” a los intentos previos de poner fin al conflicto.
Estados Unidos está intentando preservar las negociaciones directas entre Israel y los palestinos. Pero la negativa israelí a extender una moratoria sobre los asentamientos en la ocupada Cisjordania ha puesto en riesgo el proceso.
La delegación israelí no estuvo presente en el salón de la asamblea, pero su portavoz dijo que el motivo de la ausencia fue el feriado judío de Sucot, la Fiesta de los Tabernáculos.
Obama advirtió que si las negociaciones de paz no conducen a un acuerdo, los palestinos nunca accederán a la independencia real e Israel nunca vivirá en seguridad.
En un comentario implícitamente dirigido a Israel, el mandatario advirtió que “las duras realidades de la demografía terminarán imponiéndose”.
“Habrá más derramamiento de sangre y esta Tierra Santa permanecerá como un símbolo de nuestras diferencias, en lugar de serlo de nuestra humanidad común... Yo me niego a aceptar ese futuro”, expresó.
El mandatario estadounidense también dejó abierta la puerta al diálogo con Irán en la controversia nuclear y buscar una “solución a nuestras divergencias”, pero agregó que el Gobierno iraní “debe demostrar un compromiso claro y creíble” de la intención pacífica de su programa nuclear.
El miércoles las grandes potencias pidieron una pronta solución negociada a la disputa por el programa iraní. El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Manouchehr Mottaki, dijo ayer que el país está listo para participar en negociaciones “justas”, pues insistió en que solo quiere energía nuclear para generar electricidad.
Mientras que el presidente iraní, Mahmud Ahmadinejad, abrió la polémica en la ONU cuando en su intervención dijo que “segmentos dentro del Gobierno estadounidense” orquestaron los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001 conspirando con Israel.
“Después la máquina de la propaganda comenzó a funcionar” e inició el conflicto de Afganistán, acotó.
Las delegaciones de EE.UU. y países de la Unión Europea abandonaron la sala ante el discurso de Ahmadinejad.