viernes, 24 de septiembre de 2010

La muerte de ‘Mono Jojoy’, golpe clave al ala dura de las FARC

BOGOTÁ. El jefe militar de las FARC, la mayor guerrilla izquierdista colombiana, Luis Suárez, alias Jorge Briceño o el Mono Jojoy, murió durante un bombardeo de las Fuerzas Armadas, en lo que fue considerado ayer por el Gobierno como el golpe más duro al grupo rebelde en su historia.

“Este es el golpe más contundente a las FARC, más que el de Raúl Reyes, porque él era el símbolo del terror, él simbolizaba la violencia”, dijo Santos desde Nueva York, donde asiste a la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Briceño, de 57 años, integraba el secretariado (mando central) de las FARC desde 1993, y dirigía el Bloque Oriental de esa guerrilla, el más numeroso y el que manejaba mayores recursos económicos.

Su cuerpo fue encontrado en las primeras horas de ayer tras bombardeos aéreos y combates en tierra ocurridos alrededor de su campamento en el departamento del Meta, centro de Colombia, informó el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera.

El ataque fue lanzado el miércoles a la 01:00 local, según el Ministerio de Defensa, y había sido aprobado previamente el lunes por el presidente Santos, antes de viajar a Nueva York para la Asamblea General de Naciones Unidas.

La guarida de Jojoy fue considerada por autoridades como el mayor campamento de las FARC conocido hasta ahora, con 300 metros de largo, un búnker de concreto, zanjas de arrastre y túneles de escape, donde se encontraban entre 600 y 1.000 guerrilleros.

“En esta operación llegamos a lo que podríamos llamar la madre de todos los campamentos de las FARC”, dijo el ministro de Defensa, Rodrigo Rivera.

Entre 700 y 800 hombres de todos los componentes de las fuerzas militares, incluidos los de inteligencia, participaron en la operación, bautizada como Sodoma, en la que se utilizaron alrededor de 60 aeronaves y más de 50 bombas, incluidas bombas inteligentes. En los combates murieron unos 20 guerrilleros y fueron heridos 5 militares, que se encuentran fuera de peligro, según las autoridades.

Se trató de “una operación 100% colombiana”, enfatizó Santos, que asumió la presidencia en agosto y era ministro de Defensa cuando fue abatido Raúl Reyes, entonces el segundo al mando de las FARC, en un bombardeo en lado ecuatoriano de la frontera con Colombia el 1 de marzo del 2008.

Briceño tenía en Colombia 62 órdenes de captura por homicidio, secuestro y terrorismo. También era requerido en Estados Unidos por tráfico de drogas y el secuestro de tres estadounidenses que fueron liberados en la operación Jaque, el 2 de julio del 2008, junto a la ex candidata presidencial Íngrid Betancourt.

El Ministro de Defensa pidió ayer al jefe máximo de las FARC, Alfonso Cano, que se entregue “con garantía de su vida y un trato justo de acuerdo con el ordenamiento jurídico”.

La muerte de Briceño es la más reciente de una serie de pérdidas de comandantes que sufre las FARC desde el 2002, cuando el ex presidente Álvaro Uribe apoyado por EE.UU. le declaró la guerra a los rebeldes. Miles de combatientes han desertado desde entonces, lo que redujo las fuerzas rebeldes a 8.000 hombres desde los 17.000 que tenía, según cálculos de fuentes de seguridad.

Aunque el presidente Santos se anotó una victoria con la caída del comandante y de otros guerrilleros, dijo que aún queda mucho por hacer. “Al resto de las FARC decirles que vamos por ellos, que aquí no vamos a bajar la guardia y no podemos ser triunfalistas porque falta todavía mucho camino por recorrer”, dijo.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) llevan 46 años de lucha armada contra el Estado colombiano.