La tarde del viernes 17 de septiembre de 2010, la Ministra Coordinadora de la Producción, Empleo y Competitividad, Econ. Nathalie Cely; el Ministro de Relaciones Laborales, Ing. Richard Espinosa; el Asesor del MCPEC, Abg. Rubén Morán; y Coordinador de Análisis del MCPEC, Econ. David Molina; mantuvieron diálogo con distintos medios de comunicación, en la rueda de prensa sobre Código de la Producción, resultados de gira en Asia, salario digno y ERCO.
El principio que motiva al Gobierno Nacional a impulsar el salario digno, es que ninguna empresa base su rentabilidad a costa de pagar salarios bajos a sus trabajadores. Por ello, se propone que las empresas que generen utilidades estén obligadas a pagar una bonificación adicional a cada uno de sus trabajadores que no reciban el valor equivalente al salario digno.
El salario digno mensual debe cubrir al menos las necesidades básicas de la persona trabajadora así como las de su familia, y corresponde al costo de la canasta básica familiar dividido para el número de perceptores del hogar. El costo de la canasta básica familiar y el número de perceptores del hogar serán determinados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC, de manera anual.
El porcentaje de Participación del trabajador en utilidades de la empresa, divididas para doce. En caso de que el trabajador haya laborado por un período menor a un año, el cálculo será proporcional al tiempo de trabajo.
Para los trabajadores que, ganan el salario mínimo y que tienen derecho a fondos de reserva, la brecha actual para alcanzar el salario digno es de 36 dólares. Para aquellos que no reciben fondos de reserva (14% de los trabajadores afiliados) la brecha sería de 56 dólares.
Este es un mecanismo que busca transparentar y mejorar la equidad en la distribución de los salarios. En este sentido, ya se han logrado resultados importantes. El sólo anuncio realizado por el Señor Presidente de que la política salarial busca un mejor reparto de los rendimientos económicos entre el capital y el trabajo, hizo que muchas empresas transparenten sus verdaderos costos salariales (con afiliación al IESS) e incrementes los salarios a los trabajadores con remuneraciones más bajas.
Como se observa en las siguientes figuras, la distribución de los salarios mejoró significativamente. Mientras en el 2008 y en el 2009, entre el 40% y el 50% de los trabajadores recibían un salario (reportado a la seguridad social) muy cercano al salario mínimo, en el 2010 este porcentaje se redujo a alrededor del 10%. Además, los salarios promedio crecieron de manera importante. En el primer año, éste fue de 308 dólares; en el segundo, 351 dólares; y, en el tercero, 432 dólares.
El principio que motiva al Gobierno Nacional a impulsar el salario digno, es que ninguna empresa base su rentabilidad a costa de pagar salarios bajos a sus trabajadores. Por ello, se propone que las empresas que generen utilidades estén obligadas a pagar una bonificación adicional a cada uno de sus trabajadores que no reciban el valor equivalente al salario digno.
El salario digno mensual debe cubrir al menos las necesidades básicas de la persona trabajadora así como las de su familia, y corresponde al costo de la canasta básica familiar dividido para el número de perceptores del hogar. El costo de la canasta básica familiar y el número de perceptores del hogar serán determinados por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos, INEC, de manera anual.
El porcentaje de Participación del trabajador en utilidades de la empresa, divididas para doce. En caso de que el trabajador haya laborado por un período menor a un año, el cálculo será proporcional al tiempo de trabajo.
Para los trabajadores que, ganan el salario mínimo y que tienen derecho a fondos de reserva, la brecha actual para alcanzar el salario digno es de 36 dólares. Para aquellos que no reciben fondos de reserva (14% de los trabajadores afiliados) la brecha sería de 56 dólares.
Este es un mecanismo que busca transparentar y mejorar la equidad en la distribución de los salarios. En este sentido, ya se han logrado resultados importantes. El sólo anuncio realizado por el Señor Presidente de que la política salarial busca un mejor reparto de los rendimientos económicos entre el capital y el trabajo, hizo que muchas empresas transparenten sus verdaderos costos salariales (con afiliación al IESS) e incrementes los salarios a los trabajadores con remuneraciones más bajas.
Como se observa en las siguientes figuras, la distribución de los salarios mejoró significativamente. Mientras en el 2008 y en el 2009, entre el 40% y el 50% de los trabajadores recibían un salario (reportado a la seguridad social) muy cercano al salario mínimo, en el 2010 este porcentaje se redujo a alrededor del 10%. Además, los salarios promedio crecieron de manera importante. En el primer año, éste fue de 308 dólares; en el segundo, 351 dólares; y, en el tercero, 432 dólares.