
MONTEVIDEO. El ex guerrillero e izquierdista José 'Pepe' Mujica prometió ayer unidad y políticas económicas ortodoxas al asumir la Presidencia del Uruguay, antes de ser aclamado en la céntrica plaza Independencia de Montevideo por miles de personas.
"Hoy es el cielo, mañana es el purgatorio", dijo Mujica antes de que su esposa su esposa y primera senadora Lucía Topolansky le tomara juramento en la Asamblea General.
En su discurso tras la juramentación en el Palacio Legislativo, Mujica instó a pasar de la tolerancia a la colaboración con la oposición porque "unos llevamos los tornillos y otros llevamos las tuercas".
Además, prometió mantener una política económica ortodoxa y prolija en la misma línea que la del anterior Gobierno del Frente Amplio.
Tras el acto ante la Asamblea General, Mujica y su vicepresidente, Danilo Astori, fueron hacia la céntrica plaza Independencia, en un pequeño coche chino adaptado a motor eléctrico con mano de obra uruguaya, al que la población llama el Pepemóvil.
En un día soleado, Mujica y su vicepresidente recorrieron las últimas cuadras a pie, por la avenida 18 de Julio, aclamados por miles de personas.
"Vamos Pepe, Pepe con la gente", coreaban a lo largo del recorrido, en tanto lanzaban ensordecedores gritos de "¡Uruguay, Uruguay!".
En la plaza Independencia, en un escenario presidido por la estatua del prócer Artigas, el mandatario saliente Tabaré Vázquez le pasó la banda presidencial y recibió honores militares, en presencia de numerosos dignatarios extranjeros. Entre ellos se encontraban el príncipe de España, Felipe de Borbón, y los presidentes Hugo Chávez (Venezuela), Cristina Fernández (Argentina), Evo Morales (Bolivia), Fernando Lugo (Paraguay), Álvaro Colom (Guatemala) y Rafael Correa (Ecuador), quien debió trasladarse con muletas y silla de ruedas tras una operación de rodilla.
La secretaria de Estado Hillary Clinton, que se entrevistó con Mujica por la mañana, tal y como hizo el presidente colombiano Álvaro Uribe, no acudió a la ceremonia popular y partió a Buenos Aires, donde tenía previsto pasar la noche para continuar su periplo latinoamericano en Chile.
Mujica, quien se definió en su discurso como un agricultor y campesino del alma, afirmó que de verdad quiere terminar con la indigencia y que la gente tenga trabajo. Pero advirtió que nada de esto se consigue en este país a los gritos, porque "nosotros queremos transformación y avance de verdad"
Mujica, que ha seducido tanto a opositores y a empresarios, se propone un Gobierno austero y anunció que donará el 87% de su salario de unos $12 500 dólares mensuales para un fondo de vivienda.
"Austeridad significa una lucha desesperada por mantener la libertad y no es tacañería sino una forma de preservar nuestra libertad individual y ser menos dependientes de las obligaciones económicas", puntualizó.
Como primer acto oficial, los 13 ministros que formarán el Gabinete de Mujica, entre los que hay dos mujeres y dos ex guerrilleros tupamaros como él, firmaron el acta y asumieron ayer oficialmente su cargo. (AFP-EFE)
"Hoy es el cielo, mañana es el purgatorio", dijo Mujica antes de que su esposa su esposa y primera senadora Lucía Topolansky le tomara juramento en la Asamblea General.
En su discurso tras la juramentación en el Palacio Legislativo, Mujica instó a pasar de la tolerancia a la colaboración con la oposición porque "unos llevamos los tornillos y otros llevamos las tuercas".
Además, prometió mantener una política económica ortodoxa y prolija en la misma línea que la del anterior Gobierno del Frente Amplio.
Tras el acto ante la Asamblea General, Mujica y su vicepresidente, Danilo Astori, fueron hacia la céntrica plaza Independencia, en un pequeño coche chino adaptado a motor eléctrico con mano de obra uruguaya, al que la población llama el Pepemóvil.
En un día soleado, Mujica y su vicepresidente recorrieron las últimas cuadras a pie, por la avenida 18 de Julio, aclamados por miles de personas.
"Vamos Pepe, Pepe con la gente", coreaban a lo largo del recorrido, en tanto lanzaban ensordecedores gritos de "¡Uruguay, Uruguay!".
En la plaza Independencia, en un escenario presidido por la estatua del prócer Artigas, el mandatario saliente Tabaré Vázquez le pasó la banda presidencial y recibió honores militares, en presencia de numerosos dignatarios extranjeros. Entre ellos se encontraban el príncipe de España, Felipe de Borbón, y los presidentes Hugo Chávez (Venezuela), Cristina Fernández (Argentina), Evo Morales (Bolivia), Fernando Lugo (Paraguay), Álvaro Colom (Guatemala) y Rafael Correa (Ecuador), quien debió trasladarse con muletas y silla de ruedas tras una operación de rodilla.
La secretaria de Estado Hillary Clinton, que se entrevistó con Mujica por la mañana, tal y como hizo el presidente colombiano Álvaro Uribe, no acudió a la ceremonia popular y partió a Buenos Aires, donde tenía previsto pasar la noche para continuar su periplo latinoamericano en Chile.
Mujica, quien se definió en su discurso como un agricultor y campesino del alma, afirmó que de verdad quiere terminar con la indigencia y que la gente tenga trabajo. Pero advirtió que nada de esto se consigue en este país a los gritos, porque "nosotros queremos transformación y avance de verdad"
Mujica, que ha seducido tanto a opositores y a empresarios, se propone un Gobierno austero y anunció que donará el 87% de su salario de unos $12 500 dólares mensuales para un fondo de vivienda.
"Austeridad significa una lucha desesperada por mantener la libertad y no es tacañería sino una forma de preservar nuestra libertad individual y ser menos dependientes de las obligaciones económicas", puntualizó.
Como primer acto oficial, los 13 ministros que formarán el Gabinete de Mujica, entre los que hay dos mujeres y dos ex guerrilleros tupamaros como él, firmaron el acta y asumieron ayer oficialmente su cargo. (AFP-EFE)