lunes, 29 de marzo de 2010

El Telégrafo frenó ingreso a autora de artículo censurado

Mariuxi León, editora de Diversidad, ayer fue impedida de ingresar a la Redacción para cumplir con su turno de fin de semana y se le comunicó que “pase mañana (hoy) a recoger sus cosas”, según fuentes de ese diario.

A las 18:42 del sábado último, León escribió a sus amigos en la red social Facebook que había escrito un artículo en la columna titulada ‘Desde la mesa de Redacción’, para que se publicara ayer en las ediciones impresa y de internet. Allí también consta la foto del comentario que no se publicó en la edición impresa ni en la de internet.

“El diario se manda a imprimir y el gerente de Producción, Marvin Rotter, acaba de decirme: ‘¿Estás segura de lo que vas a publicar?, ¿estás segura de que lo quieres publicar así?’. Eso por la carta que debe salir publicada mañana (ayer). Dejo la foto”, escribió la editora.

En el comentario, León se refirió a las “situaciones oscuras” que ha conocido El Telégrafo; entre ellas menciona el despido de Montoya “por oponerse” a la creación de “un mal llamado diario popular” que auspicia el Gobierno.

También habla del “funcionario torpe y equivocado” que en febrero pasado “ordenó” censurar una información sobre las resoluciones tomadas por la junta de accionistas del diario, y comenta la renuncia de David Sosa, editor de la sección Séptimo Día, por estar “indignado y cansado” de lo que acontece en el matutino.

“El que habló fue silenciado y quien actuó a escondidas permanece seguro. Previamente a estas canalladas, 63 personas públicamente dijimos al Gobierno que se equivoca ‘porque pretender construir un nuevo medio sobre las aún inacabadas bases de un proyecto inédito de periodismo es echar tierra sobre él, es enterrarlo’. La tierra nos fue lanzada a la cara”, expresó León en su nota.

Más adelante señaló: “Sepan que aunque nos reconocemos en una lucha desigual, desde donde estemos le diremos al oído: el poder es finito. Y mientras se les extingue a quienes mal lo usan, este diario –nuevamente– se imprime...”.

Los contactos de la periodista en Facebook respaldaron su escrito y se refirieron a un “policía de contenidos” en El Telégrafo, (refiriéndose a Marvin Rotter), contra quien emitieron duros calificativos.

Además, expresaron su deseo de que no se repita la “censura” de la noticia de febrero pasado, que luego debió ser publicada. Días después de ese episodio, Jorge Glas, ministro de Telecomunicaciones, reiteró la independencia editorial del diario y garantizó la estabilidad laboral de los trabajadores.

Los colegas de León también critican la actitud del jefe de Redacción, Daniel Solórzano, por no haber comentado en el diario sobre la salida de su amigo y ex jefe, Montoya; y llaman a mover este tipo de informaciones a través de otras redes sociales y blogs.

Según periodistas de El Telégrafo, la Redacción vive un ambiente tenso desde que salió Montoya y advierten la renuncia de editores; hablan incluso de teléfonos intervenidos.

La idea de dar a El Telégrafo un “giro comercial” también se comenta a nivel de redacción con un proyecto de que circulen dos secciones (actualmente son tres). Fuentes vinculadas con el matutino señalaron además que la rotativa está averiada y que al momento el diario se imprime en la empresa editora Granasa.

La censura de una noticia en el diario público El Telégrafo, sobre los temas tratados por su Junta de Accionistas en una sesión del 29 de enero pasado, atizó la pugna interna en ese medio, originada por la intención del régimen de crear un diario oficial de corte popular con recursos del matutino, y el rechazo de sus directivos a este proyecto

Denuncia
El entonces director de El Telégrafo, Rubén Montoya, denunció en un editorial que “se impidió la publicación” de la nota.