El proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair debe sortear varios problemas en el proceso de ejecución.
El primer riesgo que corre es por la falta de estudios necesarios. Según los técnicos del sector, hasta ahora no hay una justificación seria sobre la potencia de la central, pues los estudios iniciales del ex Inecel determinan una potencia de 860 megavatios, pero Cocasinclair anunció que tendrá 1.500 megavatios de capacidad.
Otro problema serio del proyecto es que no existen los diseños conceptuales ni los diseños de ingeniería básica.
José Pileggi, experto en electricidad, sostiene que si no hay esos estudios se corre el peligro de construir una obra que tendrá problemas en el futuro.
Pileggi considera que para blindar el proyecto Coca Codo, se debe contar con los estudios de factibilidad, los diseños definitivos y el presupuesto referencial de la obra. “Con estos elementos de juicio sabremos con certeza la viabilidad del proyecto”, afirma Pileggi.
Pero si no se respeta este procedimiento se estará violando la Ley de Contratación Pública vigente, la cual dispone que “para iniciar un proceso precontractual (como es el caso del Coca Codo), se deberá contar con los estudios, diseños, planos, cálculos, especificaciones generales y técnicas debidamente concluidos”.
“Si por ganar tiempo se deja de lado las consideraciones técnicas y las disposiciones legales, se repetirán los problemas ocurridos en la central San Francisco y en el proyecto Baba”, asegura Hermel Flores, experto en contratación pública.
El proyecto Baba, por ejemplo, se inició sin los estudios técnicos respectivos y ahora sufre retrasos porque los constructores deben ir haciendo ajustes en el camino.
Según el ministro de Electricidad, Miguel Calahorrano, el proyecto Coca Codo es uno de los más estudiados del país, desde 1991 cuando Inecel terminó el primer estudio técnico.
Sin embargo, el Ministerio de Electricidad hará un convenio con una empresa especializada para que realice los estudios definitivos en seis o siete meses, mientras se licita la obra. Pero hay otro problema fundamental que es el financiamiento. Tras la caída de las negociaciones con el Eximbank de China, para que otorgue un préstamo de $1.682 millones de dólares, el Gobierno busca otras fuentes de crédito.
Según el ministro coordinador de Política Económica, Diego Borja, se trabaja con un grupo de inversionistas, ya que las formas de financiamiento han cambiado, y no son solo los organismos multilaterales los que prestan.
El mecanismo radica en que los inversores conforman consorcios internacionales donde participan capitales hindúes, ingleses, chinos o coreanos y el grupo inversor hace la propuesta, que desde ahora está esperando el Estado.
El primer riesgo que corre es por la falta de estudios necesarios. Según los técnicos del sector, hasta ahora no hay una justificación seria sobre la potencia de la central, pues los estudios iniciales del ex Inecel determinan una potencia de 860 megavatios, pero Cocasinclair anunció que tendrá 1.500 megavatios de capacidad.
Otro problema serio del proyecto es que no existen los diseños conceptuales ni los diseños de ingeniería básica.
José Pileggi, experto en electricidad, sostiene que si no hay esos estudios se corre el peligro de construir una obra que tendrá problemas en el futuro.
Pileggi considera que para blindar el proyecto Coca Codo, se debe contar con los estudios de factibilidad, los diseños definitivos y el presupuesto referencial de la obra. “Con estos elementos de juicio sabremos con certeza la viabilidad del proyecto”, afirma Pileggi.
Pero si no se respeta este procedimiento se estará violando la Ley de Contratación Pública vigente, la cual dispone que “para iniciar un proceso precontractual (como es el caso del Coca Codo), se deberá contar con los estudios, diseños, planos, cálculos, especificaciones generales y técnicas debidamente concluidos”.
“Si por ganar tiempo se deja de lado las consideraciones técnicas y las disposiciones legales, se repetirán los problemas ocurridos en la central San Francisco y en el proyecto Baba”, asegura Hermel Flores, experto en contratación pública.
El proyecto Baba, por ejemplo, se inició sin los estudios técnicos respectivos y ahora sufre retrasos porque los constructores deben ir haciendo ajustes en el camino.
Según el ministro de Electricidad, Miguel Calahorrano, el proyecto Coca Codo es uno de los más estudiados del país, desde 1991 cuando Inecel terminó el primer estudio técnico.
Sin embargo, el Ministerio de Electricidad hará un convenio con una empresa especializada para que realice los estudios definitivos en seis o siete meses, mientras se licita la obra. Pero hay otro problema fundamental que es el financiamiento. Tras la caída de las negociaciones con el Eximbank de China, para que otorgue un préstamo de $1.682 millones de dólares, el Gobierno busca otras fuentes de crédito.
Según el ministro coordinador de Política Económica, Diego Borja, se trabaja con un grupo de inversionistas, ya que las formas de financiamiento han cambiado, y no son solo los organismos multilaterales los que prestan.
El mecanismo radica en que los inversores conforman consorcios internacionales donde participan capitales hindúes, ingleses, chinos o coreanos y el grupo inversor hace la propuesta, que desde ahora está esperando el Estado.