lunes, 8 de marzo de 2010

Ecuatorianos retornaron marcados por el terremoto

Los 31 ecuatorianos adultos que llegaron la noche del sábado a la base aérea Simón Bolívar no se conocían pero tenían algo en común, el temor de continuar en Chile después de la destrucción que provocó el terremoto de 8,8 grados en la escala de Richter, y las réplicas que todavía hacen temblar a ese país.

El cuencano Galo Esteban Cárdenas Santa Cruz cruzó la puerta de la terminal y cuando abrazó a sus padres empezaron a llorar. Durante cinco días estuvieron incomunicados. Su papá, Galo Cárdenas, había conversado telefónicamente con él unos minutos antes del sismo. Después de eso, volvió a escuchar su voz el miércoles 3 de marzo.

El joven de 23 años, estudiante de medicina, realizaba desde febrero un intercambio en el hospital de Cauquenes, en el sur de Chile. Cuando sintió el temblor salió del departamento que alquilaba, al percatarse que la dueña de casa no estaba en la calle regresó a rescatarla, había quedado atrapada. Pocos minutos después acudió al hospital, donde los médicos rescataban a los pacientes. Así pasó cinco días.

En Cuenca, su madre Marta Santa Cruz intentaba obtener noticias de su hijo a través de las redes sociales de Internet, pero no tuvo éxito. Su angustia terminó el 3 de marzo, cuando el joven les anunció que gracias a la embajada de Ecuador retornaría tres días después.

Al hablar de lo que vivió su voz se quebraba, pero aprovechó las entrevistas, para decir que algunos médicos ecuatorianos reportados como desaparecidos, como Claudio Cuello están bien.