Los cafetaleros de la Costa no se imaginaron que llegarían clones capaces de volver rentables los cultivos. Después de casi una década de dejar en pampa miles de hectáreas vuelve la esperanza: 14 clones producen entre 100 y 120 quintales por hectárea.
Freddy Bustamante, un exportador del grano, creyó que había un atajo para el dificultoso camino que vivían los agricultores por la caída de los precios en el mundo.
Ahora, las viejas plantaciones de arábigo podrán sembrar variedades del tipo robusta cultivado en la Amazonía.
Los resultados de los primeros 30 meses de estudio en el banco de germoplasma de la hacienda Denisse, donde fueron realizados los ensayos, indican que los cafetales con riego tienden a ser precoces: las primeras cosechas empezaron a los 16 meses de haber sembrado la plantas.
Según Rubén Corral, delegado del Consejo Cafetalero Nacional (Cofenac), han identificado 14 clones promisorios con rendimientos que van de 4.957 a 9.880 gramos de café por planta. Considerando una densidad de 1.666 plantas por hectárea, esto significaría entre 40 y 80 quintales de café oro (listo para exportar).
Pero es necesario evaluar por lo menos 18 meses adicionales de cosecha para poder decidir con seguridad aquellos clones aptos para las zonas tropicales secas del Litoral. Los aspectos clave son el riego por goteo y el programa de fertilización (fertirrigación).
Corral espera que a partir del segundo año de cosecha los clones produzcan arriba de los 100 a 120 sacos de cien libras por hectárea. En el país el promedio es de 5 quintales, lo que no compensa si quiera los gastos de la cosecha.
El año pasado Juan Briones, quien tiene un viejo cultivo en el recinto La Porfía, en Alfredo Baquerizo Moreno, a unos 8 kilómetros de Babahoyo, cosechó dos hectáreas y repartió lo obtenido con la venta mitad por mitad con Francisco Yulán, pues no era rentable pagar un jornal para la recolección.
El abandono y la tala de las plantas tuvo su origen en una reducción sustancial de los precios del grano en el mundo. Las cotizaciones entre 2000 y 2005 no incentivaron al mejoramiento tecnológico. El 80% de plantaciones es viejo e improductivo y las edades oscilan entre 15 a 80 años.
Según el Censo Cafetalero, en 1983 existían 426.969 hectáreas y en 2002 el III Censo Nacional Agropecuario estima una superficie de 320.910. Para 2010 el Cofecnac cree que habrá 213.175. En 1997 en Nueva York el café arábigo registró un precio promedio de $185,1 por quintal.
Desde ahí se registra el descenso: entre 2000 y 2004 llegó a $45,4. A partir de 2005 se recupera y llega a 125 dólares en 2009. El robusta tuvo una cotización de $ 23,8 por quintal en el 2001. En 2009 el promedio fue de $ 67,5.
Freddy Bustamante, un exportador del grano, creyó que había un atajo para el dificultoso camino que vivían los agricultores por la caída de los precios en el mundo.
Ahora, las viejas plantaciones de arábigo podrán sembrar variedades del tipo robusta cultivado en la Amazonía.
Los resultados de los primeros 30 meses de estudio en el banco de germoplasma de la hacienda Denisse, donde fueron realizados los ensayos, indican que los cafetales con riego tienden a ser precoces: las primeras cosechas empezaron a los 16 meses de haber sembrado la plantas.
Según Rubén Corral, delegado del Consejo Cafetalero Nacional (Cofenac), han identificado 14 clones promisorios con rendimientos que van de 4.957 a 9.880 gramos de café por planta. Considerando una densidad de 1.666 plantas por hectárea, esto significaría entre 40 y 80 quintales de café oro (listo para exportar).
Pero es necesario evaluar por lo menos 18 meses adicionales de cosecha para poder decidir con seguridad aquellos clones aptos para las zonas tropicales secas del Litoral. Los aspectos clave son el riego por goteo y el programa de fertilización (fertirrigación).
Corral espera que a partir del segundo año de cosecha los clones produzcan arriba de los 100 a 120 sacos de cien libras por hectárea. En el país el promedio es de 5 quintales, lo que no compensa si quiera los gastos de la cosecha.
El año pasado Juan Briones, quien tiene un viejo cultivo en el recinto La Porfía, en Alfredo Baquerizo Moreno, a unos 8 kilómetros de Babahoyo, cosechó dos hectáreas y repartió lo obtenido con la venta mitad por mitad con Francisco Yulán, pues no era rentable pagar un jornal para la recolección.
El abandono y la tala de las plantas tuvo su origen en una reducción sustancial de los precios del grano en el mundo. Las cotizaciones entre 2000 y 2005 no incentivaron al mejoramiento tecnológico. El 80% de plantaciones es viejo e improductivo y las edades oscilan entre 15 a 80 años.
Según el Censo Cafetalero, en 1983 existían 426.969 hectáreas y en 2002 el III Censo Nacional Agropecuario estima una superficie de 320.910. Para 2010 el Cofecnac cree que habrá 213.175. En 1997 en Nueva York el café arábigo registró un precio promedio de $185,1 por quintal.
Desde ahí se registra el descenso: entre 2000 y 2004 llegó a $45,4. A partir de 2005 se recupera y llega a 125 dólares en 2009. El robusta tuvo una cotización de $ 23,8 por quintal en el 2001. En 2009 el promedio fue de $ 67,5.