Los clientes de la banca podrán denunciar la mala atención o las irregularidades en el manejo de sus cuentas. Para ello la Superintendencia de Bancos habilitó la línea gratuita 1-800-TARIFAS.
Así, si tiene dificultades al momento de usar un cajero automático o un banco cobra por uno de los servicios que ahora son gratuitos podrá ser denunciado por el cliente ante la autoridad. Esas quejas serán tomadas en cuenta al momento de evaluar a los bancos.
Las autoridades han detectado que la mayoría de bancos no cuenta con un sistema de costos de los servicios que prestan. Es decir, no conocen el impacto económico que tendrá el nuevo tarifario de los mismos.
Nuevas reglas
Este sistema es parte del moderno modelo de supervisión que a su vez está amparado en la nueva Red de Seguridad Financiera. La intendenta de Bancos, Ruth Arregui, explicó ayer que unos 200 supervisores han sido capacitados para ejercer este control.
El representante de la firma Fit & Proper, Javier Bolzico, comentó que bajo este esquema los supervisores tendrán fuero de corte. Es decir, en caso de algún reclamo de las entidades financieras, sólo podrán ser juzgados por la Corte Nacional de Justicia.
Aunque Arregui negó que se trate de crear un grupo de ‘intocables’, Bolzico señaló lo importante es que se mantendrá la independencia de los supervisores con los banqueros. Y a su vez serán supervisados y sancionados administrativa y judicialmente.
De hecho, Arregui reveló que existen cinco funcionarios de la Superintendencia de Bancos que tienen procesos administrativos por prácticas corruptas con el sistema bancario.
Así, lo que se intenta es evitar que se repita lo sucedido durante los años anteriores a 1998, año en que inició la última crisis bancaria ecuatoriana.
Más presión
Para Bolzico el cambio fundamental es que “la supervisión será, usando términos futbolísticos, hombre a hombre”.
Las autoridades ecuatorianas reconocen que el sistema bancario sólo cumple con el 30 por ciento de las buenas prácticas.
Actualmente, la Superintendencia ha revisado la calidad del 60 por ciento de la cartera de la banca.
En el 2007, hubo sólo una revisión del 2,1 por ciento. El objetivo es que al 2010 se haya cumplido con el ciento por ciento.
Así, si tiene dificultades al momento de usar un cajero automático o un banco cobra por uno de los servicios que ahora son gratuitos podrá ser denunciado por el cliente ante la autoridad. Esas quejas serán tomadas en cuenta al momento de evaluar a los bancos.
Las autoridades han detectado que la mayoría de bancos no cuenta con un sistema de costos de los servicios que prestan. Es decir, no conocen el impacto económico que tendrá el nuevo tarifario de los mismos.
Nuevas reglas
Este sistema es parte del moderno modelo de supervisión que a su vez está amparado en la nueva Red de Seguridad Financiera. La intendenta de Bancos, Ruth Arregui, explicó ayer que unos 200 supervisores han sido capacitados para ejercer este control.
El representante de la firma Fit & Proper, Javier Bolzico, comentó que bajo este esquema los supervisores tendrán fuero de corte. Es decir, en caso de algún reclamo de las entidades financieras, sólo podrán ser juzgados por la Corte Nacional de Justicia.
Aunque Arregui negó que se trate de crear un grupo de ‘intocables’, Bolzico señaló lo importante es que se mantendrá la independencia de los supervisores con los banqueros. Y a su vez serán supervisados y sancionados administrativa y judicialmente.
De hecho, Arregui reveló que existen cinco funcionarios de la Superintendencia de Bancos que tienen procesos administrativos por prácticas corruptas con el sistema bancario.
Así, lo que se intenta es evitar que se repita lo sucedido durante los años anteriores a 1998, año en que inició la última crisis bancaria ecuatoriana.
Más presión
Para Bolzico el cambio fundamental es que “la supervisión será, usando términos futbolísticos, hombre a hombre”.
Las autoridades ecuatorianas reconocen que el sistema bancario sólo cumple con el 30 por ciento de las buenas prácticas.
Actualmente, la Superintendencia ha revisado la calidad del 60 por ciento de la cartera de la banca.
En el 2007, hubo sólo una revisión del 2,1 por ciento. El objetivo es que al 2010 se haya cumplido con el ciento por ciento.