La contratación de las dos primeras torres tomó seis meses y la última se extendió a ocho. Es decir, tardó igual o mayor tiempo que una licitación normal.
Un ejemplo: la propia Petroproducción contrató por concurso público de ofertas el servicio de mantenimiento de vías y plataformas en el Distrito Amazónico y solo duró cuatro meses tras analizar las tres ofertas presentadas. Pero, a través de un contrato directo con Oilservices Servicios Petroleros S.A. y Procuserve, se buscó cortar aún más este plazo.
Estas firmas se comprometieron a entregar dos de las tres torres en 60 días, a USD 30 millones cada una, a partir de la firma de los dos contratos, el 23 de septiembre de 2008.
No obstante, los equipos no eran de su propiedad sino de la estadounidense J & J Drilling con la cual se aliaron. Desde entonces ya transcurrieron nueve meses y esos equipos no han llegado al país.
Este supuesto incumplimiento obligó a Petroproducción a terminar el contrato con ambas compañías. Actualmente, el tema está enfrascado en una contienda legal entre las partes y no hay visos de solución. Además, el caso ha pasado de un funcionario a otro debido a los constantes cambios de dirección de esta filial de la estatal Petroecuador.
La declaratoria de emergencia, que ampara la contratación fue expedida por Patricio Goyes, entonces vicepresidente de Petroproducción. Justificó esta decisión sosteniendo que de no llegarse a realizar esta tarea “Petroproducción dejaría de producir un estimado de 9 786 barriles diarios de crudo”, según consta en la Resolución 2008103. Pero este funcionario no llegó a suscribir el contrato, pues solo se mantuvo en el cargo seis meses.
Su reemplazo, el capitán de Navío, Camilo Delgado concretó la firma, pero no llegó a ver la operación de las torres, pues estuvo nueve meses. Hoy está Freddy García, quien se abstuvo de comentar porque -según un vocero de prensa- el proceso aún se encuentra en espera de una resolución judicial.
Un ejemplo: la propia Petroproducción contrató por concurso público de ofertas el servicio de mantenimiento de vías y plataformas en el Distrito Amazónico y solo duró cuatro meses tras analizar las tres ofertas presentadas. Pero, a través de un contrato directo con Oilservices Servicios Petroleros S.A. y Procuserve, se buscó cortar aún más este plazo.
Estas firmas se comprometieron a entregar dos de las tres torres en 60 días, a USD 30 millones cada una, a partir de la firma de los dos contratos, el 23 de septiembre de 2008.
No obstante, los equipos no eran de su propiedad sino de la estadounidense J & J Drilling con la cual se aliaron. Desde entonces ya transcurrieron nueve meses y esos equipos no han llegado al país.
Este supuesto incumplimiento obligó a Petroproducción a terminar el contrato con ambas compañías. Actualmente, el tema está enfrascado en una contienda legal entre las partes y no hay visos de solución. Además, el caso ha pasado de un funcionario a otro debido a los constantes cambios de dirección de esta filial de la estatal Petroecuador.
La declaratoria de emergencia, que ampara la contratación fue expedida por Patricio Goyes, entonces vicepresidente de Petroproducción. Justificó esta decisión sosteniendo que de no llegarse a realizar esta tarea “Petroproducción dejaría de producir un estimado de 9 786 barriles diarios de crudo”, según consta en la Resolución 2008103. Pero este funcionario no llegó a suscribir el contrato, pues solo se mantuvo en el cargo seis meses.
Su reemplazo, el capitán de Navío, Camilo Delgado concretó la firma, pero no llegó a ver la operación de las torres, pues estuvo nueve meses. Hoy está Freddy García, quien se abstuvo de comentar porque -según un vocero de prensa- el proceso aún se encuentra en espera de una resolución judicial.