El mandatario colombiano, Álvaro Uribe, no asistirá a la cumbre presidencial de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se celebrará el próximo 10 de agosto en Quito, informó hoy a Efe un portavoz de la cancillería.
El ministro de Exteriores colombiano, Jaime Bermúdez, tampoco acudirá a la cumbre, detalló el portavoz, que no dio a conocer qué autoridad representará al país en esa cita, donde se prevé analizar, en el marco del Consejo Suramericano de Defensa, el acuerdo militar que Colombia negocia con Estados Unidos.
La ausencia de Uribe también fue confirmada esta mañana por el canciller ecuatoriano, Fander Falconí, quien comentó que en la cumbre estarán los presidentes de los doce países de Unasur, excepto el de Colombia.
En la III Reunión Ordinaria de jefes de Estado de Unasur, prevista para el 10 de agosto en Quito, la mandataria de Chile, Michelle Bachelet, traspasará la presidencia rotativa del bloque a su homólogo de Ecuador, Rafael Correa.
El ministro ecuatoriano de Defensa, Javier Ponce, admitió ayer que su país asumirá la presidencia de Unasur y del Consejo Suramericano de Defensa en una "coyuntura difícil" por las tensiones entre varias naciones del bloque.
Bogotá y Quito no tienen lazos diplomáticos desde marzo de 2008 debido al bombardeo colombiano a un campamento que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tenía instalado en el lado ecuatoriano de la frontera.
Pero además, desde el martes las relaciones comerciales colombo-venezolanas están congeladas por decisión del Gobierno de Caracas, que respondió así a una petición de explicaciones de Colombia ante el hallazgo en poder de las FARC de tres lanzacohetes vendidos por Suecia a las Fuerzas Armadas venezolanas en 1988.
El Gobierno venezolano ha vinculado su nueva crisis con Colombia con el acuerdo que ese país negocia con Washington para permitir a EE.UU. el uso de bases militares en su territorio, ya que lo considera una "amenaza".
La presidenta Bachelet y su colega de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresaron ayer en Sao Paulo su preocupación por el acuerdo militar entre EE.UU. y Colombia, y pidieron una reunión del Consejo de Defensa Suramericano para analizar ese tema paralela a la cumbre de Unasur.
"La soberanía es intocable y a mí no me agrada nada una base estadounidense en la región, pero así como no quiero que Uribe se entrometa en mi Gobierno, prefiero no dar opiniones en las decisiones de Uribe", manifestó Lula.
"Respetamos la soberanía internacional y las decisiones de cada país, pero en la reunión (de Quito) vamos a ver cómo esas decisiones afectan al resto de los países, que estamos inquietos", expresó a su turno Bachelet
El ministro de Exteriores colombiano, Jaime Bermúdez, tampoco acudirá a la cumbre, detalló el portavoz, que no dio a conocer qué autoridad representará al país en esa cita, donde se prevé analizar, en el marco del Consejo Suramericano de Defensa, el acuerdo militar que Colombia negocia con Estados Unidos.
La ausencia de Uribe también fue confirmada esta mañana por el canciller ecuatoriano, Fander Falconí, quien comentó que en la cumbre estarán los presidentes de los doce países de Unasur, excepto el de Colombia.
En la III Reunión Ordinaria de jefes de Estado de Unasur, prevista para el 10 de agosto en Quito, la mandataria de Chile, Michelle Bachelet, traspasará la presidencia rotativa del bloque a su homólogo de Ecuador, Rafael Correa.
El ministro ecuatoriano de Defensa, Javier Ponce, admitió ayer que su país asumirá la presidencia de Unasur y del Consejo Suramericano de Defensa en una "coyuntura difícil" por las tensiones entre varias naciones del bloque.
Bogotá y Quito no tienen lazos diplomáticos desde marzo de 2008 debido al bombardeo colombiano a un campamento que la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) tenía instalado en el lado ecuatoriano de la frontera.
Pero además, desde el martes las relaciones comerciales colombo-venezolanas están congeladas por decisión del Gobierno de Caracas, que respondió así a una petición de explicaciones de Colombia ante el hallazgo en poder de las FARC de tres lanzacohetes vendidos por Suecia a las Fuerzas Armadas venezolanas en 1988.
El Gobierno venezolano ha vinculado su nueva crisis con Colombia con el acuerdo que ese país negocia con Washington para permitir a EE.UU. el uso de bases militares en su territorio, ya que lo considera una "amenaza".
La presidenta Bachelet y su colega de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, expresaron ayer en Sao Paulo su preocupación por el acuerdo militar entre EE.UU. y Colombia, y pidieron una reunión del Consejo de Defensa Suramericano para analizar ese tema paralela a la cumbre de Unasur.
"La soberanía es intocable y a mí no me agrada nada una base estadounidense en la región, pero así como no quiero que Uribe se entrometa en mi Gobierno, prefiero no dar opiniones en las decisiones de Uribe", manifestó Lula.
"Respetamos la soberanía internacional y las decisiones de cada país, pero en la reunión (de Quito) vamos a ver cómo esas decisiones afectan al resto de los países, que estamos inquietos", expresó a su turno Bachelet