El presidente designado por el Congreso hondureño, Roberto Micheletti, está determinado a no ceder a las crecientes presiones de la comunidad internacional para que vuelva el depuesto presidente Manuel Zelaya, mientras cercena libertades para reducir a la oposición.
Micheletti dejó claro a la comunidad internacional que el Presidente depuesto "nunca va a retornar al poder".
Tampoco parece preocuparle demasiado que la Organización de Estados Americanos (OEA) pueda expulsarlo del club de países democráticos del continente, después de que lo hiciera con Cuba en 1962.
"Si la comunidad internacional considera que hemos cometido delitos, algún error, que nos condene y se acabó", dijo antes de agregar que el 80 por ciento de la población está de acuerdo con la decisión de deponer a Zelaya, acusado por la justicia de 18 delitos.
"No se olvide que este Gobierno es por seis meses. Una vez que nosotros elijamos nuestras nuevas autoridades, ellos (la comunidad internacional) tendrán la libertad de abrirle los espacios a las nuevas autoridades", zanjó.
Se va la UE
A la retirada de embajadores que anunciaron los países miembros de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), siguieron la llamada a consultas de los representantes de todos los países de la Unión Europea (UE) con representación diplomática en Tegucigalpa, Estados Unidos suspendió las actividades militares con las Fuerzas Armadas de Honduras y ha dejado para la próxima semana la decisión sobre un eventual congelamiento de la ayuda a este país, uno de los más pobres de la región que depende de la ayuda exterior para la supervivencia de buena parte de la población.
‘Descanso’ financiero
Los principales organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial, también han decidido hacer una "pausa" en sus préstamos mientras se busca una salida a la crisis originada por el golpe que derrocó el domingo pasado a Zelaya.
Pero no todos están de acuerdo con que se apliquen medidas económicas. La federación de entidades empresariales centroamericanas exigió a Guatemala, El Salvador y Nicaragua que abran "de inmediato" sus fronteras al comercio con Honduras y afirmó que las cuestiones políticas no se deben resolver con sanciones económicas.
¿Estado de sitio?
La determinación del nuevo gobierno, que ya está prácticamente formado, a impedir el regreso de Zelaya y a controlar a sus seguidores, está contribuyendo a cercenar muchas libertades fundamentales.
Al toque de queda vigente hasta el viernes desde las diez de la noche a las cinco de la mañana, se suma una norma aprobada por el Congreso el miércoles que autoriza a mantener personas detenidas por más de 24 horas y suspende garantías como la libertad de asociación y reunión, y el derecho a la libre circulación.
Para los críticos, se trata de un "estado de sitio encubierto".
Organizaciones de derechos humanos también han criticado detenciones arbitrarias, reclutamiento militar forzoso y represión contra medios independientes por parte del Ejército tras el golpe de Estado.
Micheletti adelantaría elecciones
El presidente de Honduras, Roberto Micheletti, afirmó ayer que no tiene "ninguna objeción" al adelanto de las elecciones generales de noviembre como una salida a la crisis causada por el derrocamiento de Manuel Zelaya.
Preguntado sobre si, ante una eventual propuesta de la OEA, aceptaría el adelanto de los comicios, Micheletti dijo estar "totalmente de acuerdo".
"Siempre enmarcados dentro de la ley, no hay ningún problema, yo no tengo ninguna objeción, si acaso esa fuera una manera de solucionar" la crisis, indicó Micheletti.
En las elecciones del 29 de noviembre, convocadas en mayo pasado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), los hondureños votarán por un presidente, diputados y alcaldes para el período 2010-2014.
La crisis política tiene su génesis, precisamente, en la pretensión de Zelaya de que en los comicios se instalara una urna adicional para preguntar a los hondureños si querían que se convocara una Asamblea Constituyente.(EFE)
Micheletti dejó claro a la comunidad internacional que el Presidente depuesto "nunca va a retornar al poder".
Tampoco parece preocuparle demasiado que la Organización de Estados Americanos (OEA) pueda expulsarlo del club de países democráticos del continente, después de que lo hiciera con Cuba en 1962.
"Si la comunidad internacional considera que hemos cometido delitos, algún error, que nos condene y se acabó", dijo antes de agregar que el 80 por ciento de la población está de acuerdo con la decisión de deponer a Zelaya, acusado por la justicia de 18 delitos.
"No se olvide que este Gobierno es por seis meses. Una vez que nosotros elijamos nuestras nuevas autoridades, ellos (la comunidad internacional) tendrán la libertad de abrirle los espacios a las nuevas autoridades", zanjó.
Se va la UE
A la retirada de embajadores que anunciaron los países miembros de la Alianza Bolivariana de las Américas (ALBA), siguieron la llamada a consultas de los representantes de todos los países de la Unión Europea (UE) con representación diplomática en Tegucigalpa, Estados Unidos suspendió las actividades militares con las Fuerzas Armadas de Honduras y ha dejado para la próxima semana la decisión sobre un eventual congelamiento de la ayuda a este país, uno de los más pobres de la región que depende de la ayuda exterior para la supervivencia de buena parte de la población.
‘Descanso’ financiero
Los principales organismos financieros internacionales, como el Banco Mundial, también han decidido hacer una "pausa" en sus préstamos mientras se busca una salida a la crisis originada por el golpe que derrocó el domingo pasado a Zelaya.
Pero no todos están de acuerdo con que se apliquen medidas económicas. La federación de entidades empresariales centroamericanas exigió a Guatemala, El Salvador y Nicaragua que abran "de inmediato" sus fronteras al comercio con Honduras y afirmó que las cuestiones políticas no se deben resolver con sanciones económicas.
¿Estado de sitio?
La determinación del nuevo gobierno, que ya está prácticamente formado, a impedir el regreso de Zelaya y a controlar a sus seguidores, está contribuyendo a cercenar muchas libertades fundamentales.
Al toque de queda vigente hasta el viernes desde las diez de la noche a las cinco de la mañana, se suma una norma aprobada por el Congreso el miércoles que autoriza a mantener personas detenidas por más de 24 horas y suspende garantías como la libertad de asociación y reunión, y el derecho a la libre circulación.
Para los críticos, se trata de un "estado de sitio encubierto".
Organizaciones de derechos humanos también han criticado detenciones arbitrarias, reclutamiento militar forzoso y represión contra medios independientes por parte del Ejército tras el golpe de Estado.
Micheletti adelantaría elecciones
El presidente de Honduras, Roberto Micheletti, afirmó ayer que no tiene "ninguna objeción" al adelanto de las elecciones generales de noviembre como una salida a la crisis causada por el derrocamiento de Manuel Zelaya.
Preguntado sobre si, ante una eventual propuesta de la OEA, aceptaría el adelanto de los comicios, Micheletti dijo estar "totalmente de acuerdo".
"Siempre enmarcados dentro de la ley, no hay ningún problema, yo no tengo ninguna objeción, si acaso esa fuera una manera de solucionar" la crisis, indicó Micheletti.
En las elecciones del 29 de noviembre, convocadas en mayo pasado por el Tribunal Supremo Electoral (TSE), los hondureños votarán por un presidente, diputados y alcaldes para el período 2010-2014.
La crisis política tiene su génesis, precisamente, en la pretensión de Zelaya de que en los comicios se instalara una urna adicional para preguntar a los hondureños si querían que se convocara una Asamblea Constituyente.(EFE)