Los cuatro días de fuertes aguajes en las costas de Esmeraldas y Manabí no solo dejaron casas destruidas y familias damnificadas, también se cobraron la vida de tres personas, el fin de semana.
De las 29 casas que resultaron afectadas en Manabí, nueve quedaron totalmente destruidas. Se trataba de construcciones hechas con caña guadúa, madera y cubierta de cinc.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social llegó con vituallas la mañana del sábado. Se entregaron 27 kits de ayuda. Son colchones, cobijas, almohadas, bidones con agua, implementos de aseo y alimentos básicos.
En Manabí desde ayer todo está normal. Marco Dávila, uno de los empresarios hoteleros de Bahía de Caráquez, comentó que las playas de la provincia están bien. Los dueños de los negocios esperan estar mejor preparados para los aguajes de agosto.
En los balnearios de Atacames y Tonsupa, los preferidos por los bañistas de la Sierra, fallecieron tres turistas. “Al parecer, la imprudencia, más las fuertes corrientes marinas, sorprendieron a los visitantes”, indicaron los agentes de la Policía Judicial.
Se trata de Roberto Guevara, de 26 años, que falleció a las 04:00 del sábado último. Él llegó procedente de Quito junto a sus compañeros de trabajo para disfrutar de un fin de semana en la playa. Sin embargo, decidió ingresar al mar mientras se encontraba reunido con sus compañeros en un bar. La Policía informó que su cuerpo apareció tirado en la arena.
Igual suerte corrió el estadounidense Johnston Cliff, de 44 años, que se ahogó en Tonsupa, a las 08:00 del sábado, mientras se encontraba nadando con sus familiares. La tercera víctima fue Rigoberto Justicia, de 23 años, que llegó procedente de Quito. Según testigos, tras almorzar decidió meterse al mar en el sector de la playa Almendro, pero fue arrastrado por la marejada.
Las aguas del mar se tranquilizaron ayer, pero los destrozos quedaron a la vista. 30 familias que habitan en la parroquia San Francisco del Cabo, en el sur de Esmeraldas, permanecían hasta ayer asiladas en albergues improvisados, en espera de ayuda.
También se reportaron daños en San Francisco, donde el mar prácticamente ingresó al pueblo; en El Cauchal, del cantón San Lorenzo; y Mompiche y Atacames, del cantón Atacames.
En este último, incluso, tres familias fueron evacuadas por socorristas de la Secretaría Técnica de Prevención de Riesgos, ante la amenaza del mar embravecido.
En Manabí, los destrozos empezaron a evidenciarse tras los fuertes oleajes que afectaron a 29 viviendas. Las viviendas se ubican en el sitio Don Juan, del cantón Jama, en el norte de la provincia. Manuela Reina, quien vive allí desde hace 12 años, relató que escuchó un sonido fuerte, similar al que produce la fuga de gas de un cilindro. “De pronto, el agua del mar ingresó, nos golpeó el rostro y bajó. Entonces agarré a mis bebes y salí corriendo. El agua me llegaba hasta las rodillas”.
El pasado viernes las aguas empezó a menguar en las costas ecuatorianas. Los aguajes, de mediana intensidad, aparecerán nuevamente la tercera semana de agosto, entre el 21 y el 24 de ese mes, según reportó el Instituto Oceanográfico de la Armada.
De las 29 casas que resultaron afectadas en Manabí, nueve quedaron totalmente destruidas. Se trataba de construcciones hechas con caña guadúa, madera y cubierta de cinc.
El Ministerio de Inclusión Económica y Social llegó con vituallas la mañana del sábado. Se entregaron 27 kits de ayuda. Son colchones, cobijas, almohadas, bidones con agua, implementos de aseo y alimentos básicos.
En Manabí desde ayer todo está normal. Marco Dávila, uno de los empresarios hoteleros de Bahía de Caráquez, comentó que las playas de la provincia están bien. Los dueños de los negocios esperan estar mejor preparados para los aguajes de agosto.
En los balnearios de Atacames y Tonsupa, los preferidos por los bañistas de la Sierra, fallecieron tres turistas. “Al parecer, la imprudencia, más las fuertes corrientes marinas, sorprendieron a los visitantes”, indicaron los agentes de la Policía Judicial.
Se trata de Roberto Guevara, de 26 años, que falleció a las 04:00 del sábado último. Él llegó procedente de Quito junto a sus compañeros de trabajo para disfrutar de un fin de semana en la playa. Sin embargo, decidió ingresar al mar mientras se encontraba reunido con sus compañeros en un bar. La Policía informó que su cuerpo apareció tirado en la arena.
Igual suerte corrió el estadounidense Johnston Cliff, de 44 años, que se ahogó en Tonsupa, a las 08:00 del sábado, mientras se encontraba nadando con sus familiares. La tercera víctima fue Rigoberto Justicia, de 23 años, que llegó procedente de Quito. Según testigos, tras almorzar decidió meterse al mar en el sector de la playa Almendro, pero fue arrastrado por la marejada.
Las aguas del mar se tranquilizaron ayer, pero los destrozos quedaron a la vista. 30 familias que habitan en la parroquia San Francisco del Cabo, en el sur de Esmeraldas, permanecían hasta ayer asiladas en albergues improvisados, en espera de ayuda.
También se reportaron daños en San Francisco, donde el mar prácticamente ingresó al pueblo; en El Cauchal, del cantón San Lorenzo; y Mompiche y Atacames, del cantón Atacames.
En este último, incluso, tres familias fueron evacuadas por socorristas de la Secretaría Técnica de Prevención de Riesgos, ante la amenaza del mar embravecido.
En Manabí, los destrozos empezaron a evidenciarse tras los fuertes oleajes que afectaron a 29 viviendas. Las viviendas se ubican en el sitio Don Juan, del cantón Jama, en el norte de la provincia. Manuela Reina, quien vive allí desde hace 12 años, relató que escuchó un sonido fuerte, similar al que produce la fuga de gas de un cilindro. “De pronto, el agua del mar ingresó, nos golpeó el rostro y bajó. Entonces agarré a mis bebes y salí corriendo. El agua me llegaba hasta las rodillas”.
El pasado viernes las aguas empezó a menguar en las costas ecuatorianas. Los aguajes, de mediana intensidad, aparecerán nuevamente la tercera semana de agosto, entre el 21 y el 24 de ese mes, según reportó el Instituto Oceanográfico de la Armada.