Los obispos católicos de Ecuador instaron hoy a los ciudadanos a "construir el destino del país en unidad y paz", con ocasión del bicentenario de la independencia del país, que se cumple el próximo 10 de agosto.
"La Iglesia ha sido en la historia de nuestro pueblo modeladora de la nacionalidad" y la influencia de la fe cristiana "en estos dos siglos de vida independiente ha sido un factor que robustece nuestra identidad", recoge un comunicado de la Conferencia Episcopal.
Además, destacaron la libertad religiosa y señalaron que para ellos, esa garantía es "suficiente" pues no necesitan "privilegios ni honores, ni apariencia siquiera de participación alguna en el poder público".
Los obispos hicieron un llamamiento para "enfrentar con entusiasmo el futuro", identificar lo que une "antes que lo que divide y rebajar la confrontación para que crezca una fecunda concordia".
Por parte de la Iglesia, sus representantes se comprometen a ser "incansables en fundamentar la imprescindible base moral y ética de toda política" y a establecer como "eje" de la sociedad "el servicio a la vida digna de las personas y de las asociaciones, sea la familia y el gremio, como el municipio y la región".
Finalmente, en su comunicado los obispos pusieron "el futuro del país en manos de Dios" e "imploraron para todos los ecuatorianos, un crecimiento en democracia que tengan por columnas la verdad y la justicia, la libertad y la paz".
La independencia de Ecuador comenzó el 10 de agosto de 1809, cuando los libertadores destituyeron a la Real Audiencia y crearon una Junta Soberana.
"La Iglesia ha sido en la historia de nuestro pueblo modeladora de la nacionalidad" y la influencia de la fe cristiana "en estos dos siglos de vida independiente ha sido un factor que robustece nuestra identidad", recoge un comunicado de la Conferencia Episcopal.
Además, destacaron la libertad religiosa y señalaron que para ellos, esa garantía es "suficiente" pues no necesitan "privilegios ni honores, ni apariencia siquiera de participación alguna en el poder público".
Los obispos hicieron un llamamiento para "enfrentar con entusiasmo el futuro", identificar lo que une "antes que lo que divide y rebajar la confrontación para que crezca una fecunda concordia".
Por parte de la Iglesia, sus representantes se comprometen a ser "incansables en fundamentar la imprescindible base moral y ética de toda política" y a establecer como "eje" de la sociedad "el servicio a la vida digna de las personas y de las asociaciones, sea la familia y el gremio, como el municipio y la región".
Finalmente, en su comunicado los obispos pusieron "el futuro del país en manos de Dios" e "imploraron para todos los ecuatorianos, un crecimiento en democracia que tengan por columnas la verdad y la justicia, la libertad y la paz".
La independencia de Ecuador comenzó el 10 de agosto de 1809, cuando los libertadores destituyeron a la Real Audiencia y crearon una Junta Soberana.