Una pareja de ratas procrea un promedio de 10.000 crías por año. Guayaquil tiene una media de 25 a 30 roedores por habitante, según estimaciones de la Dirección de Salud del Cabildo. O lo que es igual: 50 millones de roedores habitan la ciudad.
La entidad municipal reconoce la dificultad de una posible erradicación, pero sí su control. Para el efecto, se inició ayer, en el Suburbio Oeste, el VIII Plan de Desratización Urbano y Rural, cuya inauguración oficial será este viernes. El programa será hasta el 16 de noviembre, en el que se tiene previsto emplear 19.488 kilos de raticidas.
Durante los 58 días que durará la campaña, se intervendrán 107.184 viviendas de 4.842 manzanas, beneficiando a 535.920 moradores.
La labor será desarrollada por 50 personas, entre promotores y desratizadores, desplegadas por calles de la ciudad en 12 brigadas. Cada brigada cubrirá 7 manzanas diarias.
La cobertura está dirigida especialmente en sitios cuya infraestructura es deficiente, o colinda con esteros, como el Guasmo, Fertisa, Trinitaria, Bastión Popular, Flor de Bastión y Balerio Estacio.
El plan forma parte del programa de control de enfermedades como la leptopirosis, peste bubónica, salmonelosis y cólera, transmitidas a los humanos por estos roedores.
En Guayaquil, los expertos en ratas hablan de tres tipos de roedores: la mus musculus o doméstica, también conocida como pulpera; rattus rattus o de techo; y rattus norvagicus o de alcantarilla.
“Es precisamente esta última la más peligrosa”, advirtió Ernesto Romero, director municipal de Salud.
“Su contacto con las aguas negras de la ciudad la hacen altamente contaminante de alimentos o sitios frecuentados por el hombre”.
Para el plan de desratización se utilizan 2 tipos de venenos: Pellex (granulado), que se coloca en el interior de la vivienda; y Blox (cubo), que por estar recubierta de parafina puede instalarse en lugares húmedos o expuestos a los rayos solares.
La acción del cebo raticida es 3 meses. A los 7 días de consumir, el animal empieza a sentir como sintomatología una hemorragia interna. Luego morirá sin causar malos olores.
Se trata de un producto anticoagulante y, según Iván Gálvez, coordinador técnico de la Dirección, el veneno interviene a nivel del hígado e impide la producción de elementos procoagulantes.
Por su parte, Romero señaló que es imposible cuantificar las ratas eliminadas, pues luego que el animal se siente enfermo, por las repercusiones del veneno, generalmente muere dentro de la madriguera.
“Los resultados se obtienen con la disminución de la afectación y los monitoreos en los sectores intervenidos”, dijo.
Además de casas, el plan de desratización cubrirá planteles, mercados y parques.
Los ejecutantes del plan, sin embargo, llamaron la atención de los padres de familia para mantener alejados a los niños de estas sustancias.(Expreso)
La entidad municipal reconoce la dificultad de una posible erradicación, pero sí su control. Para el efecto, se inició ayer, en el Suburbio Oeste, el VIII Plan de Desratización Urbano y Rural, cuya inauguración oficial será este viernes. El programa será hasta el 16 de noviembre, en el que se tiene previsto emplear 19.488 kilos de raticidas.
Durante los 58 días que durará la campaña, se intervendrán 107.184 viviendas de 4.842 manzanas, beneficiando a 535.920 moradores.
La labor será desarrollada por 50 personas, entre promotores y desratizadores, desplegadas por calles de la ciudad en 12 brigadas. Cada brigada cubrirá 7 manzanas diarias.
La cobertura está dirigida especialmente en sitios cuya infraestructura es deficiente, o colinda con esteros, como el Guasmo, Fertisa, Trinitaria, Bastión Popular, Flor de Bastión y Balerio Estacio.
El plan forma parte del programa de control de enfermedades como la leptopirosis, peste bubónica, salmonelosis y cólera, transmitidas a los humanos por estos roedores.
En Guayaquil, los expertos en ratas hablan de tres tipos de roedores: la mus musculus o doméstica, también conocida como pulpera; rattus rattus o de techo; y rattus norvagicus o de alcantarilla.
“Es precisamente esta última la más peligrosa”, advirtió Ernesto Romero, director municipal de Salud.
“Su contacto con las aguas negras de la ciudad la hacen altamente contaminante de alimentos o sitios frecuentados por el hombre”.
Para el plan de desratización se utilizan 2 tipos de venenos: Pellex (granulado), que se coloca en el interior de la vivienda; y Blox (cubo), que por estar recubierta de parafina puede instalarse en lugares húmedos o expuestos a los rayos solares.
La acción del cebo raticida es 3 meses. A los 7 días de consumir, el animal empieza a sentir como sintomatología una hemorragia interna. Luego morirá sin causar malos olores.
Se trata de un producto anticoagulante y, según Iván Gálvez, coordinador técnico de la Dirección, el veneno interviene a nivel del hígado e impide la producción de elementos procoagulantes.
Por su parte, Romero señaló que es imposible cuantificar las ratas eliminadas, pues luego que el animal se siente enfermo, por las repercusiones del veneno, generalmente muere dentro de la madriguera.
“Los resultados se obtienen con la disminución de la afectación y los monitoreos en los sectores intervenidos”, dijo.
Además de casas, el plan de desratización cubrirá planteles, mercados y parques.
Los ejecutantes del plan, sin embargo, llamaron la atención de los padres de familia para mantener alejados a los niños de estas sustancias.(Expreso)