martes, 25 de agosto de 2009

Aborígenes andinos buscan ser tenidos en cuenta 'para preservar la humanidad'

Delegados indígenas de los países andinos e invitados de Guatemala, México y Estados Unidos expresaron en un documento su deseo de ser tenidos en cuenta por los Gobiernos "para preservar la existencia de la humanidad y de todas las formas de vida", informaron hoy fuentes aborígenes.

"Cuenten con nosotros. Nuestro conocimiento ancestral puede ser acogido como un camino de sanación ante las diversas crisis y violencias que afligen a los seres humanos, la familia, la sociedad, los Estados, la naturaleza", señala un "manifiesto" firmado por los indígenas.

El documento fue suscrito al pie de la laguna de La Cocha, cercana a la ciudad colombiana de Pasto (suroeste), un paraje a casi 2.800 metros de altura sobre el nivel del mar, y en uno de los actos centrales del Primer Encuentro Internacional de Culturas Andinas que se celebra desde el pasado día 16 y hasta el próximo 30 con participación de siete países.

El gobernador del departamento de Nariño, cuya capital es Pasto, Antonio Navarro Wolff, fue depositario del texto, y testigos de la entrega representantes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en Colombia, y el sacerdote jesuita Francisco de Roux.

Los delegados indígenas expresaron su compromiso para trabajar y promover desde su "fuerza espiritual y cultural para que los gobernantes de la tierra trabajen más con el espíritu y con el corazón", y a quienes instaron a que "respeten más la naturaleza y se conviertan en preservadores de la vida".

En el texto los delegados aborígenes, en su mayoría los más viejos de sus comunidades ("abuelos y abuelas"), así como "mamos" y "mamas" (jefes espirituales) y "chamanes" (médicos), recordaron que han sido "responsables y guardianes de la memoria de la humanidad".

En el manifiesto invitan "al resto de Gobiernos del mundo a seguir el ejemplo, dialogar y construir con nosotros un futuro común", y proponen "la unión de los pueblos originarios y de éstos con los demás pueblos acogidos por nuestra única madre, la Madre Tierra".

Los aborígenes congregados en La Cocha invitaron también a "comprender y asumir" que "el agua no es solo un símbolo de vida, sino la vida misma", y demandaron que ese elemento "se considere un patrimonio de la vida y la humanidad".

Asimismo, reiteraron su compromiso para seguir ejerciendo como "protectores de la naturaleza" y "como parte del equilibrio entre el ser humano y la madre tierra".

Instaron, igualmente, a gestar "procesos de integración de las formas de medicina occidental con la medicina ancestral" y a que "se reconozca, proteja y promueva como patrimonio cultural de nuestros pueblos las prácticas de curación propias así como sus medios: plantas medicinales, rituales y conocimientos ancestrales".

El manifiesto piden también que "se valore el lugar de la mujer como garante de la vida, transmisora de la cultura y cuidadora de la sabiduría y salud de nuestros pueblos".

Los pueblos indígenas consideraron que "es necesario se les reconozca como autoridades" de sus territorios y que se les consulten todas las decisiones que afectan sus vidas.

Y "en nombre de la reciprocidad, la justicia y el respeto que nos debe unir", demandaron que "se proteja a los pueblos" y a "nuestro saber ancestral como patrimonio espiritual, material e inmaterial de la humanidad".

El manifiesto fue firmado, entre otros, por delegados de las etnias colombianas Kogi, Wiwa, arhuaca, Inga, Camentsá, Siona, Huitoto, Kalawaya, Kofán, Piapoco y Wayú, y de las guatemaltecas maya y Quiché.

También de la comunidad india estadounidense Lakota, la chilena Mapuche, la guatemalteca Maya Mam, la peruana Quechua inca, y delegados de comunidades mexicanas.