El Ministerio Coordinador de la Producción ve posible la “eliminación gradual de los subsidios” de todos los combustibles: gas licuado de petróleo, gasolina extra y súper, diésel, jet fuel, fuel oil, el de pesca artesanal, spray oil, solventes y residuos.Así lo indica el informe final del estudio Los subsidios energéticos en el Ecuador, de septiembre del 2010, al cual este Diario tuvo acceso.
El documento, de 114 páginas, considera que una eliminación inmediata de los subsidios y la valoración de los combustibles a precio internacional tendrían un shock inicial que implicaría un alza del 13,3% del Índice de Precios al Consumidor (IPC) y, a largo plazo, un efecto del 31,8%. Por ello, “es económica y políticamente inviable hacerlo de la noche a la mañana”.
El segundo escenario es una eliminación de los subsidios en cuatro periodos. La idea es que el precio de arranque sea un promedio ponderado entre el costo de terminal vigente y el internacional. Luego, según la situación económica y política, se podría subir gradualmente el precio de terminal.
Para los combustibles que son producidos totalmente en el país (diésel), se buscaría acercar el precio al nivel internacional tomando en cuenta el costo de oportunidad.
El precio del GLP pasaría de $ 1,67 a $ 12,54, en el primer periodo, y en el cuarto, a $ 15,06, según el informe.
La gasolina súper aumentaría de $ 1,50 a $ 1,75 en el primer periodo; para el cuarto llegaría a $ 2,26. El diésel, de $ 0,80 a $ 1,58 inicialmente, y para el cuarto periodo costaría $ 2,26.
El estudio recalca que el levantamiento de subsidios no es bien recibido por la población y contribuye a desestabilizar las administraciones. El planteamiento incluye una política de focalización para los sectores de menos recursos y productivos. El gas sería focalizado a través de cupones en la planilla de luz; asimismo se establecerían cupos de diésel para el sector productivo.
El estudio fue presentado por la ministra Nathalie Cely al presidente Rafael Correa en octubre. En estos días se realizará un taller con el mandatario para un planteamiento oficial sobre el impacto de los subsidios.
Para el presidente del Banco Central, Diego Borja, el subsidio es altamente sensible porque es difícil discriminar a la gente que lo requiere de la que no. “Se va a optar por el mal menor”, es decir no quitar a las personas que necesitan.
Correa habló en abril de “empezar a perfeccionar” los subsidios al gas y gasolina, porque a los ricos se les subvencionan casi $ 300 millones anuales.
En el informe se explican las razones por las cuales es necesario ‘optimizar’ dichos subsidios. El de los combustibles representó en el 2007 el 95,8% de los ingresos petroleros del Gobierno central y el 64,3% de sus gastos de capital devengados. El informe cita un estudio del Banco Mundial en el que se indica que el 85% de la gasolina subsidiada beneficia exclusivamente a la quinta parte más rica de la población; y el subsidio al gas, cinco veces más a la quinta parte más rica que a la quinta parte más pobre.
De acuerdo con el ex ministro de Finanzas Fausto Ortiz, en el 2008 el Gobierno transparentó las importaciones de combustibles y derivados al crear la cuenta Cfedid; y que el siguiente paso debería ser iniciar la eliminación en alguno de los productos más alejados del sector popular como la gasolina súper. “Iniciar con el gas sería un error”, comentó.
Para Fernando Villavicencio, experto petrolero, el Gobierno busca eliminar el subsidio para resolver su crisis fiscal y continuar con una política de dispendio y populista.