Una treintena de personas mascaron coca hoy en un acto organizado por la embajada de Bolivia en Ecuador para respaldar la petición de La Paz de que la ONU despenalice el llamado "acullicu".
El Gobierno de Ecuador ha sido el que ha dado el respaldo público más rotundo a la propuesta de Bolivia, aunque paradójicamente el consumo de coca está prohibido en su territorio.
Las pequeñas hojas oblongas estaban distribuidas en una mesa en cuatro montones, para simbolizar el equilibrio entre varón y mujer, y, en general, entre los polos opuestos, uno de los principios de la espiritualidad indígena boliviana, explicó Juan Ibarne Garay, agregado de la embajada.
Tras unas palabras en quechua y aimara en honor de la Pachamama, la Madre Tierra, diplomáticos bolivianos, indígenas ecuatorianos y los propios periodistas procedieron a colocar las hojas en un costado de la boca y dejarlas remorjar allí.
Las hojas, consumidas desde hace cinco milenios por los habitantes de los Andes, producen un leve efecto adormecedor en el paladar y la lengua, como un anestésico.
Una ceremonia similar tuvo lugar hoy en la embajada de La Paz en Madrid, mientras que en la propia Bolivia centenas de personas se reunieron para el rito del "pijcheo" o masticado de coca en varias ciudades y frente a la sede diplomática de Estados Unidos.
Según el embajador de Bolivia en Quito, Juan Javier Zárate Rivas, esos actos son parte de una "cruzada" del Gobierno boliviano por revelar la "verdad" sobre la hoja de coca: "que no tiene efectos nocivos sobre el ser humano, ni siquiera la dependencia".
Ibarne Garay enfatizó sus efectos medicinales para contrarrestar la artritis, el reumatismo, los problemas estomacales, el cansancio y el mal de altura.
El domingo se cumple el plazo marcado por la ONU para que los países hagan comentarios a la propuesta boliviana de despenalizar el masticado.
Estados Unidos ha presentado una objeción oficial y, según Zárate Rivas, ese Gobierno está en conversaciones con algunos países europeos para que le respalden.
La embajada de Washington en La Paz indicó hoy que su postura "se basa en la importancia de mantener la integridad de la Convención de 1961", que prohibió el masticado y ha sido una herramienta "importante" en el combate al narcotráfico.
Dado que la despenalización requiere de unanimidad, la opinión de Estados Unidos basta para cerrar el camino a Bolivia, reconoció Zárate Rivas.
En cambio, La Paz ha recibido el respaldo explícito de Ecuador, que en una declaración el pasado lunes calificó la propuesta como "una reivindicación no solamente del pueblo boliviano, sino también de los pueblos de América Latina".
En Ecuador el masticado de coca es una práctica que casi ha desaparecido entre los indígenas, según Romelio Gualán, presidente de la Coordinadora Nacional Campesina, que participó en el "acullicu" en la embajada.
"Nosotros queremos retomar eso y nos declaramos en resistencia", dijo Gualán, quien explicó que entre algunas comunidades amazónicas aún se usa la coca en ciertas ceremonias, pero no en la región andina.
La gran altitud de la cordillera en Ecuador hace que la planta no crezca bien en este país, según Gualán, al contrario que en Bolivia, Perú o Colombia.
En el acto en la embajada en Quito, los diplomáticos también hicieron degustar caramelos, té y licores hechos de coca, así como cremas.
La hoja consta de 14 alcaloides, uno de los cuales es la cocaína, que constituye el 1% de su contenido, según Manuel Monroy, otro diplomático boliviano.
Zárate Rivas señaló que diga lo que diga la ONU, en Bolivia se seguirá mascando coca "porque eso va más allá de una decisión de un gobierno o un grupo de personas", ya que se trata de una tradición
El Gobierno de Ecuador ha sido el que ha dado el respaldo público más rotundo a la propuesta de Bolivia, aunque paradójicamente el consumo de coca está prohibido en su territorio.
Las pequeñas hojas oblongas estaban distribuidas en una mesa en cuatro montones, para simbolizar el equilibrio entre varón y mujer, y, en general, entre los polos opuestos, uno de los principios de la espiritualidad indígena boliviana, explicó Juan Ibarne Garay, agregado de la embajada.
Tras unas palabras en quechua y aimara en honor de la Pachamama, la Madre Tierra, diplomáticos bolivianos, indígenas ecuatorianos y los propios periodistas procedieron a colocar las hojas en un costado de la boca y dejarlas remorjar allí.
Las hojas, consumidas desde hace cinco milenios por los habitantes de los Andes, producen un leve efecto adormecedor en el paladar y la lengua, como un anestésico.
Una ceremonia similar tuvo lugar hoy en la embajada de La Paz en Madrid, mientras que en la propia Bolivia centenas de personas se reunieron para el rito del "pijcheo" o masticado de coca en varias ciudades y frente a la sede diplomática de Estados Unidos.
Según el embajador de Bolivia en Quito, Juan Javier Zárate Rivas, esos actos son parte de una "cruzada" del Gobierno boliviano por revelar la "verdad" sobre la hoja de coca: "que no tiene efectos nocivos sobre el ser humano, ni siquiera la dependencia".
Ibarne Garay enfatizó sus efectos medicinales para contrarrestar la artritis, el reumatismo, los problemas estomacales, el cansancio y el mal de altura.
El domingo se cumple el plazo marcado por la ONU para que los países hagan comentarios a la propuesta boliviana de despenalizar el masticado.
Estados Unidos ha presentado una objeción oficial y, según Zárate Rivas, ese Gobierno está en conversaciones con algunos países europeos para que le respalden.
La embajada de Washington en La Paz indicó hoy que su postura "se basa en la importancia de mantener la integridad de la Convención de 1961", que prohibió el masticado y ha sido una herramienta "importante" en el combate al narcotráfico.
Dado que la despenalización requiere de unanimidad, la opinión de Estados Unidos basta para cerrar el camino a Bolivia, reconoció Zárate Rivas.
En cambio, La Paz ha recibido el respaldo explícito de Ecuador, que en una declaración el pasado lunes calificó la propuesta como "una reivindicación no solamente del pueblo boliviano, sino también de los pueblos de América Latina".
En Ecuador el masticado de coca es una práctica que casi ha desaparecido entre los indígenas, según Romelio Gualán, presidente de la Coordinadora Nacional Campesina, que participó en el "acullicu" en la embajada.
"Nosotros queremos retomar eso y nos declaramos en resistencia", dijo Gualán, quien explicó que entre algunas comunidades amazónicas aún se usa la coca en ciertas ceremonias, pero no en la región andina.
La gran altitud de la cordillera en Ecuador hace que la planta no crezca bien en este país, según Gualán, al contrario que en Bolivia, Perú o Colombia.
En el acto en la embajada en Quito, los diplomáticos también hicieron degustar caramelos, té y licores hechos de coca, así como cremas.
La hoja consta de 14 alcaloides, uno de los cuales es la cocaína, que constituye el 1% de su contenido, según Manuel Monroy, otro diplomático boliviano.
Zárate Rivas señaló que diga lo que diga la ONU, en Bolivia se seguirá mascando coca "porque eso va más allá de una decisión de un gobierno o un grupo de personas", ya que se trata de una tradición