Con un mensaje profundamente integracionista, la ministra de Salud, Caroline Chang, inauguró la reunión de técnicos del Comité Coordinador del Consejo Suramericano de Salud que empezó este lunes en Guayaquil.
En la cita se preparan las estrategias por el cuidado de la salud y de la vida de los pueblos que adoptarán los ministros de Salud de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) que se reunirán desde el martes en el puerto principal.
La ministra Chang abrió la cita pidiendo a los delegados de los grupos técnicos del Comité que trabajen para conformar una alianza regional que, por encima de los problemas que ocasionalmente puedan tener los países hermanos en sus fronteras, optimice los esfuerzos para superar los problemas de la salud de sus pueblos.
Recordó que en agosto se unieron varios países para trabajar mancomunadamente frente a la pandemia AH1N1 y con ello se demostró que es posible el trabajo exitoso y el intercambio provechoso en conjunto.
Auguró que en esta reunión extraordinaria se logre definir la propuesta del Plan Quinquenal que incluya las mejores acciones para mejorar la oferta de recursos de salud de calidad para la población, así como el acceso a medicamentos y otras iniciativas que procuren superar las causas que impiden la mejora de la calidad de vida.
“El trabajo es duro pero las decisiones deben ser históricas en relación a su impacto en la salud y la vida de población”, dijo.
La ministra resaltó el interés del Ecuador de compartir con los países de UNASUR sus propuestas como la estrategia en la reducción de enfermedades vectoriales que condujo al país hacia el reconocimiento internacional de la Organización Panamericana de la Salud, en el Campeonato de Lucha contra la Malaria 2009.
“Debemos hacer una sola región en la lucha contra la malaria y contra el dengue”, afirmó, refiriéndose a la propuesta de creación de un escudo epidemiológico que fue desarrollada por uno de los grupos técnicos especializados que consiste en la elaboración de una política suramericana de vigilancia basada en la armonización de los instrumentos y procesos.
“Que el trabajo sea un hito para la salud sudamericana, un trabajo fructífero que nos permita ir garantizando que los habitantes de nuestros países sean atendidos en su derecho a la salud”, concluyó.
En la cita se preparan las estrategias por el cuidado de la salud y de la vida de los pueblos que adoptarán los ministros de Salud de los países de la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) que se reunirán desde el martes en el puerto principal.
La ministra Chang abrió la cita pidiendo a los delegados de los grupos técnicos del Comité que trabajen para conformar una alianza regional que, por encima de los problemas que ocasionalmente puedan tener los países hermanos en sus fronteras, optimice los esfuerzos para superar los problemas de la salud de sus pueblos.
Recordó que en agosto se unieron varios países para trabajar mancomunadamente frente a la pandemia AH1N1 y con ello se demostró que es posible el trabajo exitoso y el intercambio provechoso en conjunto.
Auguró que en esta reunión extraordinaria se logre definir la propuesta del Plan Quinquenal que incluya las mejores acciones para mejorar la oferta de recursos de salud de calidad para la población, así como el acceso a medicamentos y otras iniciativas que procuren superar las causas que impiden la mejora de la calidad de vida.
“El trabajo es duro pero las decisiones deben ser históricas en relación a su impacto en la salud y la vida de población”, dijo.
La ministra resaltó el interés del Ecuador de compartir con los países de UNASUR sus propuestas como la estrategia en la reducción de enfermedades vectoriales que condujo al país hacia el reconocimiento internacional de la Organización Panamericana de la Salud, en el Campeonato de Lucha contra la Malaria 2009.
“Debemos hacer una sola región en la lucha contra la malaria y contra el dengue”, afirmó, refiriéndose a la propuesta de creación de un escudo epidemiológico que fue desarrollada por uno de los grupos técnicos especializados que consiste en la elaboración de una política suramericana de vigilancia basada en la armonización de los instrumentos y procesos.
“Que el trabajo sea un hito para la salud sudamericana, un trabajo fructífero que nos permita ir garantizando que los habitantes de nuestros países sean atendidos en su derecho a la salud”, concluyó.