Los países que comparten la Amazonía, mayor selva del planeta, se sumaron hoy a la propuesta que lideran los presidentes de Brasil y Francia para frenar el cambio climático en la próxima conferencia que se celebrará sobre el tema en Copenhague.
Bolivia, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinam y Venezuela suscribieron en Manaos su apoyo al plan que elaboraron los presidentes de Francia, Nicolas Sarkozy, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en una reunión que tuvieron en París a mediados de este mes.
El compromiso de los ocho países soberanos de la región y Francia, que tiene un pie en el Amazonas con el departamento de la Guayana Francesa, quedó plasmado en la Declaración de Manaos, documento que va a suponer la base que guiará sus propuestas en Copenhague, pero que "no excluirá otras iniciativas" que quieran presentar individualmente, según aseguró Lula.
El texto aprobado hoy subraya el principio de "responsabilidades compartidas pero diferenciadas", con lo cual insta a los países desarrollados a "reducir significativamente sus emisiones (de gases contaminantes), de acuerdo con sus responsabilidades históricas".
Tras el encuentro, Sarkozy afirmó en una rueda de prensa que la propuesta es "muy precisa" para evitar volver a quedarse en términos generales como ocurrió con el Protocolo de Kyoto, que está a punto de caducar.
En la reunión participaron Lula, Sarkozy, el presidente de Guayana, Bharrat Jagdeo, y ministros o representantes gubernamentales del resto de países, cuyos jefes de Estado se excusaron de asistir.
Lula dijo que la ausencia de la mayoría de los presidentes suramericanos "no le resta valor" a la Declaración de Manaos, ya que se negoció con todos los Gobiernos y puesto que los presidentes se ausentaron "por motivo de sus agendas".
"Hace una semana, los países no habían presentado (propuestas con) números y Copenhague parecía vacía. El de Estados Unidos no es el que más me guste, pero es un compromiso", afirmó Lula, en relación a la propuesta de Washington de reducir sus emisiones en un 17% hasta 2020.
El líder brasileño consideró que los "errores históricos" contra el clima solo serán reparados "en décadas", pero señaló que Copenhague será "un comienzo".
"Es como la muralla china, larga y cansina, pero alguien necesita poner la primera piedra. En Copenhague vamos a poner el primer escalón de una política responsable para cuidar nuestro planeta", agregó Lula.
Los Estados amazónicos pedirán que en la cita de Copenhague se fijen compensaciones de los países ricos a las naciones en desarrollo por sus esfuerzos en el combate al cambio climático.
También se incidirá en la apertura de líneas de crédito en el "futuro inmediato" para acelerar la toma de decisiones, en palabras del gobernante galo.
Estos créditos tendrían dos líneas, la primera, destinada a dar más acceso a la energía, lo que beneficiaría especialmente a las naciones africanas, y la segunda, para financiar a los países a que mantengan sus bosques.
De esta segunda línea, se beneficiarían los países amazónicos, los de la cuenca del río Congo, Indonesia y Rusia, por los bosques siberianos.
Sarkozy detalló que quieren que el 20% de los créditos que se desbloqueen se dediquen al mantenimiento en pie de los bosques, puesto que el 20% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo proceden de la deforestación, según cálculos de organizaciones ecologistas citados por el mandatario.
También se propondrá la creación de un mercado de crédito de carbono mundial, similar al que ya ha comenzado a funcionar en Estados Unidos, además de otros planes como tasar las transferencias financieras internacionales para alimentar un fondo de ayuda a los países en desarrollo.
Las naciones amazónicas también respaldaron la creación de una organización mundial dedicada al medio ambiente, como se recoge en la iniciativa franco-brasileña presentada hace dos semanas en París por Sarkozy y Lula. EFE
Bolivia, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinam y Venezuela suscribieron en Manaos su apoyo al plan que elaboraron los presidentes de Francia, Nicolas Sarkozy, y de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, en una reunión que tuvieron en París a mediados de este mes.
El compromiso de los ocho países soberanos de la región y Francia, que tiene un pie en el Amazonas con el departamento de la Guayana Francesa, quedó plasmado en la Declaración de Manaos, documento que va a suponer la base que guiará sus propuestas en Copenhague, pero que "no excluirá otras iniciativas" que quieran presentar individualmente, según aseguró Lula.
El texto aprobado hoy subraya el principio de "responsabilidades compartidas pero diferenciadas", con lo cual insta a los países desarrollados a "reducir significativamente sus emisiones (de gases contaminantes), de acuerdo con sus responsabilidades históricas".
Tras el encuentro, Sarkozy afirmó en una rueda de prensa que la propuesta es "muy precisa" para evitar volver a quedarse en términos generales como ocurrió con el Protocolo de Kyoto, que está a punto de caducar.
En la reunión participaron Lula, Sarkozy, el presidente de Guayana, Bharrat Jagdeo, y ministros o representantes gubernamentales del resto de países, cuyos jefes de Estado se excusaron de asistir.
Lula dijo que la ausencia de la mayoría de los presidentes suramericanos "no le resta valor" a la Declaración de Manaos, ya que se negoció con todos los Gobiernos y puesto que los presidentes se ausentaron "por motivo de sus agendas".
"Hace una semana, los países no habían presentado (propuestas con) números y Copenhague parecía vacía. El de Estados Unidos no es el que más me guste, pero es un compromiso", afirmó Lula, en relación a la propuesta de Washington de reducir sus emisiones en un 17% hasta 2020.
El líder brasileño consideró que los "errores históricos" contra el clima solo serán reparados "en décadas", pero señaló que Copenhague será "un comienzo".
"Es como la muralla china, larga y cansina, pero alguien necesita poner la primera piedra. En Copenhague vamos a poner el primer escalón de una política responsable para cuidar nuestro planeta", agregó Lula.
Los Estados amazónicos pedirán que en la cita de Copenhague se fijen compensaciones de los países ricos a las naciones en desarrollo por sus esfuerzos en el combate al cambio climático.
También se incidirá en la apertura de líneas de crédito en el "futuro inmediato" para acelerar la toma de decisiones, en palabras del gobernante galo.
Estos créditos tendrían dos líneas, la primera, destinada a dar más acceso a la energía, lo que beneficiaría especialmente a las naciones africanas, y la segunda, para financiar a los países a que mantengan sus bosques.
De esta segunda línea, se beneficiarían los países amazónicos, los de la cuenca del río Congo, Indonesia y Rusia, por los bosques siberianos.
Sarkozy detalló que quieren que el 20% de los créditos que se desbloqueen se dediquen al mantenimiento en pie de los bosques, puesto que el 20% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo proceden de la deforestación, según cálculos de organizaciones ecologistas citados por el mandatario.
También se propondrá la creación de un mercado de crédito de carbono mundial, similar al que ya ha comenzado a funcionar en Estados Unidos, además de otros planes como tasar las transferencias financieras internacionales para alimentar un fondo de ayuda a los países en desarrollo.
Las naciones amazónicas también respaldaron la creación de una organización mundial dedicada al medio ambiente, como se recoge en la iniciativa franco-brasileña presentada hace dos semanas en París por Sarkozy y Lula. EFE