México. El Nobel de Literatura turco Orhan Pamuk afirmó hoy que su franqueza al hablar de política le ha traído más problemas ahora que es una figura conocida, por lo que debe vivir rodeado de guardias para preservar su seguridad.
"En Turquía tengo guardias que me proporciona el Gobierno, mi oficina y mi casa están resguardadas por la policía", reveló en la conferencia magistral que dictó ante un nutrido auditorio en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
"No es una vida placentera, pero puedo visitar a mis amigos", aclaró. Durante mucho tiempo, explicó, apenas salía de casa para no exponerse.
"En los años 70 y los 80 las cosas estaban peor, ahora Turquía es un país más democrático, e irónicamente tengo más problemas que antes, en parte porque soy un escritor más famoso y eso molesta", dijo
En décadas pasadas, recordó, "todos mis amigos tuvieron problemas porque hablaban demasiado y luego se metían a la política y yo les decía, lo siento, no soy tan valiente como tú, quiero escribir y publicar libros".
Dijo que muchos de los problemas en Turquía tienen base en los celos. "Conozco a algunos de estos políticos que solían ser mis amigos, te das cuenta que sus motivaciones no son políticas, son sólo celos", dijo.
En 2004 Pamuk fue llevado a juicio por insultar la identidad turca debido a que en una entrevista con un periódico suizo comentó que en Turquía se había cometido genocidio contra armenios y kurdos.
La causa ha sido reabierta recientemente y el escritor deberá comparecer ante un tribunal en enero, aunque espera que el asunto quede cerrado pronto.
"No busco problemas políticos, el problema es que vengo de un lugar en el mundo problemático y porque soy conocido, los medios me hacen preguntas, y tienes que decir lo que piensas", se excusó.
Pamuk declaró su amor por su país: "yo lo quiero, me gusta, toda mi vida he vivido ahí".
El autor, que presenta en la FIL, la mayor cita editorial del mundo hispano, su más reciente novela, "El museo de la inocencia", la definió como un texto sobre el amor, aunque sin ponerlo en un pedestal, y con el Islam como trasfondo.
"Lo grandioso de este género es que todo el mundo puede leerlas y entenderlas, y que todo el mundo puedo relacionarlas a su vida", expresó.
En tiempos donde cada vez es más común el formato digital, Pamuk aseguró creer en el futuro del libro, pues "todo escritor debe creer en los libros y considerarlos inmortales". El Nobel es autor de títulos como "Nieve", "Me llamo Rojo" y "La vida nueva".
Pamuk es uno de los nombres destacados de esta XXIII edición de la FIL, que reúne a cerca de 500 escritores y casi 2.000 editoriales desde el 28 de noviembre al 6 de diciembre. El año pasado, el certamen editorial atrajo a 600.000 visitantes. EFE
"En Turquía tengo guardias que me proporciona el Gobierno, mi oficina y mi casa están resguardadas por la policía", reveló en la conferencia magistral que dictó ante un nutrido auditorio en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL).
"No es una vida placentera, pero puedo visitar a mis amigos", aclaró. Durante mucho tiempo, explicó, apenas salía de casa para no exponerse.
"En los años 70 y los 80 las cosas estaban peor, ahora Turquía es un país más democrático, e irónicamente tengo más problemas que antes, en parte porque soy un escritor más famoso y eso molesta", dijo
En décadas pasadas, recordó, "todos mis amigos tuvieron problemas porque hablaban demasiado y luego se metían a la política y yo les decía, lo siento, no soy tan valiente como tú, quiero escribir y publicar libros".
Dijo que muchos de los problemas en Turquía tienen base en los celos. "Conozco a algunos de estos políticos que solían ser mis amigos, te das cuenta que sus motivaciones no son políticas, son sólo celos", dijo.
En 2004 Pamuk fue llevado a juicio por insultar la identidad turca debido a que en una entrevista con un periódico suizo comentó que en Turquía se había cometido genocidio contra armenios y kurdos.
La causa ha sido reabierta recientemente y el escritor deberá comparecer ante un tribunal en enero, aunque espera que el asunto quede cerrado pronto.
"No busco problemas políticos, el problema es que vengo de un lugar en el mundo problemático y porque soy conocido, los medios me hacen preguntas, y tienes que decir lo que piensas", se excusó.
Pamuk declaró su amor por su país: "yo lo quiero, me gusta, toda mi vida he vivido ahí".
El autor, que presenta en la FIL, la mayor cita editorial del mundo hispano, su más reciente novela, "El museo de la inocencia", la definió como un texto sobre el amor, aunque sin ponerlo en un pedestal, y con el Islam como trasfondo.
"Lo grandioso de este género es que todo el mundo puede leerlas y entenderlas, y que todo el mundo puedo relacionarlas a su vida", expresó.
En tiempos donde cada vez es más común el formato digital, Pamuk aseguró creer en el futuro del libro, pues "todo escritor debe creer en los libros y considerarlos inmortales". El Nobel es autor de títulos como "Nieve", "Me llamo Rojo" y "La vida nueva".
Pamuk es uno de los nombres destacados de esta XXIII edición de la FIL, que reúne a cerca de 500 escritores y casi 2.000 editoriales desde el 28 de noviembre al 6 de diciembre. El año pasado, el certamen editorial atrajo a 600.000 visitantes. EFE