La oposición de Colombia a incluir un párrafo de condena a la instalación de bases extranjeras en la región en un texto sobre normas de seguridad regional mantiene estancado el debate en la reunión del Consejo de Defensa de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) que se celebra hoy en Quito.
Según un comunicado del ministro ecuatoriano de Defensa, Javier Ponce, la negativa de la delegación de Colombia no ha permitido avanzar en la discusión.
"Para superar el impasse (punto muerto) se propuso que temas como el de las bases militares extranjeras sean tratados en las próximas semanas, luego de que se realicen las consultas a las autoridades de las respectivas naciones", agrega el comunicado.
Los representantes de los doce países de Unasur siguen reunidos tres horas después de la prevista para la clausura de este encuentro, supuestamente analizando esa propuesta.
El ministro señaló que el representante colombiano en la reunión, un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores, "no tiene argumentos legítimos para no aceptar el documento que actualmente se debate".
El Gobierno colombiano suscribió a fines de octubre un acuerdo con EE.UU. que permite a tropas de este país hacer uso de bases militares en Colombia, lo que ha sido recibido por los Gobiernos de la mayoría de países de Unasur con preocupación o rechazo.
La reunión de Quito responde a lo pactado en la Cumbre presidencial de la Unasur que se celebró el pasado 28 de agosto en Bariloche (Argentina), donde se ordenó el diseño de medidas de fomento de la confianza y la seguridad para la región.
Pese a que estaban convocados todos los cancilleres y ministros de Defensa de los doce miembros únicamente están en Quito los cancilleres de Brasil, Celso Amorim, Ecuador, Fander Falconí, Perú, José Antonio García Belaúnde, y Venezuela, Nicolás Maduro.
Tambien asisten los ministros de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, Ecuador, Javier Ponce, Paraguay, Luis Bareiro Spaini, y Surinam, Iván Fernald.
El resto de los países miembros del organismo regional está representado por viceministros, subsecretarios o delegados técnicos, como Colombia, que envió al director para América del Ministerio de Relaciones Exteriores y al segundo comandante de las Fuerzas Militares.
El canciller colombiano, Jaime Bermúdez, y el ministro de Defensa, Gabriel Silva, se quedaron en Bogotá, porque "la actitud y reciente escalada de agravios que han recibido el Gobierno y el pueblo de Colombia no permiten prever que las discusiones se desarrollen en el tono de respeto, objetividad y equilibrio temático que este foro exige", señaló un comunicado oficial colombiano este jueves.
En el mismo comunicado se anota que "Colombia desea que Unasur adelante las tareas que le han sido encomendadas y está dispuesta a aportar en ese propósito de manera constructiva".
El tema principales de la reunión de Unasur es la seguridad regional, marcada por las tensiones entre Colombia y Venezuela a causa de un convenio militar colombo-estadounidense que es considerado por los venezolanos como "una amenaza".
Colombia, por su parte, considera una "amenaza" el llamamiento hecho hace unos días por el presidente venezolano, Hugo Chávez, a sus compatriotas para que se preparen "para la guerra", a pesar de que luego fue matizado, y se ha quejado ante Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA).
Según un comunicado del ministro ecuatoriano de Defensa, Javier Ponce, la negativa de la delegación de Colombia no ha permitido avanzar en la discusión.
"Para superar el impasse (punto muerto) se propuso que temas como el de las bases militares extranjeras sean tratados en las próximas semanas, luego de que se realicen las consultas a las autoridades de las respectivas naciones", agrega el comunicado.
Los representantes de los doce países de Unasur siguen reunidos tres horas después de la prevista para la clausura de este encuentro, supuestamente analizando esa propuesta.
El ministro señaló que el representante colombiano en la reunión, un alto funcionario del Ministerio de Asuntos Exteriores, "no tiene argumentos legítimos para no aceptar el documento que actualmente se debate".
El Gobierno colombiano suscribió a fines de octubre un acuerdo con EE.UU. que permite a tropas de este país hacer uso de bases militares en Colombia, lo que ha sido recibido por los Gobiernos de la mayoría de países de Unasur con preocupación o rechazo.
La reunión de Quito responde a lo pactado en la Cumbre presidencial de la Unasur que se celebró el pasado 28 de agosto en Bariloche (Argentina), donde se ordenó el diseño de medidas de fomento de la confianza y la seguridad para la región.
Pese a que estaban convocados todos los cancilleres y ministros de Defensa de los doce miembros únicamente están en Quito los cancilleres de Brasil, Celso Amorim, Ecuador, Fander Falconí, Perú, José Antonio García Belaúnde, y Venezuela, Nicolás Maduro.
Tambien asisten los ministros de Defensa de Brasil, Nelson Jobim, Ecuador, Javier Ponce, Paraguay, Luis Bareiro Spaini, y Surinam, Iván Fernald.
El resto de los países miembros del organismo regional está representado por viceministros, subsecretarios o delegados técnicos, como Colombia, que envió al director para América del Ministerio de Relaciones Exteriores y al segundo comandante de las Fuerzas Militares.
El canciller colombiano, Jaime Bermúdez, y el ministro de Defensa, Gabriel Silva, se quedaron en Bogotá, porque "la actitud y reciente escalada de agravios que han recibido el Gobierno y el pueblo de Colombia no permiten prever que las discusiones se desarrollen en el tono de respeto, objetividad y equilibrio temático que este foro exige", señaló un comunicado oficial colombiano este jueves.
En el mismo comunicado se anota que "Colombia desea que Unasur adelante las tareas que le han sido encomendadas y está dispuesta a aportar en ese propósito de manera constructiva".
El tema principales de la reunión de Unasur es la seguridad regional, marcada por las tensiones entre Colombia y Venezuela a causa de un convenio militar colombo-estadounidense que es considerado por los venezolanos como "una amenaza".
Colombia, por su parte, considera una "amenaza" el llamamiento hecho hace unos días por el presidente venezolano, Hugo Chávez, a sus compatriotas para que se preparen "para la guerra", a pesar de que luego fue matizado, y se ha quejado ante Naciones Unidas y la Organización de Estados Americanos (OEA).