El Gobierno propuso en la Cumbre de los países que comparten la cuenca amazónica, celebrada hoy en la ciudad brasileña de Manaos, que las naciones ricas paguen una "deuda ecológica" a aquellas que no han contribuido en la polución mundial.
En un comunicado emitido hoy en Quito, el canciller ecuatoriano, Fander Falconí, quien participó en esa cita, dijo que "es necesario tener presente que del exceso de emisiones por habitante en el planeta deriva una responsabilidad ambiental histórica y actual que debe calcularse y concretarse".
"Nos toca a los gobiernos tomar medidas y, para los gobiernos de países que históricamente no tenemos ninguna o escasa responsabilidad, para nosotros, lo que procede es reclamar la deuda ecológica", enfatizó Falconí.
"Los pasivos ambientales, las externalidades negativas, las deudas ecológicas -por carbono o deudas climáticas- deben, primero, ser reconocidas y, segundo, deben ser pagadas", añadió el ministro ecuatoriano, según el texto oficial emitido por la cancillería.
Además, señaló que "hay varios estudios que muestran cálculos serios de la deuda climática" y apuntó que las "emisiones anuales per cápita de dióxido de carbono, en países europeos, están por encima de las 10 toneladas y en Estados Unidos casi alcanzan 20 toneladas".
Agregó que "el promedio mundial es de unas cuatro toneladas (por habitante), pero muchos pobres del mundo están por debajo de ese promedio. La humanidad en conjunto ha de reducir las emisiones en un 50 ó 60 por ciento, cuánto antes mejor", según informes del Panel Internacional de Cambio Climático.
El canciller ecuatoriano remarcó que su país "va incluso un paso más allá del mero reclamo de la deuda ecológica, consciente de que quemar las reservas de carbón, petróleo y gas, al ritmo actual en el mundo, lleva a un desastre climático".
Recordó que el Gobierno de su país "ha propuesto dejar en el suelo el petróleo del yacimiento Yasuní-ITT, (con reservas de) 850 millones de barriles, para evitar emisiones de dióxido de carbono" y "preservar una biodiversidad única en este territorio amazónico".
Esa iniciativa de Ecuador también busca "respetar los derechos humanos" de los indígenas que habitan en el Parque Nacional Yasuní, donde se han localizado las reservas de crudo.
El Gobierno de Quito ha propuesto a la comunidad internacional que le compense por, al menos, la mitad de los recursos que podría obtener por explotar el petróleo que yace en el Parque Yasuní, lo que le permitiría preservar y conservar esa zona considerada una de mayor concentración de biodiversidad en el mundo.
En un comunicado emitido hoy en Quito, el canciller ecuatoriano, Fander Falconí, quien participó en esa cita, dijo que "es necesario tener presente que del exceso de emisiones por habitante en el planeta deriva una responsabilidad ambiental histórica y actual que debe calcularse y concretarse".
"Nos toca a los gobiernos tomar medidas y, para los gobiernos de países que históricamente no tenemos ninguna o escasa responsabilidad, para nosotros, lo que procede es reclamar la deuda ecológica", enfatizó Falconí.
"Los pasivos ambientales, las externalidades negativas, las deudas ecológicas -por carbono o deudas climáticas- deben, primero, ser reconocidas y, segundo, deben ser pagadas", añadió el ministro ecuatoriano, según el texto oficial emitido por la cancillería.
Además, señaló que "hay varios estudios que muestran cálculos serios de la deuda climática" y apuntó que las "emisiones anuales per cápita de dióxido de carbono, en países europeos, están por encima de las 10 toneladas y en Estados Unidos casi alcanzan 20 toneladas".
Agregó que "el promedio mundial es de unas cuatro toneladas (por habitante), pero muchos pobres del mundo están por debajo de ese promedio. La humanidad en conjunto ha de reducir las emisiones en un 50 ó 60 por ciento, cuánto antes mejor", según informes del Panel Internacional de Cambio Climático.
El canciller ecuatoriano remarcó que su país "va incluso un paso más allá del mero reclamo de la deuda ecológica, consciente de que quemar las reservas de carbón, petróleo y gas, al ritmo actual en el mundo, lleva a un desastre climático".
Recordó que el Gobierno de su país "ha propuesto dejar en el suelo el petróleo del yacimiento Yasuní-ITT, (con reservas de) 850 millones de barriles, para evitar emisiones de dióxido de carbono" y "preservar una biodiversidad única en este territorio amazónico".
Esa iniciativa de Ecuador también busca "respetar los derechos humanos" de los indígenas que habitan en el Parque Nacional Yasuní, donde se han localizado las reservas de crudo.
El Gobierno de Quito ha propuesto a la comunidad internacional que le compense por, al menos, la mitad de los recursos que podría obtener por explotar el petróleo que yace en el Parque Yasuní, lo que le permitiría preservar y conservar esa zona considerada una de mayor concentración de biodiversidad en el mundo.