jueves, 17 de marzo de 2011

La crisis nuclear de Japón está fuera de control, según expertos

La crisis nuclear de Japón parecía estar fuera de control ayer ante el aumento de los niveles de radiación debido al deterioro de un reactor tras otro en la central de Fukushima, sin que los desesperados intentos de los trabajadores para controlar la radiación hayan dado hasta ahora resultado.

La piscina de almacenamiento de combustible usado del reactor 4 de la planta no tiene más agua, lo que genera niveles de radiación “extremadamente altos”, dijo ayer el jefe de la Comisión Reguladora Nuclear estadounidense (NRC).

“Además de los tres reactores que estaban operando al momento del incidente, ahora también hay un cuarto reactor que genera preocupación. Este reactor estaba cerrado al momento del terremoto”, dijo el jefe de la NRC, Gregory Jaczko.

“Creemos que la contención secundaria quedó destruida y que no hay agua en la piscina de combustible usado, y creemos que los niveles de radiación son extremadamente altos, lo que podría afectar la capacidad de tomar medidas correctivas”, explicó.

Según los expertos, en caso de que la piscina de combustibles usados del reactor 4 de la central de Fukushima se seque, situación que todos temen, podría producir emisiones de radiactividad del mismo volumen que las de Chernóbil.

Después de dos incendios en el edificio donde está el reactor, la piscina se encuentra ya “casi al aire libre” y una elevada radiación se escapa, destacó Thierry Charles, del Instituto francés de Radioprotección y de la Seguridad Nuclear.

La temperatura del agua comenzó a aumentar. En lugar de unos 30 grados centígrados en tiempo normal habría llegado al menos a 80. El riesgo, con la evaporación, es que las barras, aún un poco aisladas del exterior por el líquido, dejen de estar sumergidas en el agua.

Por falta de agua para enfriarlas, se puede temer que muy pronto estas barras podrían dañarse y producir emisiones muy importantes de radiactividad directamente a la atmósfera. Como en un calentador eléctrico de agua cuya resistencia se fundió por falta de agua, las barras de combustible podrían romperse.

Con el combustible en pedazos, directamente al aire libre, “tendríamos el mismo tipo de emisiones que Chernóbil”, estimó Charles. Una eventualidad de catástrofe que se definirá en 48 horas.