En cuatro años de gobierno del presidente Rafael Correa el mercado petrolero dio un giro de 180° al cambiar su habitual comprador de la región por uno asiático. El principal mercado de las estatales Petroecuador y Petroamazonas dejó de ser Estados Unidos para transformarse en China; una sola empresa de ese país embarca el 58% de las exportaciones petroleras.
“China se lleva el 58%. La diferencia (el 42%) se reparten las demás petroleras (7) entre privadas y estatales”, dijo Nilsen Arias, gerente de Comercio Internacional de Petroecuador.
En ese porcentaje no se incluye el pago en petróleo que el Gobierno realiza a las también chinas Andes Petroleum y PetroOriental, que en noviembre pasado modificaron sus contratos, de participación a prestación de servicios, para seguir operando en el país, aunque el documento recién entró en vigencia el 1 de enero pasado.
Así, el país tiene un solo comprador mayoritario de crudo.
Luego están las privadas Repsol (España) y Agip Oil (Italia) y las estatales Enap (Chile) y Ancap (Uruguay).
Arias consideró que eso no constituye una alerta roja, aunque admitió que sí existe algún riesgo en que el crudo se vaya a un solo comprador. Pero que eso depende de quién sea ese comprador. “Si el país no fuese serio –como lo es China– existiría ese riesgo, pero en este caso no”. Su mayor fortaleza, dijo es que la economía de China está en constante crecimiento.
La petrolera tampoco encontró riesgo en que esa compañía pueda vender el crudo ecuatoriano en las costas pacíficas en donde el país tiene su nicho de mercado. “En este momento tenemos un gran componente de crudo que se entrega a un estado, China, a través de Petrochina, pero esa empresa con esos cargamentos no sale a jugar en el mercado. Consumen todo. Se distribuyen entre sus 58 refinerías pero es para ellos, es su circuito”, destacó Arias.
Aunque una factura comercial emitida por Petroecuador (Nº 0000132), el 10 de diciembre pasado, revela que el buque Alcadista, con bandera de Hong Kong, tenía como destino uno o más puertos seguros de la costa oeste de Panamá, no China.
A pesar de ello, el Gobierno defiende la relación con China porque asegura que el precio del barril al que se le está dejando lo marcan pequeños compradores.
Por el 42% restante del pastel se pelean otras empresas; “cinco hacen que el precio suba cada mes y como até –en los contratos con Petrochina– la fórmula del comprador grande al precio (de mercado), el precio lo pone un chiquito (a través del diferencial)”.
“China se lleva el 58%. La diferencia (el 42%) se reparten las demás petroleras (7) entre privadas y estatales”, dijo Nilsen Arias, gerente de Comercio Internacional de Petroecuador.
En ese porcentaje no se incluye el pago en petróleo que el Gobierno realiza a las también chinas Andes Petroleum y PetroOriental, que en noviembre pasado modificaron sus contratos, de participación a prestación de servicios, para seguir operando en el país, aunque el documento recién entró en vigencia el 1 de enero pasado.
Así, el país tiene un solo comprador mayoritario de crudo.
Luego están las privadas Repsol (España) y Agip Oil (Italia) y las estatales Enap (Chile) y Ancap (Uruguay).
Arias consideró que eso no constituye una alerta roja, aunque admitió que sí existe algún riesgo en que el crudo se vaya a un solo comprador. Pero que eso depende de quién sea ese comprador. “Si el país no fuese serio –como lo es China– existiría ese riesgo, pero en este caso no”. Su mayor fortaleza, dijo es que la economía de China está en constante crecimiento.
La petrolera tampoco encontró riesgo en que esa compañía pueda vender el crudo ecuatoriano en las costas pacíficas en donde el país tiene su nicho de mercado. “En este momento tenemos un gran componente de crudo que se entrega a un estado, China, a través de Petrochina, pero esa empresa con esos cargamentos no sale a jugar en el mercado. Consumen todo. Se distribuyen entre sus 58 refinerías pero es para ellos, es su circuito”, destacó Arias.
Aunque una factura comercial emitida por Petroecuador (Nº 0000132), el 10 de diciembre pasado, revela que el buque Alcadista, con bandera de Hong Kong, tenía como destino uno o más puertos seguros de la costa oeste de Panamá, no China.
A pesar de ello, el Gobierno defiende la relación con China porque asegura que el precio del barril al que se le está dejando lo marcan pequeños compradores.
Por el 42% restante del pastel se pelean otras empresas; “cinco hacen que el precio suba cada mes y como até –en los contratos con Petrochina– la fórmula del comprador grande al precio (de mercado), el precio lo pone un chiquito (a través del diferencial)”.