El alquiler de ese equipo se enmarcó en la alianza estratégica que mantienen la estatal ecuatoriana Petroecuador y su par venezolana PDVSA, que comparten en 70% y 30%, respectivamente, la participación accionaria de la empresa de economía mixta Río Napo, encargada de operar el campo Sacha hasta 2019.
El contrato de alquiler se dio pese a las limitaciones señaladas en el propio informe técnico económico presentado por la gerencia de Río Napo a la presidencia de Petroecuador, el 11 de febrero de 2010.
En dicho informe favorable a la firma del contrato se observó que las torres no contaban con un sistema de movilización, que permita reubicarlas de forma autónoma en el campo.
El argumento para sugerir esa contratación, dice el informe, es que las tarifas acordadas estaban "dentro de los parámetros técnicos y económicos aceptables" por Río Napo.
novedades entre mayo y octubre. En un reporte de operaciones de los taladros CPV-23 y CPV 16, alquilados a PDVSA, se concluye que ese es el equipo en que se ha presentado dificultad en la movilización en la misma locación por no disponer de sistema skidding (sistema de deslizamiento de un pozo a otro). También se informa que el promedio de movilización de un pozo a otro es de 6,6 días. Se destaca que el equipo CPV-23 presenta varios problemas en el funcionamiento.
Individualmente, se señaló que para el caso del equipo CPV-23 hubo un daño mayor en una tercera bomba, justo cuando se perforó el primer pozo. Mientras el 4 de octubre se detectó un severo daño del top drive.
El inicio de operaciones del CPV-23 estuvo previsto para la primera semana de abril de ese año, pero hubo un retraso en la movilización desde Puerto Bolívar hasta el campo Sacha. Antes de ir a ese campo fue usada la torre de perforación en la isla Puná, en las tareas exploración a cargo de PDVSA, que hasta marzo previo no había dado los resultados esperados en la búsqueda de reservas de gas.
Entre las novedades del equipo PDV-16 fueron señalados un retraso en la movilización a tener que realizar mantenimiento y una demora en la primera perforación por no contar con una tercera bomba. El inicio de operaciones se dio el 9 de julio.
La falta de eficiencia del equipo fue admitida por autoridades del ramo después de la caída de una de las torres en febrero de este año en el campo Sacha, que, entre noviembre de 2009 y diciembre de 2010, no reportó pagos por producción incremental de los barriles de petróleo.