jueves, 24 de marzo de 2011

Lucha solidaria contra el hambre

En Guayaquil existen 337 514 personas que no pueden acceder a un plato de comida al día, de acuerdo con estadísticas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

La cifra representa al 13% de la población, que a su vez está compuesta en un 78% por niños.

Para contrarrestar esta situación, hace un mes y medio se abrió el primer banco de alimentos de la ciudad, cuya meta es brindar comida a un promedio de 30 mil guayaquileños en precarias condiciones hasta el próximo año.

La organización, bautizada como Diakonía, funciona con el apoyo de la empresa privada a través de la donación de alimentos que ya no pueden comercializarse porque figuran como excedentes en el mercado.

Doce mil raciones de comida se han podido desglosar de las cinco toneladas de productos que ya han entregado las más de 20 empresas involucradas.

Los alimentos no son entregados directamente a la gente, sino mediante fundaciones de ayuda social que previamente se han inscrito en la base de datos del banco; se han registrado 30 hasta la fecha, pero se aspira que el número ascienda a medida que el proyecto se conozca más.

Por otro lado, el expendio no es totalmente gratuito. Se cobra el 10% o menos del precio real de un determinado producto con el afán de crear un fondo de mantenimiento, pues se trata de una institución sin fines de lucro.

Alexandra Egas, coordinadora de la Corporación Compartir, que brinda almuerzos a cerca de 140 personas de escasos recursos diariamente en el sector de Mapasingue, manifestó que dicho recargo resulta insignificante en comparación con los de los mercados comunes.

"Afuera un refrigerio para la gente que atendemos lo encontramos en ¢60 cada uno, cuando en el banco nos lo venden a ¢7", explicó.

Pero la subsistencia de Diakonía no solo depende del dinero que se pueda recaudar o de lo que la industria pueda dar, sino también de la colaboración de los guayaquileños; el lugar donde funciona la institución fue entregado en comodato y únicamente cuenta con un personal permanente de tres personas.

El objetivo es lograr la inscripción de voluntarios permanentes que contribuyan con servicios de fletes, con la prestación o donación de refrigeradores, perchas metálicas, carritos de carga, e incluso de una instalación donde se puedan almacenar alimentos perecibles, pues a futuro el banco pretende recolectar todo tipo de productos que se puedan incluir en la canasta básica.