Ecuador ha recibido hasta el momento $ 2.000 millones de la empresa estatal Petrochina por la preventa de petróleo.
Aunque el país deberá pagar, con petróleo y basado en una tabla de amortización, el capital y los intereses por el dinero entregado con anticipación, estos recursos no son contabilizados como deuda pública externa por parte del Gobierno.
El Ministerio de Finanzas ha encontrado otra forma de denominar a este tipo de operaciones: “obligaciones por preventa de petróleo”. Así consta en la ejecución anual del presupuesto, cortada al 21 de marzo del 2011, en el cual se prevé pagar por ese préstamo unos 500 millones de dólares.
Pese a que varios expertos, entre ellos el exministro de Finanzas, Fausto Ortiz, consideran que este tipo de operaciones sí son endeudamiento externo público, el actual ministro Patricio Rivera ha explicado que el hecho de que la operación tenga interés, no define su calidad de crédito. Dijo que esa transacción está categorizada en otro tipo de operaciones denominadas pasivos contingentes u obligaciones de pago.
La razón para considerarla de esta otra manera, agregó Rivera, es que Ecuador tiene un proceso de endeudamiento extremadamente riguroso y largo, que incluye la necesidad de aprobación del comité de endeudamiento. Además los recursos que se adquieren como deuda pública deben ir a programas y proyectos, que no sería el caso del dinero obtenido de Petrochina en los dos contratos (julio del 2009 y enero del 2011). Para Rivera, las dos operaciones que se realizaron con Petrochina son de liquidez, que no se pueden considerar deuda.
La duda para Ortiz es por qué no tienen trato de deuda, si tienen tabla de amortización, plazo, interés y están registradas en la línea de financiamiento de la ejecución presupuestaria del Gobierno. “¿Si tiene dos patas, tiene pico y hace cuac, cómo es que no es un pato?”, comentó.
Expertos como el exministro de Energía, Jorge Pareja Cucalón, y el exsindicalista Fernando Villavicencio, consideran que el interés es demasiado costoso (7,08%). El primero agrega que las tasas de organismos multilaterales están en el orden del 4% o 5%.
En los plazos de dos años y de dos años y medio, en el caso del primero y segundo contratos, también se ven inconvenientes. Ortiz explicó que los pagos a muy corto plazo obligan a la entrega de ingentes cantidades de dinero. Lo ideal es tener recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF) a largo plazo y con bajas tasas de interés.
Así, en la realidad del 2011, el país recibe solo $ 500 millones de dinero fresco de China, pues los otros $ 500 millones, eventualmente ayudan a pagar una serie de compromisos, entre ellos a cubrir la misma deuda china.
Aunque el país deberá pagar, con petróleo y basado en una tabla de amortización, el capital y los intereses por el dinero entregado con anticipación, estos recursos no son contabilizados como deuda pública externa por parte del Gobierno.
El Ministerio de Finanzas ha encontrado otra forma de denominar a este tipo de operaciones: “obligaciones por preventa de petróleo”. Así consta en la ejecución anual del presupuesto, cortada al 21 de marzo del 2011, en el cual se prevé pagar por ese préstamo unos 500 millones de dólares.
Pese a que varios expertos, entre ellos el exministro de Finanzas, Fausto Ortiz, consideran que este tipo de operaciones sí son endeudamiento externo público, el actual ministro Patricio Rivera ha explicado que el hecho de que la operación tenga interés, no define su calidad de crédito. Dijo que esa transacción está categorizada en otro tipo de operaciones denominadas pasivos contingentes u obligaciones de pago.
La razón para considerarla de esta otra manera, agregó Rivera, es que Ecuador tiene un proceso de endeudamiento extremadamente riguroso y largo, que incluye la necesidad de aprobación del comité de endeudamiento. Además los recursos que se adquieren como deuda pública deben ir a programas y proyectos, que no sería el caso del dinero obtenido de Petrochina en los dos contratos (julio del 2009 y enero del 2011). Para Rivera, las dos operaciones que se realizaron con Petrochina son de liquidez, que no se pueden considerar deuda.
La duda para Ortiz es por qué no tienen trato de deuda, si tienen tabla de amortización, plazo, interés y están registradas en la línea de financiamiento de la ejecución presupuestaria del Gobierno. “¿Si tiene dos patas, tiene pico y hace cuac, cómo es que no es un pato?”, comentó.
Expertos como el exministro de Energía, Jorge Pareja Cucalón, y el exsindicalista Fernando Villavicencio, consideran que el interés es demasiado costoso (7,08%). El primero agrega que las tasas de organismos multilaterales están en el orden del 4% o 5%.
En los plazos de dos años y de dos años y medio, en el caso del primero y segundo contratos, también se ven inconvenientes. Ortiz explicó que los pagos a muy corto plazo obligan a la entrega de ingentes cantidades de dinero. Lo ideal es tener recursos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Corporación Andina de Fomento (CAF) a largo plazo y con bajas tasas de interés.
Así, en la realidad del 2011, el país recibe solo $ 500 millones de dinero fresco de China, pues los otros $ 500 millones, eventualmente ayudan a pagar una serie de compromisos, entre ellos a cubrir la misma deuda china.