martes, 13 de abril de 2010

Lluvias castigan al Litoral y dejan muertos en la Sierra

La estadística de afectados por el invierno volvió a subir tras el temporal que arreció durante el último fin de semana en varias provincias del país.

Según la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR), hasta ayer, la cifra se ubicó en 36 696, 2 200 más que el domingo.

No obstante, Felipe Bazant, subsecretario de Respuesta de la entidad, aseguró que la emergencia ha sido estabilizada.

Pero la versión oficial no concuerda con la realidad del cantón Salitre (provincia del Guayas).

Allí, en una casa desbaratada y totalmente inundada, sobrevive la familia Brito-Valero, en el recinto La Pitaya. Siete adultos y cuatro niños debieron amontonarse en un extremo de la destrozada vivienda, pues por allí se construyo un muro de contención que se espera evite sucesos como el del sábado anterior, cuando el río Salitre se desbordó y afectó a 70 familias.

La caótica situación del cantón no solo se evidencia en los sectores rurales, sino en el centro de la ciudad. Ni el municipio se salvó y en las calles aledañas, como la Veinticuatro de Mayo, los habitantes miran con hastío como se rebosan las alcantarillas y salen a flote las heces fecales.

El alcalde, Francisco León, a través del gobernador Roberto Cuero aseguró haber hecho un llamado al presidente Correa para que Salitre pase a estado de excepción y puedan llegar los recursos económicos. "Las pérdidas ascienden a $2,5 millones", dijo el burgomaestre.

Mientras que en el albergue municipal, construido en el 2008, se alojan 12 familias y un total de 40 personas. Algunos contaron el susto que vivieron el sábado, cuando fuertes correntadas del río Salitre amenazaron con tumbar sus viviendas. Luis Valero, habitante del sector Juan Montalvo, manifiesta que su casa "ya no sirve para nada" y que espera con ansias que se cristalizen ofertas como la del gobernador, quien "prometió que trataría de reponer los hogares afectados".

Pero los salitreños no son los únicos afectados. Recintos del cantón Daule, como Los Amarillos, también vive una situación caótica. Allí, el desbordamiento del río Los Tintos afecta directamente a la escuela Cinco de Mayo, donde se han suspendido las clases hasta nuevo aviso, pues la entrada y patio están anegados con aguas estancadas y putrefactas.

Ni siquiera fue posible ingresar los alimentos que llegaron del programa de Alimentación Escolar. La directora María Defaz pidió que ubiquen los cartones al margen de la carretera hasta ver donde los guarda.

En cuanto a las condiciones meteorológicas, el Inamhi advirtió que las precipitaciones se mantendrán durante los próximos días.