viernes, 30 de abril de 2010

En Arizona comienzan las redadas contra los migrantes sin papeles


El comisario del condado de Maricopa de Arizona, Joe Arpaio, ayer realizó una nueva redada contra los inmigrantes indocumentados y delincuentes.

La comisaría no aclaró qué zonas del condado, que incluye la capital estatal, Phoenix, y sus enormes suburbios, iba a abarcar la redada, publicó ayer el diario El Universal de México.

Pero Arpaio, según ese medio impreso, informó que se concentrará en zonas de alta criminalidad, en busca de contrabandistas de inmigrantes y las casas que utilizan para ocultar a los indocumentados. Esta sería la decimoquinta redada que efectúa el temido sheriff desde principios del 2008. Sus detractores acusan a los agentes de Joe Arpaio de detener a cualquier persona con aspecto hispano.

En Phoenix, tres grupos defensores de los derechos civiles en Estados Unidos anunciaron ayer que presentarán una demanda ante la Corte Federal contra la ley antiinmigratoria que criminaliza a los indocumentados, en el estado fronterizo con México.

“La comunidad de Arizona puede estar segura de que se presentará un recurso de impugnación vigoroso y sofisticado, para evitar que esta ley (SB 1070) inconstitucional y discriminatoria entre en vigor”, afirmó Thomas A. Saenz, presidente del Fondo Educacional y Defensa Legal Mexicano-Americano (Maldef) .

El anuncio de este desafío legal coincidió con la publicación de un sondeo de opinión pública de la firma Angus Reid, que reveló que 76% de los adultos estadounidenses apoya que se convierta en un delito el transportar a un ciudadano indocumentado, y por abrumadora mayoría respalda regulaciones similares a la promulgada en Arizona.

En Washington, un grupo de senadores demócratas, liderados por Harry Reid, anunció que presentará públicamente sus propias propuestas de reforma migratoria integral, retando a los republicanos a que se unan al debate.

El presidente Barack Obama, que volvió a criticar la ley, advirtió que, a su juicio, el Congreso podría no tener el “apetito” político necesario para afrontar este año la reforma migratoria.