Crear conciencia ecológica que mueva a las personas a participar en actividades en beneficio del planeta y aprovechar estos recursos son las acciones que recomiendan biólogos y activistas ecológicos para la conservación del ambiente, cuando se celebran hoy 40 años del Día Mundial de la Tierra, proclamado por el ambientalista y senador estadounidense Gaylord Nelson en 1970.
Por ejemplo, en espacios verdes como el Jardín Botánico de Guayaquil, de 5 hectáreas, zona ubicada dentro de los linderos del bosque protector Cerro Colorado (324 hectáreas), se intenta que los visitantes se conciencien a través de charlas de educación en la que se explica la importancia del ecosistema de la costa y cómo protegerlo.
También se enseña la función que cumplen los remanentes de bosque seco, de los que solo resta un 20% en el país, y las interacciones entre las plantas, animales y el hombre.
Marcia Sánchez, bióloga que trabaja en proyectos de capacitación medioambiental, enfatiza que este es solo uno de los pasos para educar a la ciudadanía, pero resalta que antes de reforestar áreas verdes en Guayaquil o emprender campañas de reciclaje se debe crear una cultura ambiental.
Sánchez asegura que de nada sirve limpiar o reforestar un área si después nuevamente se la ensuciará o se talarán los árboles, de ahí que recomienda proyectos ambientales que involucren al sector educativo.
Y son precisamente este tipo de iniciativas las que se desarrollan en escuelas como la Nahim Isaías, que en noviembre pasado trabajó con 30 estudiantes de quinto año de básica en la siembra de un huerto orgánico con plantas de ciclo corto en un área que antes era un botadero de basura, el que se prevé sembrar nuevamente este año.
Por ejemplo, en espacios verdes como el Jardín Botánico de Guayaquil, de 5 hectáreas, zona ubicada dentro de los linderos del bosque protector Cerro Colorado (324 hectáreas), se intenta que los visitantes se conciencien a través de charlas de educación en la que se explica la importancia del ecosistema de la costa y cómo protegerlo.
También se enseña la función que cumplen los remanentes de bosque seco, de los que solo resta un 20% en el país, y las interacciones entre las plantas, animales y el hombre.
Marcia Sánchez, bióloga que trabaja en proyectos de capacitación medioambiental, enfatiza que este es solo uno de los pasos para educar a la ciudadanía, pero resalta que antes de reforestar áreas verdes en Guayaquil o emprender campañas de reciclaje se debe crear una cultura ambiental.
Sánchez asegura que de nada sirve limpiar o reforestar un área si después nuevamente se la ensuciará o se talarán los árboles, de ahí que recomienda proyectos ambientales que involucren al sector educativo.
Y son precisamente este tipo de iniciativas las que se desarrollan en escuelas como la Nahim Isaías, que en noviembre pasado trabajó con 30 estudiantes de quinto año de básica en la siembra de un huerto orgánico con plantas de ciclo corto en un área que antes era un botadero de basura, el que se prevé sembrar nuevamente este año.