Los presidentes estadounidense Barack Obama y ruso Dimitri Medvedev firmaron ayer en Praga un “histórico” tratado de reducción de armas nucleares, tras meses de intensas negociaciones bilaterales. Las dos potencias juntas poseen más del 95% de este arsenal en el mundo.
La nueva avenencia limita el número de ojivas nucleares a 1.550 por cada país, un tercio menos que lo estipulado en el Acuerdo de Moscú de mayo de 2002, y a 700 los portadores (rampas coheteriles, submarinos y bombarderos estratégicos). El tratado permitirá la eliminación en siete años de un 30% de sus respectivos arsenales nucleares.
El acuerdo, fruto de un año de arduas negociaciones, representa el fin de la separación de los últimos años en las relaciones bilaterales, aseguró el Presidente, quien indicó que en el futuro habrá aún mayores recortes en el armamento de ambos países. El Mandatario de Estados Unidos ahora está a la espera de que el Senado de su país ratifique el nuevo tratado.
Con la firma del mayor acuerdo de desarme nuclear en 20 años, Estados Unidos y Rusia pondrían fin a su rivalidad nacida de la división de Europa tras la Segunda Guerra Mundial y abrirían un nuevo horizonte de cooperación entre dos naciones cuyo enfrentamiento representa aún el mayor riesgo para la seguridad mundial.
El primer ámbito en el que exhibir esa colaboración es ahora mismo Irán. Tanto Barack Obama como Dimitri Medvédev coincidieron en la necesidad de sanciones internacionales para disuadir al régimen islámico de construir armas atómicas, informó el diario El País.
Obama indicó que es su expectativa obtener sanciones firmes y duras esta primavera en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra Irán.
Medvédev se mostró favorable a la imposición de sanciones inteligentes y que induzcan “el comportamiento apropiado” por parte iraní. Aseguró, además, que el acuerdo con Estados Unidos para reducir sus arsenales atómicos es un evento histórico que beneficia a ambas potencias.
El acuerdo Nuevo Start, que reemplaza al Start de 1991 y que expiró el pasado diciembre, también limita el despliegue del armamento nuclear al territorio de cada país, lo cual podría cambiar la situación con los depósitos estadounidenses de ese tipo de armamentos en Bélgica, Gran Bretaña o Alemania, entre otras naciones europeas.
Obama, Premio Nobel de la Paz, firmó ese tratado 48 horas después de haber revelado una nueva doctrina nuclear, según la cual Estados Unidos sólo recurriría al arma atómica “en circunstancias extremas”, para defender sus intereses vitales y los de sus aliados.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) aseguró que el nuevo acuerdo Start es un paso hacia un mundo desnuclearizado, que puede apoyar positivamente los esfuerzos contra la proliferación, según palabras de su director general Yukiya Amano.
El próximo lunes y martes, Obama y Medvédev podrán empezar a ejercer ese liderazgo en la cumbre de 47 países en Washington (EE.UU.) para discutir sobre seguridad nuclear.
Un mes después, en la sede de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, otra conferencia similar se dedicará a la renovación del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Mientras tanto, seis potencias mundiales abrieron conversaciones ayer para discutir la imposición de sanciones a Irán por su programa nuclear, una negociación que el embajador chino Li Baodong ante la ONU calificó como muy importante. Por ello, Gran Bretaña, China, Francia, Rusia, Estados Unidos y Alemania se reunieron ayer a puertas cerradas para discutir un textoque impondría sanciones.
La nueva avenencia limita el número de ojivas nucleares a 1.550 por cada país, un tercio menos que lo estipulado en el Acuerdo de Moscú de mayo de 2002, y a 700 los portadores (rampas coheteriles, submarinos y bombarderos estratégicos). El tratado permitirá la eliminación en siete años de un 30% de sus respectivos arsenales nucleares.
El acuerdo, fruto de un año de arduas negociaciones, representa el fin de la separación de los últimos años en las relaciones bilaterales, aseguró el Presidente, quien indicó que en el futuro habrá aún mayores recortes en el armamento de ambos países. El Mandatario de Estados Unidos ahora está a la espera de que el Senado de su país ratifique el nuevo tratado.
Con la firma del mayor acuerdo de desarme nuclear en 20 años, Estados Unidos y Rusia pondrían fin a su rivalidad nacida de la división de Europa tras la Segunda Guerra Mundial y abrirían un nuevo horizonte de cooperación entre dos naciones cuyo enfrentamiento representa aún el mayor riesgo para la seguridad mundial.
El primer ámbito en el que exhibir esa colaboración es ahora mismo Irán. Tanto Barack Obama como Dimitri Medvédev coincidieron en la necesidad de sanciones internacionales para disuadir al régimen islámico de construir armas atómicas, informó el diario El País.
Obama indicó que es su expectativa obtener sanciones firmes y duras esta primavera en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas contra Irán.
Medvédev se mostró favorable a la imposición de sanciones inteligentes y que induzcan “el comportamiento apropiado” por parte iraní. Aseguró, además, que el acuerdo con Estados Unidos para reducir sus arsenales atómicos es un evento histórico que beneficia a ambas potencias.
El acuerdo Nuevo Start, que reemplaza al Start de 1991 y que expiró el pasado diciembre, también limita el despliegue del armamento nuclear al territorio de cada país, lo cual podría cambiar la situación con los depósitos estadounidenses de ese tipo de armamentos en Bélgica, Gran Bretaña o Alemania, entre otras naciones europeas.
Obama, Premio Nobel de la Paz, firmó ese tratado 48 horas después de haber revelado una nueva doctrina nuclear, según la cual Estados Unidos sólo recurriría al arma atómica “en circunstancias extremas”, para defender sus intereses vitales y los de sus aliados.
La Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) aseguró que el nuevo acuerdo Start es un paso hacia un mundo desnuclearizado, que puede apoyar positivamente los esfuerzos contra la proliferación, según palabras de su director general Yukiya Amano.
El próximo lunes y martes, Obama y Medvédev podrán empezar a ejercer ese liderazgo en la cumbre de 47 países en Washington (EE.UU.) para discutir sobre seguridad nuclear.
Un mes después, en la sede de Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, otra conferencia similar se dedicará a la renovación del Tratado de No Proliferación Nuclear.
Mientras tanto, seis potencias mundiales abrieron conversaciones ayer para discutir la imposición de sanciones a Irán por su programa nuclear, una negociación que el embajador chino Li Baodong ante la ONU calificó como muy importante. Por ello, Gran Bretaña, China, Francia, Rusia, Estados Unidos y Alemania se reunieron ayer a puertas cerradas para discutir un textoque impondría sanciones.