Los representantes de la banca privada no se pronunciaron sobre la disposición del primer mandatario de repatriar $1 200 millones
Durante todo el fin de semana pasado, los representantes del la banca privada decidieron apagar sus celulares y no emitir declaración alguna sobre la decisión gubernamental de mantener el 45% de los activos del sistema financiero en el país, a través de la aplicación de un "coeficiente de liquidez doméstica" que impuso el Banco Central del Ecuador.
En su cadena sabatina, el presidente Rafael Correa aseguró que el BCE decidió obligar a los bancos privados a mantener el 45% de sus activos dentro del Ecuador. Con la medida se le acabó la fiesta a ciertos banqueros. Ya no pueden tener $4 000 millones en el extranjero y tendrán que repatriar cerca de $1 200 millones ", manifestó.
Ayer, hasta el cierre de esta edición, ningún delegado del sistema financiero emitió declaraciones sobre la disposición del BCE. Ese fue el caso de Fernando Pozo, gerente general del Banco de Pichincha, y César Robalino, presidente de la Asociación de Bancos Privados.
Correa señaló que "el ejemplo empieza por casa", por lo cual presionará al BCE a invertir la reserva monetaria (unos $3 000 millones) en el país, ya que es un "absurdo que los fondos públicos estén invertidos en el extranjero.
Desestimando las criticas de los banqueros privados, el primer mandatario le restó importancia al argumento de que el dinero de los ecuatorianos está mejor resguardado en el exterior. "Qué va a ser más seguro (tenerlo) allá con tremenda crisis", dijo.
Correa agregó también que la medida está encaminada a favorecer los servicios de crédito e inversiones, los cuales han sido afectados por la crisis global. Pidió además al Superintendente de Compañías, Pedro Solines, que anude los esfuerzos para desarrollar el mercado de valores en el país con la finalidad, entre otros, de incentivar a que el dinero se quede en esta nación.
Gobierno centró su discurso en el regreso de depósitos
"Se le acabó la fiesta a ciertos banqueros", exclamó Correa el sábado pasado. Si embargo, el discurso promulgado por el primer mandatario ha sido habitual, desde que empezó a gobernar
Correa ha exigido a la banca privada el retorno de los dineros de los depositantes que se mantienen en el exterior. Según él, se quiere inyectar esas divisas en la economía local.
Los fondos en el exterior son usados por la banca como una especie de colchón que sirve para afrontar problemas de liquidez en el Ecuador. No obstante, el primer mandatario ha criticado el punto vista de los banqueros, un hecho que se tradujo en impuesto del 1% a la salida de dineros, determinada por la Superintendencua de Bancos, a mediados de 2008.
Durante todo el fin de semana pasado, los representantes del la banca privada decidieron apagar sus celulares y no emitir declaración alguna sobre la decisión gubernamental de mantener el 45% de los activos del sistema financiero en el país, a través de la aplicación de un "coeficiente de liquidez doméstica" que impuso el Banco Central del Ecuador.
En su cadena sabatina, el presidente Rafael Correa aseguró que el BCE decidió obligar a los bancos privados a mantener el 45% de sus activos dentro del Ecuador. Con la medida se le acabó la fiesta a ciertos banqueros. Ya no pueden tener $4 000 millones en el extranjero y tendrán que repatriar cerca de $1 200 millones ", manifestó.
Ayer, hasta el cierre de esta edición, ningún delegado del sistema financiero emitió declaraciones sobre la disposición del BCE. Ese fue el caso de Fernando Pozo, gerente general del Banco de Pichincha, y César Robalino, presidente de la Asociación de Bancos Privados.
Correa señaló que "el ejemplo empieza por casa", por lo cual presionará al BCE a invertir la reserva monetaria (unos $3 000 millones) en el país, ya que es un "absurdo que los fondos públicos estén invertidos en el extranjero.
Desestimando las criticas de los banqueros privados, el primer mandatario le restó importancia al argumento de que el dinero de los ecuatorianos está mejor resguardado en el exterior. "Qué va a ser más seguro (tenerlo) allá con tremenda crisis", dijo.
Correa agregó también que la medida está encaminada a favorecer los servicios de crédito e inversiones, los cuales han sido afectados por la crisis global. Pidió además al Superintendente de Compañías, Pedro Solines, que anude los esfuerzos para desarrollar el mercado de valores en el país con la finalidad, entre otros, de incentivar a que el dinero se quede en esta nación.
Gobierno centró su discurso en el regreso de depósitos
"Se le acabó la fiesta a ciertos banqueros", exclamó Correa el sábado pasado. Si embargo, el discurso promulgado por el primer mandatario ha sido habitual, desde que empezó a gobernar
Correa ha exigido a la banca privada el retorno de los dineros de los depositantes que se mantienen en el exterior. Según él, se quiere inyectar esas divisas en la economía local.
Los fondos en el exterior son usados por la banca como una especie de colchón que sirve para afrontar problemas de liquidez en el Ecuador. No obstante, el primer mandatario ha criticado el punto vista de los banqueros, un hecho que se tradujo en impuesto del 1% a la salida de dineros, determinada por la Superintendencua de Bancos, a mediados de 2008.