Manuel Zelaya, presidente constitucional de Honduras, rechazó enérgicamente el golpe de Estado fraguado en su contra la mañana de hoy que lo depuso de su cargo democrático y enfatizó que está capacitado legítimamente para volver a su nación y retomar su cargo democráticamente obtenido.
Estas declaraciones la emitió en la reunión de la que forma parte en Nicaragua, a propósito de la convocatoria que hiciera la Alianza Bolivariana para Las Américas (ALBA) para analizar la crisis política producto del golpe de Estado.
En su intervención, Zelaya deploró enfáticamente el retroceso que supone esta primitiva y rudimentaria forma de tomarse en poder por parte de sectores militares, políticos y fácticos de Honduras, frente a un gobierno legítimamente electo por el pueblo y a las puertas de vivificar la democracia mediante una encuesta social que era el preámbulo a un referéndum ciudadano. Dijo que este suceso afecta no solo a Honduras sino a toda la democracia regional. “Este atentado habla mal de la humanidad”, manifestó al respecto.
Por otra parte, describió la barbaridad de los sucesos que vivió en horas de la madrugada cuando cerca de 200 miembros del ejército ingresaron a su vivienda y a ritmo de ráfagas de metralletas, golpes y destrucción total, lo secuestraron y lo enviaron en un avión hacia Costa Rica.
“Estoy vivo por una gracia de Dios”, dijo al narrar las acciones violentas que pusieron en riesgo su vida y la de su hija.
Agradeció el apoyo de su pueblo, de las organizaciones sociales, de los maestros, del pueblo en general que han rechazado este acto ilegítimo fraguado con violencia y cobardía.
Finalmente, agradeció a los mandatarios presentes en Managua, entre los cuales se encuentra presente el Presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien ha condenado enérgicamente los hechos en Honduras y anunció la llegada mañana de otros Jefes de Estado como Evo Morales de Bolivia y Felipe Calderón de México.
Estas declaraciones la emitió en la reunión de la que forma parte en Nicaragua, a propósito de la convocatoria que hiciera la Alianza Bolivariana para Las Américas (ALBA) para analizar la crisis política producto del golpe de Estado.
En su intervención, Zelaya deploró enfáticamente el retroceso que supone esta primitiva y rudimentaria forma de tomarse en poder por parte de sectores militares, políticos y fácticos de Honduras, frente a un gobierno legítimamente electo por el pueblo y a las puertas de vivificar la democracia mediante una encuesta social que era el preámbulo a un referéndum ciudadano. Dijo que este suceso afecta no solo a Honduras sino a toda la democracia regional. “Este atentado habla mal de la humanidad”, manifestó al respecto.
Por otra parte, describió la barbaridad de los sucesos que vivió en horas de la madrugada cuando cerca de 200 miembros del ejército ingresaron a su vivienda y a ritmo de ráfagas de metralletas, golpes y destrucción total, lo secuestraron y lo enviaron en un avión hacia Costa Rica.
“Estoy vivo por una gracia de Dios”, dijo al narrar las acciones violentas que pusieron en riesgo su vida y la de su hija.
Agradeció el apoyo de su pueblo, de las organizaciones sociales, de los maestros, del pueblo en general que han rechazado este acto ilegítimo fraguado con violencia y cobardía.
Finalmente, agradeció a los mandatarios presentes en Managua, entre los cuales se encuentra presente el Presidente ecuatoriano Rafael Correa, quien ha condenado enérgicamente los hechos en Honduras y anunció la llegada mañana de otros Jefes de Estado como Evo Morales de Bolivia y Felipe Calderón de México.
