Antes del traspaso del campo Sacha, Petroproducción realizó importantes adquisiciones, entre ellas equipos de remediación ambiental para la limpieza de la Amazonia.
Llevaba camiseta tipo polo verde y un cintillo de plumas rojas en la frente. Era el 8 de noviembre de 2009. El presidente Rafael Correa había recorrido desde temprano varias instalaciones petroleras y se aprestaba a iniciar su acostumbrada cadena sabatina en Joya de los Sachas. Tenía una gran noticia: el traspaso de operaciones del campo Sacha a la empresa de economía mixta Río Napo, conformada por Petroecuador y Petróleos y Servicios de Venezuela S.A. (Pdvsa).
Exactamente hace un año, la flamante empresa, constituida y contratada para el incremento de producción, desarrollo, optimización, mejoramiento integral y explotación de ese campo, iniciaba un nuevo modelo de manejo de negocio petrolero en el país.
El Mandatario acalló las críticas. Aseguró: “no se dejen engañar, la alianza estratégica es para la asistencia tecnológica e inyección de capitales”.
El reporte oficial de la producción de crudo de Petroecuador dice que en 2009 el costo de operación del campo Sacha, con 400 trabajadores y una extracción de 51.616 barriles, fue de $ 99’605.738. Para el año 2010, ese monto se concretó en $133.800 000, un incremento de $ 34’194.262. La nueva compañía se comprometió a elevar la producción de, que según los técnicos, decae anualmente el 4%. El contrato, que estableció la producción base en 51.616 barriles de crudo, tenía como objetivo elevar en dos años 20 mil barriles, y 70 mil en un período de cinco.
Ha transcurrido un año y el contrato de servicios específicos para el incremento de producción de Sacha no ha resultado efectivo.
En los cuadros de contabilización de crudo fiscalizado en los tanques de almacenamiento de Lago Agrio se registra que Río Napo, en el año de operaciones, no logró cumplir con la producción mínima promedio de 51.616 barriles diarios (ver recuadro).
En los primeros 4 meses el déficit de producción provocó un incumplimiento de 6.215 barriles. En los últimos dos meses, septiembre y octubre, la producción fue de 49.745 y 51.058, respectivamente. Según Petroecuador, las metas y aspiraciones de Río Napo eran producir en el último mes 58.125 barriles, una cifra inalcanzable a la luz de los datos.
Estos resultados no han sido impedimento para que el Mandatario insista en imponer el modelo de Sacha en el resto de campos en plena producción, también llamados maduros, pertenecientes a Petroecuador.
El 27 de septiembre pasado le envió un oficio al presidente ejecutivo de Petroecuador en el que afirma: “Desde inicios de mi Gobierno siempre se marcó como una prioridad estratégica el desarrollo de campos maduros. Han pasado casi cuatro años y hasta ahora el único campo que está siendo optimizado es Sacha, dicho sea de paso, fruto de un extenuante seguimiento personal”. Culmina el escrito afirmando: “La Revolución Ciudadana se caracteriza por hacer las cosas extraordinariamente bien y extraordinariamente rápido”.
El contrato estipula una caída anual del 4% en la producción de crudo, cerca de 2064 barriles, lo que implica que la nueva curva base será de 49.536 barriles y de ahí se establecerá la producción incremental, lo cual le deja a Río Napo enormes ventajas, ya que el negocio es administrar el campo, sin necesidad de aumentar la producción. Solamente tendrá que sostener la actual producción para ganar.
Pese a los hechos el presidente Correa otorgó un plazo que termina en febrero próximo para que todos los campos maduros operen bajo el mismo modelo de Río Napo.
Llevaba camiseta tipo polo verde y un cintillo de plumas rojas en la frente. Era el 8 de noviembre de 2009. El presidente Rafael Correa había recorrido desde temprano varias instalaciones petroleras y se aprestaba a iniciar su acostumbrada cadena sabatina en Joya de los Sachas. Tenía una gran noticia: el traspaso de operaciones del campo Sacha a la empresa de economía mixta Río Napo, conformada por Petroecuador y Petróleos y Servicios de Venezuela S.A. (Pdvsa).
Exactamente hace un año, la flamante empresa, constituida y contratada para el incremento de producción, desarrollo, optimización, mejoramiento integral y explotación de ese campo, iniciaba un nuevo modelo de manejo de negocio petrolero en el país.
El Mandatario acalló las críticas. Aseguró: “no se dejen engañar, la alianza estratégica es para la asistencia tecnológica e inyección de capitales”.
El reporte oficial de la producción de crudo de Petroecuador dice que en 2009 el costo de operación del campo Sacha, con 400 trabajadores y una extracción de 51.616 barriles, fue de $ 99’605.738. Para el año 2010, ese monto se concretó en $133.800 000, un incremento de $ 34’194.262. La nueva compañía se comprometió a elevar la producción de, que según los técnicos, decae anualmente el 4%. El contrato, que estableció la producción base en 51.616 barriles de crudo, tenía como objetivo elevar en dos años 20 mil barriles, y 70 mil en un período de cinco.
Ha transcurrido un año y el contrato de servicios específicos para el incremento de producción de Sacha no ha resultado efectivo.
En los cuadros de contabilización de crudo fiscalizado en los tanques de almacenamiento de Lago Agrio se registra que Río Napo, en el año de operaciones, no logró cumplir con la producción mínima promedio de 51.616 barriles diarios (ver recuadro).
En los primeros 4 meses el déficit de producción provocó un incumplimiento de 6.215 barriles. En los últimos dos meses, septiembre y octubre, la producción fue de 49.745 y 51.058, respectivamente. Según Petroecuador, las metas y aspiraciones de Río Napo eran producir en el último mes 58.125 barriles, una cifra inalcanzable a la luz de los datos.
Estos resultados no han sido impedimento para que el Mandatario insista en imponer el modelo de Sacha en el resto de campos en plena producción, también llamados maduros, pertenecientes a Petroecuador.
El 27 de septiembre pasado le envió un oficio al presidente ejecutivo de Petroecuador en el que afirma: “Desde inicios de mi Gobierno siempre se marcó como una prioridad estratégica el desarrollo de campos maduros. Han pasado casi cuatro años y hasta ahora el único campo que está siendo optimizado es Sacha, dicho sea de paso, fruto de un extenuante seguimiento personal”. Culmina el escrito afirmando: “La Revolución Ciudadana se caracteriza por hacer las cosas extraordinariamente bien y extraordinariamente rápido”.
El contrato estipula una caída anual del 4% en la producción de crudo, cerca de 2064 barriles, lo que implica que la nueva curva base será de 49.536 barriles y de ahí se establecerá la producción incremental, lo cual le deja a Río Napo enormes ventajas, ya que el negocio es administrar el campo, sin necesidad de aumentar la producción. Solamente tendrá que sostener la actual producción para ganar.
Pese a los hechos el presidente Correa otorgó un plazo que termina en febrero próximo para que todos los campos maduros operen bajo el mismo modelo de Río Napo.