Edificado en Liliendal, el complejo abrió sus puertas para recibir a mandatarios, cancilleres y delegados de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guyana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela. Las gradas de acceso, rodeadas por dos estanques cubiertos de plantas marinas circulares y de flores blancas, no tuvieron alfombra roja.
Menos de 100 policías con uniformes azules, caqui y completo azul, vigilaron la seguridad del lugar: daban la bienvenida, conducían a las autoridades o controlaban la circulación vehicular por el acceso central. Esta cumbre se caracterizó por la reducida pero estricta vigilancia. Los uniformados, hombres y mujeres, colocaron tres barreras para la seguridad de los mandatarios: lucían zapatos relucientes como espejos.
Antes de las 10:00 arribó el presidente anfitrión, Bharrat Jagdeo, quien asumió la presidencia pro témpore de la Unasur de manos del mandatario ecuatoriano, Rafael Correa. Diez enormes columnas que sostienen la estructura y las banderas de los 12 países que conforman la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur) le dieron la bienvenida. Los cancilleres de Perú, Uruguay, Bolivia y Ecuador fueron los siguientes en llegar al estrecho local.
A la misma hora ingresó el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva. Dos minutos después un irreconocible Fernando Lugo levantaba la mano para saludar. Su llegada provocó comentarios, sobre todo de quienes dudaban que en realidad fuese él. Un helicóptero policial sobrevolaba el Centro de Convenciones. Cinco minutos después y vestida de un luto riguroso, ingresó la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, acompañada de una delegación de al menos cuarenta personas.
A las 10:22 Rafael Correa bajaba de un Toyota Prado plomo, escoltado por cuatro motos, una patrulla y otros 14 vehículos para la comitiva oficial.
Cuando habían transcurrido 45 minutos de las 10:00, el Presidente inició el informe del año de actividades al frente de la Unasur. Como evento previo un largo y sonoro aplauso en memoria del fallecido secretario del grupo, Néstor Kirchner.
Luego, ocho de los 12 miembros aprobaron la cláusula democrática de la Unasur, que condenará y aislará a cualquier país miembro regido por un gobierno de facto.
Culminaba con ese acto una jornada intensa que incluyó entrevistas para Telesur, una agencia de noticias y también la reunión de Correa con el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, con quien anunció el restablecimiento de las relaciones entre los dos países, rotas desde marzo de 2008.
Correa llegó al Princess Hotel Guyana, ubicado a 20 minutos del Chedia Jaga International Airoport. La delegación ecuatoriana se trasladó en 14 vehículos que se desplazaron por las desoladas avenidas de Georgetown.
En ellos viajaban el presidente Rafael Correa, el titular de Asamblea Nacional, Fernando Cordero; el asambleísta Fernando Bustamante, el secretario de la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo (Senplades), René Ramírez; el dirigente campesino Jorge Loor, entre otros.