Durante cuatro meses Petroecuador mantuvo en reserva los resultados del estudio sobre enfermedades ocupacionales que la Universidad de Huelva, España, realizó en las refinerías de Esmeraldas, Shushufindi y Lago Agrio.
El examen se realizó a 1 200 trabajadores petroleros de los complejos refinadores para determinar la contaminación química a la que estaban expuestos y si ella deterioró su salud.
De este grupo, el estudio comprobó que 103 trabajadores tenían altos niveles de exposición a compuestos químicos considerados cancerígenos como el Benceno, Tolueno y Xileno, utilizados en los procesos de refinación.
En esos trabajadores se identificaron tres casos de leucemia (cáncer en la sangre) y 26 casos de leucopenia (o disminución de los glóbulos blancos). Este último diagnóstico implica un descenso de las defensas de la persona que podría devenir en leucemia.
Los 80 casos restantes, aunque no han evolucionado en enfermedades, tienen un alto riesgo de llegar a ellas.
El subgerente de Seguridad y Salud, Luis Vásquez, dio a conocer estos datos el lunes pasado e indicó que volverán a ser expuestos a los trabajadores hoy en la Refinería de Esmeraldas.
Aunque no se han definido aún indemnizaciones para los casos más graves, Vásquez informó que se han tomado medidas inmediatas como la rotación de los empleados de las áreas de mayor exposición química, la cobertura de los costos de tratamiento y medicación de los enfermos y la entrega de mejores implementos de seguridad laboral.
Para llegar a estos datos, la Universidad de Huelva tomó muestras de contaminación en 6 000 puestos de trabajo de las refinerías, y realizó análisis de orina y sangre a los trabajadores para determinar el nivel de 20 grupos químicos y si estaban dentro de los estándares permitidos.
Sin embargo, Eduardo Cruel Ayoví, uno de los trabajadores que sufre de leucopenia, indicó que desde el 2009 debe asumir los costos de su tratamiento. Él trabaja desde hace 24 años en la Refinería de Esmeraldas y debe gastar cerca de USD 100 cada tres meses para controlar su dolencia en consultorios privados en Quito.
No ha considerado la posibilidad de demandar a Petroecuador por su enfermedad a menos que sea separado de la empresa “de manera injusta”.
El representante de los trabajadores de la Refinería de Esmeraldas, Henry Montaño, señaló que todavía no se han definido montos de indemnización para los afectados y destacó que lo primero que se busca es que Petroecuador asuma el costo de los tratamientos.
La próxima semana, la Universidad de Huelva presentará una propuesta para realizar un nuevo estudio en la población ubicada en los 10 kilómetros que rodean la Refinería de Esmeraldas.
El examen se realizó a 1 200 trabajadores petroleros de los complejos refinadores para determinar la contaminación química a la que estaban expuestos y si ella deterioró su salud.
De este grupo, el estudio comprobó que 103 trabajadores tenían altos niveles de exposición a compuestos químicos considerados cancerígenos como el Benceno, Tolueno y Xileno, utilizados en los procesos de refinación.
En esos trabajadores se identificaron tres casos de leucemia (cáncer en la sangre) y 26 casos de leucopenia (o disminución de los glóbulos blancos). Este último diagnóstico implica un descenso de las defensas de la persona que podría devenir en leucemia.
Los 80 casos restantes, aunque no han evolucionado en enfermedades, tienen un alto riesgo de llegar a ellas.
El subgerente de Seguridad y Salud, Luis Vásquez, dio a conocer estos datos el lunes pasado e indicó que volverán a ser expuestos a los trabajadores hoy en la Refinería de Esmeraldas.
Aunque no se han definido aún indemnizaciones para los casos más graves, Vásquez informó que se han tomado medidas inmediatas como la rotación de los empleados de las áreas de mayor exposición química, la cobertura de los costos de tratamiento y medicación de los enfermos y la entrega de mejores implementos de seguridad laboral.
Para llegar a estos datos, la Universidad de Huelva tomó muestras de contaminación en 6 000 puestos de trabajo de las refinerías, y realizó análisis de orina y sangre a los trabajadores para determinar el nivel de 20 grupos químicos y si estaban dentro de los estándares permitidos.
Sin embargo, Eduardo Cruel Ayoví, uno de los trabajadores que sufre de leucopenia, indicó que desde el 2009 debe asumir los costos de su tratamiento. Él trabaja desde hace 24 años en la Refinería de Esmeraldas y debe gastar cerca de USD 100 cada tres meses para controlar su dolencia en consultorios privados en Quito.
No ha considerado la posibilidad de demandar a Petroecuador por su enfermedad a menos que sea separado de la empresa “de manera injusta”.
El representante de los trabajadores de la Refinería de Esmeraldas, Henry Montaño, señaló que todavía no se han definido montos de indemnización para los afectados y destacó que lo primero que se busca es que Petroecuador asuma el costo de los tratamientos.
La próxima semana, la Universidad de Huelva presentará una propuesta para realizar un nuevo estudio en la población ubicada en los 10 kilómetros que rodean la Refinería de Esmeraldas.