martes, 16 de noviembre de 2010

Mujica, escéptico de Venezuela y cercano a Brasil

El pensamiento político del presidente uruguayo, José Mujica, es difícil de desentrañar. Prefiere las voces divergentes y críticas a su gestión en contraposición con los pensamientos hegemónicos.
Así es el Mandatario de este pequeño país, quien hoy inicia una visita oficial a Ecuador y será declarado huésped ilustre de Guayaquil, ciudad donde realizará sus actividades protocolarias.

Durante un encuentro que mantuvo con intelectuales y artistas, en febrero pasado, Mujica dijo “me gusta pensarme como alguien que se da baños en piscinas llenas de inteligencia ajena, de cultura ajena, de sabiduría ajena. Cuanto más ajena, mejor”.

Eso lo ha demostrado en su gestión como Presidente. En su última entrevista concedida al semanario Búsqueda, dijo que para saber cómo se maneja un buen político, “tómense cinco minutos para ver cazar a un gato. Miren los amagues, los disimulos, cómo arma la estrategia para lograr el objetivo y cómo, con perseverancia, lo consigue. Ahí está dicho todo”.

Mujica es un hombre de consenso y de diálogo, en la política nacional e internacional. Según el politólogo Atilio Borón, “es un negociador hábil y muy astuto.
Ha demostrado cómo tratar bien a sus colegas políticos, con su estilo bonachón. “Es valorable su experiencia y ductilidad”.

No en vano este ex guerrillero exhibe un Gobierno de izquierda moderada y tolerante.
Desde que era candidato a la Presidencia dejó expuesta su visión sobre la región: “Lo primero es Argentina, lo segundo Brasil y a Venezuela lo precisamos para que compense las asimetrías”.

Ya en su discurso de posesión confirmó que América Latina iba a tener un punto focal. Así marcó una diferencia con su antecesor, Tabaré Vázquez, manifiesta la analista especializada en temas uruguayos Eugenia Dri.

Según Nelson Fernández, de Infolatam, en la visión de Mujica “Argentina es la prioridad de su política exterior. Brasil es el modelo político y motor para el desarrollo. Venezuela es necesario para los asuntos energéticos y para que Brasil no sienta que domina todo con comodidad”.

Bajo esa planteamiento, con Argentina logró “una victoria”, según Dri. Su trabajo diplomático permitió restablecer la relación bilateral, que estaba congelada por el conflicto por la instalación de una papelera y que se levanta en el corte del puente de Gualeguaychú, fronterizo con Uruguay.

Además, fue gracias a su voto que Néstor Kirchner llegó a ser secretario general de la Unasur, a quien su antecesor, Tabaré Vázquez, se oponía por el conflicto por la papelera Botnia. Mujica votó a pesar del costo político.

Por su pasado de militancia como guerrillero tupamaro, muchos en la región temían que implantase políticas radicales de izquierda como en otros países. Pero Mujica es uno de los presidentes más escépticos de lo que ocurre en Venezuela.

Según Borón, “había en él algunos elementos que permitían suponer que marcaría una diferencia sustancial con Vázquez, pero eso no ocurrió. Una muestra es que su vicepresidente, Daniel Astori, sigue un proyecto económico y político muy cercano a lo que fue la Concertación de Chile.

Anoche, a su arribo a Guayaquil Mujica expresó: “Para mí es una satisfacción y es un honor, en nombre de mi patria estrechar un abrazo solidario con el pueblo ecuatoriano, con su sistema democrático, con su gobierno...”. El canciller Patiño y el vicecanciller Kintto Lucas (de origen uruguayo) lo recibieron .