lunes, 14 de septiembre de 2009

Unesco analiza la alfabetización en el país

El Gobierno declaró a Ecuador como Patria Alfabetizada, la cifra de analfabetos bajo al 2,7%
Campaña M. Sáenz abre debate de alfabetización

El Gobierno declaró al país como Patria Alfabetizada durante un emblemático evento realizado en el puerto de Manta.

El pasado 8 de septiembre, el Gobierno declaró al Ecuador Patria Alfabetizada, aduciendo que solo el 2,7% de la población es analfabeta. La cifra es avalada por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco).

Según el Ministerio de Educación (ME), 420 mil personas fueron alfabetizadas a través del Programa de Educación Básica para Jóvenes y Adultos Manuela Sáenz, proyecto que deberá conseguir que este grupo de personas culmine la educación básica hasta 2012.

Sin embargo, expertos en el tema cuestionan la declaratoria, pues afirman que las cifras no son claras.

"Hay que analizar la carencia educativa: 7 millones de personas no han culminado el bachillerato; 5,5 millones no completaron la educación básica y 1,5 millones requieren pasar por los primeros niveles de alfabetización para afirmar que sí comprenden lo que leen o que pueden poner por escrito su pensamiento", dijo Cecilia Amaluisa, directora del Centro de Educación y Promoción Popular.

A su juicio, el ME no explica el mecanismo que utilizó para lograrlo, pues, en 2006, el Ecuador se comprometió, junto con otros 20 países, a invertir $80 millones en una década para vencer el analfabetismo y para que el 50% de la población que no culminó la educación básica pueda hacerlo.

"Debemos saber si es que el ME está cumpliendo este compromiso y en qué nivel las otras personas podrán culminar la educación básica y el bachillerato", replicó.

Sin embargo, Magaly Robalino, representante de la Unesco en Ecuador, manifestó que la reducción del índice de analfabetismo del 44,2% al 2,7% (ver cuadro) en los últimos 60 años demuestra el interés del Estado en combatir el problema.

"Lo importante es que, si bien antes se realizaban campañas intensas pero de corta duración, ahora se trata de una política gubernamental".

Por ello, Robalino advirtió que el nuevo objetivo del Estado debe ser "articular todo el sistema de educación".

Es decir, "garantizar el acceso a la educación, a la permanencia de los niños y jóvenes en el sistema y procurar una educación permanente".

A su juicio, la tendencia de los estados es permitir que los individuos apliquen sus conocimientos en el quehacer diario, pues "la falta de práctica hace que olviden lo aprendido y se conviertan en analfabetos funcionales", lo que significa un retroceso en las cifras alcanzadas.