La Fuerza Naval de El Salvador los interceptó en alta mar, el sábado por la noche. Estaban a 84 kilómetros al suroeste de las costas de San Salvador. Se conoció que el barco salió el domingo 30 de Manta (Ecuador) y tenía previsto llegar a Guatemala. Allí los esperaría otro barco con destino a México. Luego completarían el trayecto por vía terrestre.
Pero las autoridades frustraron sus planes y tras tomar el control del barco, lo trasladaron al puerto Acajutla, a 90 km al suroeste de San Salvador.
Una vez en tierra, los emigrantes recibieron atención médica y fueron registrados por las unidades especiales de Antinarcóticos. No se hallaron estupefacientes en su poder y todos estaban en buenas condiciones físicas.
Patricio Mora, capitán del puerto de Manta, dijo ayer a este Diario que la embarcación estaba registrada en esa ciudad y al momento de la detención portaba bandera ecuatoriana. Se la observó hace ocho días en el puerto.
Mora confirmó que “no contaba con el permiso para zapar, pero que se investiga a los propietarios de la embarcación y a las personas que pudieran estar involucradas”. Según el jefe naval, aún no se conoce si todos los emigrantes salieron desde el puerto de Manta.
La Fuerza Naval de El Salvador dijo que en el grupo que fue capturado había cinco ecuatorianos. Los otros 75 eran asiáticos. “La mayoría son hindúes. Ellos fueron trasladados a tierra firme para presentarlos a las autoridades migratorias. Ya se están realizando las gestiones necesarias para la respectiva deportación”, dijo el jefe de la Fuerza Naval, el capitán Guillermo Jiménez, al diario Prensa Gráfica.
Se conoció que el supuesto capitán de la embarcación, Juan Rosendo, dijo a las autoridades salvadoreñas que sabía que las personas que transportaba eran indocumentadas. Pero que los escasos recursos económicos que percibe como pescador lo obligaron hacerlo.
Los emigrantes habrían pagado entre USD 9 000 y USD 14 000 por el viaje hacia Estados Unidos.
El 25 de agosto, Ecuador y EE.UU. suscribieron un acuerdo donde se comprometieron a fortalecer la lucha contra el crimen organizado. Se hace un especial énfasis en la necesidad de desarticular a las bandas dedicadas a la trata de personas y tráfico de emigrantes. EE.UU. dará recursos para la formación de agentes, así como equipos y suministros para las unidades especiales de la Policía.
Pero las autoridades frustraron sus planes y tras tomar el control del barco, lo trasladaron al puerto Acajutla, a 90 km al suroeste de San Salvador.
Una vez en tierra, los emigrantes recibieron atención médica y fueron registrados por las unidades especiales de Antinarcóticos. No se hallaron estupefacientes en su poder y todos estaban en buenas condiciones físicas.
Patricio Mora, capitán del puerto de Manta, dijo ayer a este Diario que la embarcación estaba registrada en esa ciudad y al momento de la detención portaba bandera ecuatoriana. Se la observó hace ocho días en el puerto.
Mora confirmó que “no contaba con el permiso para zapar, pero que se investiga a los propietarios de la embarcación y a las personas que pudieran estar involucradas”. Según el jefe naval, aún no se conoce si todos los emigrantes salieron desde el puerto de Manta.
La Fuerza Naval de El Salvador dijo que en el grupo que fue capturado había cinco ecuatorianos. Los otros 75 eran asiáticos. “La mayoría son hindúes. Ellos fueron trasladados a tierra firme para presentarlos a las autoridades migratorias. Ya se están realizando las gestiones necesarias para la respectiva deportación”, dijo el jefe de la Fuerza Naval, el capitán Guillermo Jiménez, al diario Prensa Gráfica.
Se conoció que el supuesto capitán de la embarcación, Juan Rosendo, dijo a las autoridades salvadoreñas que sabía que las personas que transportaba eran indocumentadas. Pero que los escasos recursos económicos que percibe como pescador lo obligaron hacerlo.
Los emigrantes habrían pagado entre USD 9 000 y USD 14 000 por el viaje hacia Estados Unidos.
El 25 de agosto, Ecuador y EE.UU. suscribieron un acuerdo donde se comprometieron a fortalecer la lucha contra el crimen organizado. Se hace un especial énfasis en la necesidad de desarticular a las bandas dedicadas a la trata de personas y tráfico de emigrantes. EE.UU. dará recursos para la formación de agentes, así como equipos y suministros para las unidades especiales de la Policía.