El consumo interno comienza a ser afectado por el brote marcado de fiebre aftosa. En mercados populares de Quito, se han reducido en 20% las ventas de carne de res durante los últimos 15 días. Los comerciantes afirman que la clientela se ha alejado de los cárnicos debido al temor generado por los brotes de la enfermedad en el país.
Aunque no existe desabastecimiento de carne en la capital y está definido que la enfermedad no se transmite del animal al ser humano, los consumidores evitan la compra de productos de res, lo que implica pérdidas para el consumo directo de entre el 15% y el 20%, según indicaron los comerciantes.
El problema de emergencia para los vendedores es la prolongación del congelamiento del cárnico que no se vende. "Por salud e higiene, tenemos en promedio una semana para despachar el producto. Pero si no hay compradores, debemos desecharlo, generándose así pérdidas semanales que llegan a $2 400 por puesto de venta", explicó Manuela Cevallos, vendedora del mercado de San Roque.
En el Mercado Mayorista, principal centro de acopio de Quito, la comercialización también sufre el declive. Pulpa de res, lomo de falda o costillas son comprados con menor regularidad. Según el administrador del mercado, Hugo Villacrés, se está viviendo un fenómeno a "corto plazo" parecido al que sucedió cuando se vinculó a la carne de cerdo con la gripe AH1N1.
El Guayaquil, el consumo no se ha visto afectado. De hecho, la fiebre aftosa, que tiene a más de 10 provincias en cuarentena y que ya registra pérdidas económicas, no amenaza el mercado interno ni tampoco incrementa las importaciones de cárnicos. "El consumo está garantizado debido a que el número de reses afectadas por la fiebre solo representa 50 entre una población de 4 millones de cabezas", precisó Paul Olsen, presidente de la Asociación de Ganaderos del Litoral y Galápagos, a tiempo que acotó que en el Ecuador el consumo individual de carne al año es de 10 kilos.
Asimismo, confirmó que no se ha saturado hasta ahora la demanda de las cadenas alimenticias locales por la carne importada. El Ecuador importa al año 240 toneladas métricas del cárnico. Entre los principales abastecedores están los países que conforman el Mercosur, como la Argentina, el Uruguay, el Brasil y Chile. "No debe existir temor alguno. Además, el problema ya ha sido controlado", dijo el ganadero de la Costa.
CIERRE DE FERIAS DEJA MILLONARIAS PÉRDIDAS. A $350 millones ascendería el perjuicio para el sector ganadero nacional, conformado por más de 1,5 millones de personas, debido al brote de la fiebre aftosa en el país. Así lo confirmó Vinicio Arteaga, presidente de la Asociación de Ganaderos de Santo Domingo de los Tsáchilas.
"En 2002, las pérdidas llegaron a $100 millones. Entre 2003 y 2004, el detrimento fue de $100 millones más. Este año, la cifra puede llegar a $350 millones si continúan cerradas las ferias de comercialización de ganado en Ibarra, El Carmen, Pedro Vicente Maldonado y Santo Domingo. Si el Ecuador fuera exportador, las pérdidas serían desastrosas", dijo Arteaga.
Pablo Grijalva, gerente de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y el Oriente, coincidió con la cifra, sin embargo, cree que la medida del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) es acertada, ya que "evitará contagios masivos de ganado".
Marcelo Almeida, técnico del Magap, afirmó que las ferias de compra y venta de ganado continuarán cerradas, pero los camales sí están abiertos, aunque "solo se permite la entrada al matadero de animales que pertenecen a la misma provincia", dijo.
Aunque no existe desabastecimiento de carne en la capital y está definido que la enfermedad no se transmite del animal al ser humano, los consumidores evitan la compra de productos de res, lo que implica pérdidas para el consumo directo de entre el 15% y el 20%, según indicaron los comerciantes.
El problema de emergencia para los vendedores es la prolongación del congelamiento del cárnico que no se vende. "Por salud e higiene, tenemos en promedio una semana para despachar el producto. Pero si no hay compradores, debemos desecharlo, generándose así pérdidas semanales que llegan a $2 400 por puesto de venta", explicó Manuela Cevallos, vendedora del mercado de San Roque.
En el Mercado Mayorista, principal centro de acopio de Quito, la comercialización también sufre el declive. Pulpa de res, lomo de falda o costillas son comprados con menor regularidad. Según el administrador del mercado, Hugo Villacrés, se está viviendo un fenómeno a "corto plazo" parecido al que sucedió cuando se vinculó a la carne de cerdo con la gripe AH1N1.
El Guayaquil, el consumo no se ha visto afectado. De hecho, la fiebre aftosa, que tiene a más de 10 provincias en cuarentena y que ya registra pérdidas económicas, no amenaza el mercado interno ni tampoco incrementa las importaciones de cárnicos. "El consumo está garantizado debido a que el número de reses afectadas por la fiebre solo representa 50 entre una población de 4 millones de cabezas", precisó Paul Olsen, presidente de la Asociación de Ganaderos del Litoral y Galápagos, a tiempo que acotó que en el Ecuador el consumo individual de carne al año es de 10 kilos.
Asimismo, confirmó que no se ha saturado hasta ahora la demanda de las cadenas alimenticias locales por la carne importada. El Ecuador importa al año 240 toneladas métricas del cárnico. Entre los principales abastecedores están los países que conforman el Mercosur, como la Argentina, el Uruguay, el Brasil y Chile. "No debe existir temor alguno. Además, el problema ya ha sido controlado", dijo el ganadero de la Costa.
CIERRE DE FERIAS DEJA MILLONARIAS PÉRDIDAS. A $350 millones ascendería el perjuicio para el sector ganadero nacional, conformado por más de 1,5 millones de personas, debido al brote de la fiebre aftosa en el país. Así lo confirmó Vinicio Arteaga, presidente de la Asociación de Ganaderos de Santo Domingo de los Tsáchilas.
"En 2002, las pérdidas llegaron a $100 millones. Entre 2003 y 2004, el detrimento fue de $100 millones más. Este año, la cifra puede llegar a $350 millones si continúan cerradas las ferias de comercialización de ganado en Ibarra, El Carmen, Pedro Vicente Maldonado y Santo Domingo. Si el Ecuador fuera exportador, las pérdidas serían desastrosas", dijo Arteaga.
Pablo Grijalva, gerente de la Asociación de Ganaderos de la Sierra y el Oriente, coincidió con la cifra, sin embargo, cree que la medida del Ministerio de Agricultura, Ganadería, Acuacultura y Pesca (Magap) es acertada, ya que "evitará contagios masivos de ganado".
Marcelo Almeida, técnico del Magap, afirmó que las ferias de compra y venta de ganado continuarán cerradas, pero los camales sí están abiertos, aunque "solo se permite la entrada al matadero de animales que pertenecen a la misma provincia", dijo.